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NOCHE DE PAZ crítica: ¡Vaya Santa Claus!

Comedia de acción navideña con Santa Claus llevando un mazo en vez del saco, en Noche de paz

EL HOMBRE DE BOSTON

¿Qué sería una Navidad sin una película de Santa Claus? Si hacemos recuento de todos los Santa Claus que han ido desfilando por las pantallas a lo largo de los años, salen de tantos tipos como para llenar un almanaque: desde el clásico gordinflón entrañable de Santa Claus, a versiones familiares como el de ¡Vaya Santa Claus!, pasando por propuestas más bizarras como el psycho asesino de Noche de paz, noche de muerte o la del borrachuzo calentorro de Bad Santa. Pero lo que nunca habíamos tenido hasta ahora es a un Santa Claus bravucón y pendenciero que reparte hostias como panes, clava el cuchillo jamonero como si cortara el pavo, y dispara un subfusil de asalto a ritmo de “El Tamborilero”.

Esa es la última broma de Tommy Wirkola, responsable de gamberradas como inventar oficiales nazis convertidos en zombis persiguiendo a snowboarders adolescentes (Zombis nazis), o presentar a un matrimonio intentándose matar el uno al otro de la manera más cafre durante un romántico fin de semana en una cabaña (El viaje). Ahora Wirkola convierte a Santa Claus (el Santa Claus real, nada de un parado que acepta ponerse la barba y el traje a cambio de un bocata y una cerveza) en un justiciero impecable tan diestro con el cuchillo como Rambo, tan certero con las armas como Deadshot, y tan eficiente en las peleas cuerpo a cuerpo como John Wick, sin olvidarnos de su amado mazo.

 

"¿Si te consigo el Turbo-Man de Un padre en apuros, ¿nos dejarás en paz?"

 

Porque eso es Noche de paz (desafortunada traducción del título original “Violent Night”), la conversión de Santa Claus en action man en una revisitación de La jungla de cristal, en la que un equipo de mercenarios toma a una familia ricachona como rehenes en su mansión durante la Nochebuena, y Santa Claus ejerce de John McClane para salvarlos cargándoselos uno a uno con las armas más improvisadas, obteniendo un catálogo de muertes de lo más macarra y variopinto. Y sin escatimar además en ni una gota de sangre, por lo que desde aquí le agradecemos a Tommy Wirkola que se haya dejado la vergüenza en su casa de Oslo, y nos haya ofrecido este festival de muertes cafres a modo de regalo navideño para el fan del género.

“Noche de paz es la conversión de Santa Claus en action man en una revisitación de La jungla de cristal

Para lo que David Harbour se divierte de lo lindo moviéndose como pez en el agua cargándose secuestradores. ¿Creían que Hellboy iba a ser el personaje por el que se le recordaría en el cine? Nosotros también, pero como Hellboy ya la hemos olvidado por prescripción médica, no les quepa la menor duda de que el Santa Claus de esta Noche de paz será por lo que se recordará a Harbour hasta el fin de sus días. Con este papel, David Harbour muestra a la vez su lado más comediante y su lado más violento, y compone un personaje lleno de claroscuros psicológicos, dudas y otros matices, que le apartan de los tópicos a los que estamos habituados, empezando por su historia, con un pasado que carga en su saco, pesado como una losa.

 

"Ahora es cuando en vez de 'jou, jou, jou', exclamo 'yipi kai yei'"

 

Pero no sólo de La jungla de cristal vive Noche de paz. Tommy Wirkola juega también con otros clásicos navideños como Bad Santa, al retratar a su Santa Claus como un primo hermano lejano del de Billy Bob Thornton, y va más allá atreviéndose incluso con Solo en casa, al parodiar las trampas que les pone Macaulay Culkin a la pareja de ladrones formada por Joe Pesci y Daniel Stern. En esta ocasión es una entrañable niñita quien pone trampas para los mercenarios secuestradores, solo que esta vez no se trata simplemente de dispersar canicas para hacerlos caer al suelo, sino de unas trampas que parecen diseñadas por el mismo Jigsaw de Saw, con resultados similares a los de la saga del “Tú decides”.

Noche de paz se revela así como la mejor terapia para combatir el estrés tan propio de esta época, provocado por las dichosas compras navideñas, las obligadas cenas de empresa, las inacabables reuniones familiares, y demás compromisos coñazos ineludibles. Si buscan relajarse ante una pantalla, olvídense de ver a Dudley Moore y a Will Ferrell ridículamente disfrazados de elfos, o a Tim Allen como un Papanoel bonachón que peta los botones de su traje con su barriga… Para calmar los nervios no hay nada como ver a Santa Claus reventando a mazazos los cráneos de los secuestradores de Noche de paz. Tommy Wirkola ha descendido por nuestra chimenea y nos ha dejado el mejor regalo.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: quien esté cansado de ver a afables viejos gordinflones vestidos de rojo en las películas navideñas.

No recomendada por Kuato a: quien sólo acepte los Santa Claus que griten “¡Jou, jou, jou!”. Le pediremos a Tommy Wirkola que lo introduzca en la secuela cuando Santa Claus esté reventándole los sesos a uno de los malos.

Ego-Tour de luxe por: el catálogo de muertes cafres con que nos obsequia la peli para que tengamos un almanaque 2023 la mar de cuco.

Atmósfera turbínea por: porque en ningún momento Santa Claus exclama “Yipi Kai Yei”.

 

NOCHE DE PAZ. Estreno en Venusville: 02/11/2022.

 

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