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MOONFALL crítica: Armageddon lunero

Nuevo intento de Roland Emmerich de destruir el planeta, esta vez con la luna a lo Armageddon

RAY ZETA

Decía el poeta que uno siempre escribe la misma canción, y no sé si será cierto, pero lo que sí sé es que Roland Emmerich siempre dirige la misma película. Una peli enmarcada en el cine de catástrofes con desastres naturales o peligros exteriores que amenazan con destruir la Tierra. En Independence Day eran extraterrestres cabreados, en Godzilla era un reptil mutante gigante, en El día de mañana una glaciación, en 2012 todos los desastres naturales habidos y por haber (desde terremotos a tsunamis, pasando por volcanes), y no contento con todo ello, en Moonfall es la luna que pierde la chaveta y se desvía de su órbita en caída libre hacia la Tierra. Dicen que cuando Roland Emmerich era pequeño, construía ciudades de Lego para destruirlas luego a pedradas, meándose en ellas, e incluso tirándose pedos junto a una cerilla encendida…

Si 2012 ya resultó cansina, al igual que la ópera prima de su socio guionista y productor Dean Devlin, Geostorm (claro, qué iba a elegir para debutar el pobre hombre después de pasarse media vida destruyendo el mundo con las películas de su colega Emmerich), por empachar a base de un exceso de desastres naturales tan forzados como patilleros, Moonfall completa la trilogía. Porque no sólo tenemos la amenaza lunar, no señores, eso a estas alturas es demasiado poco para un destructor profesional de la Tierra como es Roland Emmerich, y por ello ameniza también la peli con todos los desastres naturales de la colección: inundaciones, terremotos, meteoritos, tsunamis y glaciaciones, para que los personajes que se quedan en tierra no se aburran, aunque a nosotros nos provoque más de un bostezo.

 

"¿Lo veis?  Deep Impact está a años luz de Armageddon, y Melancolía ya no digamos"

 

Porque la chicha de Moonfall está en el espacio, y de ahí que los desastres naturales terrestres estén puestos con el único objetivo de alargar innecesariamente el metraje, como la mayoría de elementos que conforman la película. Y es que Moonfall sigue la estructura de peli catastrófica clásica con todos sus tópicos: el héroe destronado que será llamado de nuevo para salvar el planeta, el friki que ve teorías conspiratorias por todas partes, resultando que estaba en lo cierto de todo, los familiares de los protas que emprenden viaje por tierra para reunirse en un lugar seguro, mientras van sorteando los desastres que les salen al paso a modo de gincama, la misión espacial final… Todo lo que hemos visto ya, y mejor, en los títulos anteriores de Roland Emmerich.

"Moonfall es un pupurri de todos los títulos anteriores de Roland Emmerich, aunque sin su gracia, y no digamos ya sin su frescura"

Por lo que podemos decir que Moonfall es un pupurri de todos ellos, aunque sin su gracia (o al menos sin la gracia de Independence Day y El día de mañana, sus dos mejores títulos), y no digamos ya sin su frescura. Moonfall padece un metraje sobrealargado, o en todo caso un metraje que se hace largo, con subtramas de relleno tan carentes de interés como si se debe partir un huevo hervido por su extremo estrecho o por su extremo ancho, y con un clímax final encima con ritmo tranquilito (nada que ver con los botes que pegamos en la butaca con el primer Independence Day), y además aún más fantasma (imagínense, ¡más fantasma aún que Independence Day!) al empeñarse en dar una explicación que justifique la premisa, por muy inexplicable que pueda ser, por muy kubrickiana que resulte.

 

"Si el papanatas de Ben Affleck salvó la Tierra en Armageddon, nosotros también podemos "

 

La sensación es que Moonfall ha llegado 25 o 30 años tarde. Habría funcionado muy bien en la década de los 90 (previo tijerazo de media hora, claro), pero hoy en día se antoja tan anticuadita como un guateque con radiocassette. Y más aún coincidiendo en el tiempo con No mires arriba, película con la que comparte más de un punto en común por temática, aunque la obra de Adam McKay gane por goleada en mala leche, vis cómica y sátira política. Todo lo que le falta a Moonfall e iba sobrada Independence Day (¿cuántas veces la he citado ya? Y es que mal le pese a Emmerich, es su obra de referencia y el modelo comparativo). Lo que es extraño siendo una película de Roland Emmerich, un director que por su calidad de autor europeo disfruta cachondeándose del pueblo americano si la película lo permite, y desde luego que Moonfall lo permitía.

Lástima, porque después de lo bien que le salió Midway, había curiosidad por ver lo nuevo de Roland Emmerich, y más aun perteneciendo a su género favorito, o sea al cine catastrófico, con un nuevo intento de destruir la Tierra. Confiábamos en que el director alemán iba a darle la vuelta al género e iba a ofrecer una mirada con aires renovados, más acorde con los tiempos actuales, diferente a la practicada hasta ahora, pero en vez de eso nos hemos encontrado con la misma peli de siempre como si la hubiera tenido guardada en un cajón lleno de polvo, y la hubiera desempolvado a base de sacudirla a sartenazos. Una autorepetición en toda regla, que encima tendrá continuidad con su próximo proyecto, que no es otro que un remake de su propia Stargate. ¿Cómo nos vamos a fumar así el puro de la victoria?

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: Lars von Trier, que verá como hasta el Roland Emmerich más flojillo le da mil vueltas a su Melancolía.

No recomendada por Kuato a: Michael Bay, que se descojonará al compararla con su Armageddon.

Ego-Tour de luxe por: que Patrick Wilson se parece cada día más a Chris Pratt. Todo eso que gana.

Atmósfera turbínea por: que en esta ocasión no haya (y no lo hay merecidamente) puro de la victoria.

 

MOONFALL. Estreno en Venusville: 04/02/2022.

 

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