RESIDENT EVIL: ULTRATUMBA crítica: Resident Evil: Ultrachunga

Resident Evil: Ultrachunga

Celosa de La Novia, Alice se pasea ahora katana en ristre por la sucursal de Tokio de la Corporación Umbrella

Por Mr. Moore

<Año 1996, Capsule Computers nos casca en la puta faz el videojuego de la década. “Biohazard”, rompiendo con todo lo visto y alcanzando el techo de la recién llegada Playstation One. Año 2010, Paul W.S. Anderson recupera la saga cinematográfica que en su día empezó, y nos regurjita Resident Evil 4 en pleno rostro. Y nosotros que aún nos estamos limpiando.

¿Por qué?, me pregunto, ¿por qué se emperran en tirar siempre de fórmula? La película habría quedado cojonuda complicándose menos e innovando más. ¿Por qué siempre nos tenemos que encontrar con lugares comunes como el grupo superviviente con negro mazas, jamelga buenorra y pérfido traidor oportunista? Porque amigos, seamos claros, lo único salvable de esta cuarta parte es el inicio de la misma. Retomando el final de la tercera entrega en el que Alice, y todo su ejército de mellizas, juran venganza sobre Umbrella Corporation al más puro estilo Beatrix Kido.

"Y sin haber ido a la escuela de verano del maestro Pai Mei, que conste"

Así empieza un espectacular ataque a la sede tokyota de la corporación paragüera. Con tintes de Matrix Reloaded, Equilibrium y la referenciada Kill Bill, obsequiando al espectador recién acomodado con una sobredosis de tollina fina y amputaciones a la carta. ¿Original? Para nada, y ni falta que le hace. Pero es que todo lo demás es un vaivén de guión de base secreta a base secreta que agota y aburre.

Para servidor la película podría haber seguido en el tono del primer cuarto de hora perfectamente, intercalando medios tiempos a base de flashbacks inteligentemente justificados (los primeros cimientos de Umbrella en la década de los 50, la evolución del Dr.Ashcroft – creador de Progenitor, embrión del T-Virus-, cómo empezó a gestarse el Proyecto Alice o cuando empezó ésta a trabajar para la Corporación, etc.).

Pero no, sigue los derroteros de anteriores entregas, y en su peor versión. Personajes clichés, miniquests absurdas (¿después de tanta historia con el vehículo pacificador, y va y tiene el motor fuera?), y una Umbrella Corp. recalcitrante que no desaparece ni a la de tres. ¡Sí!, ¿cómo lo han adivinado? El final es abierto, muy mucho, y huele a quinta, sexta y quintugésima entrega que atufa.

"Lo único salvable de esta cuarta parte es su inicio retomando el final de la tercera entrega en el que Alice, y todo su ejército de mellizas, juran venganza sobre Umbrella Corporation al más puro estilo Beatrix Kido"

Metamos por eso las manos en la frikada fina y veamos a ver qué sale. Hostias, en primer lugar... ¡¿Scoffield de Prison Break es Chris Redfield?! (prota junto con Jill Valentine del primer mítico Biohazard/R.Evil?). ¿Y la coña de que esté encerrao es un guiñito a la susodicha serie por parte del actor Wentworth Miller o del propio W.S Anderson? Porque la historieta que suelta el andoba para justificar su cautiverio es para dejarlo a base de pan y agua por rollista (aparte de que este encuentro entre los hermanos Redfield me suena a parche de guión, buscando el beneplácito de la audiencia más o menos leída en plan: “eh, que sí, que nos acordamos de que todo el berenjenal está basado en el videojuego...”).

Sigamos: nuevos zombies, sí, corren como gamos al más puro estilo de 28 días despuésy se les descoyunta la boca como a los vampiros segadores de Blade II. ¿Clara referencia a Uroboros, la enésima mejora del virus-T, vista en el videojuego Resident Evil V? Yo diría que sí.

"No me lo tengas en cuenta, pero de Prison Break me quedé en la tercera temporada"

También es plausible la aparición, aunque injustificada, de Executioner, uno de los “final boss” del mentado RE V, espectacular gigantón cuya hacha es una de las armas más cañeras vistas en la gran pantalla desde el látigo de Indiana Jones o la pistola de Scaramanga, así como la aparición de los inevitables cuervos y Cerberus (dobermans hasta las cejas de Virus-T), de presencia obligada en cada entrega consolera de la saga.

Y para acabar dos de los momentos más jachondos del film: ¿qué pinta Peris Mencheta en la película? Lo siento, pero como espectador “apañol” no me veo al mazas de Al salir de clase o joyitas como Menos es más como intrépido parteneire de Milla Jovovich... Y el otro detalle es (atención al espoiler) la fake-death de West (Boris Kodjoe) y la acaloradísima y emotiva reacción de la fría Alice... Cómo se nota que la tía se lo quería pasar por la piedra.../>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Congelada en carbonita



		Recomendada por Kuato a: fans de los últimos videojuegos de la saga en los que hay que disparar mucho, pero que poco miedo dan. Esta película es un “souffle” lleno de un aire similar.

		No recomendada por Kuato a: los que nos gustan los zombies de toda la vida, lenticos, gimoteantes y atontolinaos. A ver si con el esperadísimo paso a la gran pantalla de *Guerra Mundial Z* (qué libro más bueno, por el amor de lol...) nos dan una alegría.

		Ego-Tour de luxe por: el espectacular inicio de la plaga en el cruce de Shibuya, el más transitado del mundo, como inicio de la peli. Mítico y plástico a partes iguales.

		Atmósfera turbínea por: truncarnos la duchita de rigor de Alice. Coñe, el despelote de la Jovovich había sido una tradición sine quanum de toda la saga. Qué manera de cargarse un leit motiv. Imperdonable