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RAMBO: LAST BLOOD crítica: Rambo desrambizado

Quinto (¿y último?) episodio de la saga Rambo con un John Rambo menos Rambo de lo habitual

RAY ZETA

Si una patata no tiene color ni forma de patata, no huele a patata, y no sabe a patata… ¿sigue siendo una patata? Sólo hay dos respuestas posibles: que ya no es más una patata, o que es una patata churria. Pues con Rambo podemos hacer el mismo símil: si a John Rambo le despojas de su look habitual, le cambias su acostumbrado vestuario, y le apartas de su hábitat natural, ¿sigue siendo John Rambo? La respuesta es la misma que la de la patata: o ya no es Rambo, o es un Rambo churrio, y en el caso de Rambo: Last Blood nos encontramos ante la segunda opción, que es un Rambo tan churrio que de Rambo solo le queda el nombre.

Porque John Rambo, tenga Sylvester Stallone 36 años como cuando se estrenó con el personaje en Acorralado, 62 como cuando lo desempolvó del baúl de los recuerdos con John Rambo, o 73 como ahora, que lo despide (en principio) con la actual Rambo: Last Blood, ha de ser el Rambo de siempre. El Rambo de la melenita, pañuelo en la frente, camiseta de tirantes marca-bíceps o pecho lobo marca-todo, moviéndose en un ambiente bélico de esos en los que es el puto amo por ser un experto en la lucha de guerrillas, estar entrenado para ignorar el dolor y las condiciones climatológicas, y comer cosas que harían vomitar a una cabra.

 

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"Llego a dejarme coleta y titulan la peli Alerta máxima 3"

 

Así era el Rambo de las cuatro primeras películas, fuera en un bosque norteamericano o en una selva vietnamita. En cambio, el Rambo de este quinto episodio es un Rambo con el pelo cortito y sombrero de cowboy que monta a caballo en su rancho de Nuevo México, que se sienta en la mecedora de su porche a ver atardecer, y que se pasa la noche mirando telenovelas rosas venezolanas (bueno, esto último me lo invento yo, pero seguro que es así aunque en la peli no salga). Este no es nuestro Rambo, en definitiva, por mucho que vaya empastillado hasta las cejas por el estrés post-traumático que arrastra, y siga estando doctorado en asuntos de matar.

Si Sylvester Stallone se llamara en la película Machete, Juan Palomo o Perico de los Palotes, es decir, si no fuera John Rambo, el film sería una action movie de serie B del montón, que como tantas y tantas otras, cuenta una simplona historia de búsqueda y venganza, en la línea de cualquier peli de la saga justiciera de Charles Bronson, la trilogía vengativa de Liam Neeson, o cualquier peli de tiros protagonizada por Jason Statham o Bruce Willis en la actualidad, o por Steven Seagal o Jean-Claude Van Damme en el pasado. El problema es que este personaje justiciero que se enfrenta a un cártel mexicano es John Rambo.

"En el caso de Rambo: Last Blood nos encontramos con que es un Rambo tan churrio, que de Rambo solo le queda el nombre"

Un John Rambo que no se parece nada a él mismo, ya desde la primera secuencia de la película. Porque aquí no se le presenta estando en la cárcel, peleando boxeo oriental por dinero o cazando cobras, aquí se le presenta en una misión de rescate de montaña, cual boy scout crecidito. De ahí, la peli pasa al melodrama familiar más rancio de sobremesa, hasta que llega más tarde que pronto el detonante que desencadena la acción, tan simplón como forzado. De hecho, toda la película es simplona a más no poder, tanto como el manual de instrucciones de un balón, hasta el punto de convertir por comparación el resto de episodios de la saga en versiones bélicas de Origen.

Por mucho que Sylvester Stallone no escatime actos violentos a lo largo de toda la película (aquí, un navajazo es un navajazo, y un tiro es un tiro), y la parte final sea un festival de disparos, bombazos y muertes cafres, sin escatimar cuerpos despedazados y sangre a borbotones a tutipleni. El problema, otro más, es que dicho festival llega después de una trama de cartel mexicano mil veces vista, más propia de una serie televisiva como Narcos que de una película de Rambo, y tiene lugar en el rancho del protagonista, llenándolo de trampas como haría el Equipo A, en vez de en el bosque rememorando la guerrilla de las primeras entregas.

 

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"Te dije hace 20 años en Al salir de clase que lo conseguiríamos"

 

Y eso a pesar también de que Rambo empuñe de nuevo su arco lanza-gallinas, y lo haga contra actores españoles como Sergio Peris-Mencheta y Oscar Jaenada, pareja de actores patrios que lucen su mejor acento mexicano interpretando a la perfección a los villanos de la función (sobrio el primer, pasado de vueltas el segundo), junto a Paz Vega como la buena samaritana de la peli, también mexicana (será que allí no tienen...), para cerrar el triángulo del monopolio español. Y es que para hacer las Américas siendo español, ya se sabe, hay que pasar por el tubo y hacer de narco. Que se lo pregunten si no a Jordi Mollà.

Saco rambiano roto, porque el Rambo que nosotros deseamos ver es el que despedaza Charlies a flechazos y libera patriotas norteamericanos de campos de prisioneros vietnamitas, y no el que se enfrenta a un cártel mexicano con una Glock semiautomática. El que se mueve por un entorno bélico como Pedro por su casa porque lo que otros llaman infierno, él lo llama hogar, lleva la guerra en la sangre, y cuando le empujan, matar es tan fácil como respirar. Con lo bien que quedó la última escena de John Rambo como final definitivo de la saga, regresando a la casa paterna en clara alusión a Acorralado... Llegamos a saber que regresaría una vez más para esto, y le dejamos en Vietnam.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Condenada a alforfones

INF VNV 1

Recomendada por Kuato a: quien el nombre de John Rambo le suene a luchador de la WWF.

No recomendada por Kuato a: quien desde John Rambo tenga una foto enmarcada del personaje en la mesita de noche.

Ego-Tour de luxe por: que pese al mal resultado global, los flechazos explosivos, los despedazamientos, y la sangre a borbotones, alegren la vista. Algo es algo.

Atmósfera turbínea por: que ésta no sea una peli de Machete en vez de Rambo.

 

RAMBO: LAST BLOOD. "Rambo: Last Blood" (2019). Dirección: Adrian Grunberg. Guión: Matthew Cirulnick y Sylvester Stallone. Reparto: Sylvester Stallone, Sergio Peris-Mencheta, Paz Vega, Oscar Jaenada, Yvette Monreal, Sheila Shah, Adriana Barraza y Diana Bermudez. Estreno en Venusville: 27/09/2019.

 

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