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SHUTTER ISLAND crítica: La isla del miedo

   

La isla del miedo

El aniñado DiCaprio interpreta a un rudo inspector del FBI más bragado que el sargento Arensivia

Por Robert Thornhill

 

<Martin Scorsese se ha convertido en uno de esos cantantes que habiendo tenido una época de éxito y brillantez, no se han sabido retirar a tiempo y  malviven los últimos años de su carrera  cantando cosas de otro, haciendo bolos aquí y allá, y viviendo de rentas. Cierto es que siempre tendremos en nuestra memoria los grandes tiempos en que el tándem DeNiro-Scorsese nos ponía cachondos con obras como Toro Salvaje o Taxi Driver y nos hacía llegar al clímax marciano con títulos como El cabo del miedo o Uno de los nuestros, donde Martin supo sacar lo mejor de Robert. Pero los años pasan, y como Robert DeNiro ya no está para grandes aventuras (por eso se ha pasado a la comedia repitiendo una y otra vez el papel de viejo gruñón y cabrón), el bueno de Martin tiene ahora como actor fetiche a “Quénardo”… ¡DiCaprio !, que es como cambiar un mercedes por un seiscientos.

 

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"¿Crees que si me ligo a Scorsese, contará también conmigo para sus próximas pelis?"

 

   Porque por mucho que se ponga perillas, frunza el ceño para poner cara de estreñido, y se ponga en la vanguardia de la cansina lucha contra el cambio climático, DiCaprio nunca será considerado como un tipo duro o de esos que acojonan con una simple mirada. Es verdad que en Infiltrados estuvo aceptable, pero como le pasa a George Clooney (que también se dejó la barba en Syriana para parecer más duro) no tiene ni un gramo de credibilidad cuando se pone serio y sufridor. Que no te lo tragas, vamos.

   Y así llegamos a Shutter Island (basada en una novela de Dennis Lehane, el mismo autor que escribió la peli de pedófilos Mystic River), peli de éstas donde nada es lo que parece y te intentan confundir a cada minuto para que no entiendas una mierda de lo que estás viendo. Yo la verdad odio este tipo de guiones tramposos, que ya hemos visto infinidad de veces (Identity, La ventana secreta, El escondite…), donde la habilidad estriba en ir mareando la perdiz durante toda la peli con escenas confusas y personajes que están más pallá que pacá, hasta llegar a un final que se supone tiene que sorprender (en Shutter Island no lo consiguen porque te lo hueles a media peli, cuando ves que el DiCaprio se comporta como un paranoico).

 

  "Shutter Island es de esas pelis donde nada es lo que parece y te intentan confundir a cada minuto para que no entiendas una mierda de lo que estás viendo"  

 

   A parte de que el guión está muy sobado y visto infinidad de veces, hay que echarle en cara al bueno de Martin su falta de personalidad. Olemos a copias de Hitchcock (en esos trastornos mentales que tiene el Nardo), a David Lynch (con una serie de apariciones, alucinaciones y demás parafernalia onírico freudiana con mucha imagen colorida y efectista, para recrear los demonios internos del pobrecito Leo), e incluso a Stanley Kubrick, con este manicomio para criminales pirados clavado al de El resplandor, tarados y enfermeras incluidas. Es más, en una de sus múltiples excursiones por el manicomio incluso se topa con un tío que juraría que es DeNiro en El cabo del miedo, con sus tatuajes y todo.

   Esta peli no es digna de Scorsese y ya se debería dar cuenta de que lo suyo son los ambientes mafiosos, de gángsters, de la sangre… pero no el thriller psicológico toca-cojones, donde se ha hecho una paja mental y no ha sabido crear un producto convincente  que más que miedo provoca incomodidad. Lo siento Martin, pero esta vez la has cagado (y ya van…)./>

 

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"No fardes tanto por haber hecho Atrápame si puedes, que yo también he trabajado con Spielberg"

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Congelada en carbonita
     
     
 

Recomendada por Kuato a: quien se lo pasó pipa con Twin Peaks con aquellas escenas del enano bailarín en que hablaban de atrás para adelante.

     
 
No recomendada por Kuato a:
los que no soporten al cara-de-niño DiCaprio.
     
 

Ego-Tour de luxe por: Mark Ruffalo, que se pasa la peli con cara de sorna y pasando de todo.

     
 

Atmósfera turbínea por: que Martin Scorsese no haya tenido cojones de enseñarnos cómo hacen las lobotomías a los psicópatas asesinos. Hubiera salvado la peli.

 

 

   

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