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MISÁNTROPO crítica: Váyase usted a la mierda… ¡A la mierda!

Psicothriller a lo El silencio de los corderos con Shailene Woodley haciendo de Jodie Foster

ROBERT THORNHILL

De la misma forma que cualquier jugador de baloncesto que tenga un par de buenas temporadas acaba siendo cazado por los scouts americanos para que juegue en la NBA, pasa lo mismo con los directores de éxito. Se haría larga la lista de directores que, a poco que hayan triunfado en sus países de origen, han caído en las doradas garzas hollywoodienses atraídos por los sueños de triunfar en la gran liga del cine.  El último (o penúltimo) en aterrizar en la tierra de las estrellas es el argentino Damián Szifron, quién nueve años después de haberlo petado internacionalmente con Relatos salvajes, reaparece con esta tópica Misántropo que nos hace presagiar un futuro más bien corto en tierras yankis.

En realidad es la segunda vez que Szifron quiere meter la cabeza en los USA, aunque la intentona de dirigir y guionizar The Six Billion Dollar Man con Mark Wahlberg de superestrella protagonista, se truncó por diferencias creativas y porque aún no se había sacado el First Certificate para moverse por tierras angloparlantes. Con Misántropo se quita la espina de aquel primer intento fallido, pero no nos engañemos, nadie recordará dentro de cinco años quién dirigió esta película. Hay que tener más personalidad y valentía para aportar al trillado mundo de los thrillers de asesinos en serie.

 

"Me pregunto a qué esperan para decirme lo del 'quid pro quo'"

 

Para empezar a Shailene Woodley (coproductora de la película) se le nota su afán por transmutarse en Clarice Sterling en El silencio de los corderos, con sus caras de asco, su porte asexuado y su bisoñez con el tarado asesino de turno. Las intenciones son buenas, pero claro, Jodie Foster ya tiene en su casa dos Oscars mientras que la protagonista de Misántropo se ha tenido que conformar con pasearse por la alfombra roja. Preferimos a Ashley Judd en Giro inesperado, Angelina Jolie en Vidas ajenas, o Gillian Anderson en Expediente X, ya no tan solo por el morbo que dan, sino porque son capaces de crear personajes.

"A Shailene Woodley se le nota su afán por transmutarse en Clarice Sterling en El silencio de los corderos, con sus caras de asco, su porte asexuado y su bisoñez con el tarado asesino de turno"

Y luego tenemos ese mcguffin del asesino en serie que trae de la cabeza a los iluminados miembros del cuerpo policial. Una hora y media buscando a un psicópata solitario antisocial, para luego encontrarse con una versión rural del asqueado-con-el-mundo Clint Eastwood en Gran Torino, que, simplificando el mensaje, está hasta los huevos de que la gente haga ruido, encienda la luz de sus casas y compren cosas. Nada que ver con la verborrea filosófica que se gastaban Hannibal Lecter en El silencio de los corderos, John Doe en Seven, o el juguetón Jigsaw de Saw, todos con un sólido discurso moralista para justificar sus elaboradas y artísticas matanzas.

 

"Vámonos antes de que a Damián Szifron le dé por rodar Relatos salvajes 2 en inglés"

 

Para redondear la jugada y conquistar al público millennial y la generación Z, el malvado psicópata antisistema resulta que nos ha salido vegano, y el agente del FBI interpretado por Ben Mendelsohn, está casado felizmente con… otro hombre. Aspectos, a nuestro entender, que no aportan nada a la película, ¡pero qué le vamos a hacer!, Damián Szifron como guionista quería poner su granito de arena para parecer más cool ante las nuevas generaciones. Lo cierto es que sin estos dos aspectos, el resto entraría dentro del manual de cómo hacer un film de serial killers. A la búsqueda metódica se enfrentan el detective gay y su delicada protegida, con la actitud rústica de esos listillos jefazos que señalan indiscriminadamente con el dedo a musulmanes o a ultraderechistas votantes de Trump, que nos regalan dos escenas absolutamente prescindibles de la película. Faltaba el latino de turno con perilla y tatuajes hasta las orejas para completar el trío de sospechosos habituales.

Si bien la peli empieza con fuerza y en conjunto entra bien en su primer visionado, le sobran diálogos y le falta acción. No tenemos a un Denzel Washington ni a una Angelina Jolie como en El coleccionista de huesos, o a Morgan Freeman y Ashley Judd en El coleccionista de amantes para sostener este tipo de sesudos thrillers de investigación. A Shailene Woodley y Ben Mendelsohn les falta presencia en pantalla y Misántropo se resiente de ello. A tenor de la taquilla americana y mundial, tardaremos en volver a ver a Damián Szifron dirigiendo en Hollywood. Suenan como sus próximos proyectos Relatos salvajes 2 y la versión cinematográfica de su propia serie Los simuladores. Con la calma con la que se toma el argentino lo de rodar, aún tendremos que esperar bastantes años para ver el resultado.

 

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: los que se lo pasen teta viendo a Clint Eastwood estando a vuelta del mundo soltando barrabasadas de abuelo Cebolleta.

No recomendada por Kuato a: los que esperen la típica escena de sexo gratuito con las que nos obsequian las mujeres polis en el cine. Aquí no hay mimbres para tener un sueño erótico.

Ego-Tour de luxe por: el discurso que se marca Ralph Ineson en el que dice que le molesta que la gente haga ruido y que hay demasiada luz en las calles, que recuerda al gran Fernando Fernán Gómez en su genial registro antisocial.

Atmósfera turbinea por: resultar muy gratuito y sorprendente lo de la relación gay del policía protagonista. A estas alturas del siglo XXI se nos antoja un brindis al sol.

 

MISÁNTROPO. Estreno en Venusville: 02/02/2024.

 

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