NADIE crítica: John Wick Jr.

Thriller de tiros y sopapos con Bob Odenkirk repartiendo estopa como digno hijo de John Wick

El cine necesitaba una saga como la de John Wick para recolocar el género de la acción, tiros y mamporros en los altares de la serie A, y sacarlo de las estanterías polvorientas de los videoclubs de extrarradio. Allí quedan franquicias como Crank, Transporter o The Mechanic compartiendo espacio con los clásicos de Charles Bronson, Jean-Claude Van Damme y Steven Seagal, y las obras recientes de estrellas en caída libre como Nicolas Cage, Bruce Willis o Dolph Lundgren, mientras que la saga de John Wick comparte pódium en las grandes ligas con Arma letal, La jungla de cristal o The Equalizer.

Pero como ya se sabe que la familia crece, John Wick ha tenido un hijo, Nadie, y tal como reza el dicho “a quien los suyos se parece, honra merece”, el niño ha salido clavadito a su papá. Pero no a su papá una vez convertido en un hombre próspero y poderoso, sino a su papá cuando era un joven prometedor con grandes aptitudes para triunfar, pues antes de que se le otorgara a la saga protagonizada por Keanu Reeves presupuestos dignos de blockbusters millonarios, el primer episodio de John Wick fue un claro ejemplo de película de tiros baratita de serie B para sospesar posibilidades, tal como es Nadie.

“La próxima vez me dejaré barba y media melenita, a ver si cuela”

Compartiendo a Derek Kolstad como guionista y a David Leitch como productor, Nadie recoge así la semilla plantada por John Wick (Otro día para matar) y se erige en un film de tiros y mamporros de serie B sin complejos cargado de mala hostia, en el que las secuencias de acción, en su mayoría tiroteos, prevalecen sobre el guión, sobre los personajes y sobre sus relaciones. Si buscan una película que profundice en la psique humana y en las relaciones interpersonales, vayan a ver Nomadland, pero si lo que quieren es un tebeo de acción cojonudo, no se lo piensen y elijan Nadie.

“Nadie recoge la semilla plantada por John Wick y se erige en un film de tiros y mamporros de serie B sin complejos cargado de mala hostia”

Todo lo que acontece en la película es un mero pretexto para liarse a hostias y a tiros siguiendo un guión mil veces visto. El de la bestia dormida que despierta dispuesta a comerse a quien se le ponga por delante en su afán por demostrar que es el rey de la selva. En esta ocasión un padre de familia calzonazos (aunque con sorpresa) cansado de recibir collejas de todo el mundo, como una versión oscura de American Beauty, enfrentado a un mafioso ruso y a toda su banda Bratvá, que por supuesto se despacha como el que desayuna gofres de chocolate con nata y encima rebaña el plato.

“Si no entendéis de dónde vienen los tiros, os lo explico en una pizarra”

Inferior a las pelis de John Wick por su mayor simpleza, sus coreografías menos vistosas (aquí no hay Gun Fu), y por carecer Bob Odenkirk del carisma de Keanu Reeves (qué coño, por no ser Keanu Reeves directamente), pero igual de efectiva por su ritmo, sus exageradas ensaladas de tiros, y por tener a un Christopher Lloyd de 82 años repartiendo tiros como el que más, lejos de ocupar su jubilación sentado en un parque echándole migas a las palomas. ¿Acaso la saga de John Wick no ha generado una serie spinoff sobre el Hotel Continental? Pues el personaje de Christopher Lloyd también merece la suya.

Esperemos pues que como John Wick, este John Wick Jr. llamado Nadie, crezca fuerte y sano, se haga un hombre de provecho, y que al igual que su papá, su saga vaya a más convirtiéndose en un referente de las sagas cinematográficas de acción. Incluso se podría organizar una reunión familiar en el futuro y reunir a las tres generaciones (Christopher Lloyd, Keanu Reeves y Bob Odenkirk) en la misma película. Fijo que en lugar de celebrar el Día de Acción de Gracias comiendo pavo, lo celebran liándose a tiros con cualquier mafia del este que ose no respetar un paso de peatones.

INFORME VENUSVILLE

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