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PERSECUCIÓN AL LÍMITE crítica: Chorri Driver

Mala copia de Baby Driver aunque anterior, con Nicholas Hoult de picos pardos por Alemania

EL HOMBRE DE BOSTON

Imagino a los productores de Persecución al límite quedándose de pasta de boniato al ver Baby Driver. Ruedan su película en 2016, la tienen un año enfriándose en la nevera porque no saben qué hacer con ella de lo mal que ha salido, y cuando por fin se deciden a estrenarla ven Baby Driver, descubren que es como Persecución al límite pero en bueno, y por eso deciden dejarla un año más durmiendo el dulce sueño de los justos hasta ahora 2018. Y es que aunque ambas pelis no sean exactas, sí tienen suficientes similitudes como para compararlas.

En Baby Driver un conductor de atracos que conduce como los ángeles se enamora de la chica más dulce del mundo y decide dejar el negocio, pero debe efectuar un último trabajo que se complica. En Persecución al límite un ladrón de coches que conduce como los ángeles y que ejerce de recadero para un gangster, se enamora de la chica más dulce del mundo y decide dejar el negocio, pero debe efectuar un último trabajo que se complica. Ya lo ven, dos pelis gemelas, aunque gemelas como Arnold Schwarzenegger y Danny DeVito en Los gemelos golpean dos veces...

 

Persecución al límite: acción

"Hay que joderse, ni saliendo Ben Kingsley y Anthony Hopkins puede uno estar seguro de nada"

 

Porque mientras Baby Driver es una buena película, Persecución al límite es un despropósito de principio a fin. Una película de acción con acción, sí, pero su manido guión, su pobre producción, y su nula dirección, hacen de ella un thriller que no supera siquiera el visionado de una sobremesa televisiva. Las persecuciones automovilísticas con Nicholas Hoult por autopistas alemanas, resultan tan cutres como ver a John Saxon conduciendo por la autovía de Castelldefels en el Metralleta Stein de José Antonio de la Loma, no les digo más.

Sin contar las irrisorias motivaciones que mueven a los personajes por típicas y tópicas. Primero la redención amorosa, eso de que como te quiero como la Tierra al sol, dejo la vida de pasta fácil, tías buenas y coches molones, para convertirme en un gris currante de fábrica de seis de la mañana, seguido del manido recurso de la enfermedad como motor de avance. Eso de que como te quiero como la trucha al mero, por ti vuelvo a la vida de pasta fácil, tías buenas y coches molones, para poder costear el tratamiento que necesitas. Recurso más propio de rolletes románticos como Elegir un amor o Bajo la misma estrella, que de thrillers de tiros.

"Mientras Baby Driver es una buena película, Persecución al límite es un despropósito de principio a fin"

Y eso a pesar de contar con un reparto que ya lo quisieran películas corales como Ocean's 8, Los siete magníficos y Los mercenarios, aunque tampoco funcione. Nada menos que Nicholas Hoult y Felicity Jones como la pareja protagonista, y Ben Kingsley y Anthony Hopkins como los dos gangsters de la función. El problema de los primeros, que tienen menos química que Pau Gasol y la Chiqui de Tele 5; el problema de los segundos, sobreactuaciones apoyadas en unas líneas de diálogo tan ridículas, que es no dar crédito a lo que se está viendo con actores de esta talla.

Ben Kingsley está tan pasado de vueltas como traficante de drogas que cae en la más mísera caricatura. De composiciones exageradas con gracia de tipos chungos, está llena la historia del cine (Gary Oldman en Amor a quemarropa y James Franco en Spring Breakers serían dos ejemplos), Ben Kingsley en cambio, por culpa de unos diálogos absurdos y una dirección de actores de primero de teatro (vean el bailecito que se marca en los establos), cae en el ridículo hasta el punto de parecer estar en un mal sketch de "La hora de José Mota".

 

Persecución al límite: acción

"No es nada personal, también salía en El hombre lobo y bien mala que salió"

 

Y en cuanto a Anthony Hopkins como capo mafioso, otro tanto, pero siendo la antítesis del personaje de Ben Kingsley. Un gangster fino, elegante y con pasta, que aparece siempre en el momento más insospechado en el lugar más inesperado (como una estación de servicio de autopista), para contar una historia de abuelo Cebolleta o recordar los clásicos de Shakespeare a modo de metáfora, y desaparecer. Todo un Anthony Hopkins con más distinciones y galardones interpretativos como para dejar pequeño al Museo del Prado para esto...

Es lo que tienen las co-producciones de bajo presupuesto, que acostumbran a no funcionar, por mucho reparto internacional que tengan. Se ruedan en países europeos porque sale más barato (en este caso es Alemania) aprovechando para hacer turismo, y se factura un thriller pobretón, pobretón. ¿Ejemplos? Los que quieran: En el punto de mira, La fría luz del día, Caza al asesino, El hombre más buscado... Aquí el único capaz de realizar co-producciones europeas de tiros cojonudas es Luc Besson, y no veo su nombre en la ficha de Persecución al límite por ningún lado.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien no haya visto a Baby Driver. Encontrará Persecución al límite mala igual, pero al menos no saldrá perdiendo en las comparaciones porque no podrá compararla.

No recomendada por Kuato a: los fans de Ben Kingsley y Anthony Hopkins, que somos todos. Se les caerán las pelotas al suelo.

Ego-Tour de luxe por: bla

Atmósfera turbínea por: Ben Kingsley y Anthony Hopkins. Extraño, ¿no?

 

PERSECUCIÓN AL LÍMITE. “Collide” (2016). Dirección: Eran Creevy. Guión: Eran Creevy y F. Scott Frazier. Reparto: Nicholas Hoult, Felicity Jones, Anthony Hopkins y Ben Kingsley. Estreno en Venusville: 20/07/2018.

 

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