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SITGES 2009: SORORITY ROAD crítica

   

Perrillas asesinas

La hermandad de teens más cachondas a este lado de Venusville enseñando cacha y pechuga

Por Robert Thornhill

 

<Remake de un film clásico de terror slasher de los años 80, Siete mujeres atrapadas (titulo de culto para algunos fans acérrimos del subgénero), que ahora se nos presenta con una nueva camada de jovencitas tontas y enganchadas al móvil, y con más contenido gore que el original, aunque sin pasarse, que esto no es ni Saw ni Hostel.

   Si alguna feminista extremista ha visto esta peli seguro que se habrá rasgado las vestiduras porque deja al sexo “débil” a la altura del betún. Ya sabemos que los tíos somos unos guarros salidos, que siempre estamos pensando en el sexo y en tirarnos a la primera que nos pase por delante, pero la hermandad (Zeta Pi concretamente) que sale en esta peli es poco menos que un prostíbulo con mucho alcohol y drogas. Viendo la cinta en versión original, la palabra más escuchada con diferencia es “bitch”, utilizada a veces incluso como un elogio entre las lobillas de la porno-hermandad.

 

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"Yo haré el bukkake, vosotras pondréis a punto a los tíos"

 

   El resto, todo lo que no sean los preparativos y las ejecuciones de las sucesivas muertes de las protas, carece de interés. El mismo rollo de Scream y de Sé lo que hicisteis el último verano, cambiando las caras y los cuerpazos de las tías. Lo único que llega a sorprender es el leit motiv del asesino que persigue a las nenas: proteger la reputación de su amada y poder asegurar un futuro limpio para la familia impoluta que quiere formar con ella, una de las asesinas de la hermandad. Resulta enternecedor en unos tiempos en que se cuestiona la figura de la familia como motor de la sociedad, seguro que el chaval tiene un carnet del PP y va todos los domingos a misa.

  

  "Ya sabemos que los tíos somos unos guarros salidos, que siempre estamos pensando en el sexo y en tirarnos a la primera que nos pase por delante, pero la hermandad que sale en esta peli es poco menos que un prostíbulo"  

 

   Pero hablemos de lo que es realmente interesante: ¿son impactantes las muertes? Y sobre todo, ¿cómo están de buenas las tías? Las escenas sangrientas, como es habitual en este tipo de pelis, son telegrafiadas dos minutos antes de producirse. Hay que ver la habilidad del killer con una llave en forma de cruz tuneada para matar. Un crack. Atraviesa cráneos, pechos, y todo lo que se le ponga por delante. La mayoría de muertes son tópicas, excepto la de la más guarrilla de la hermandad, que fallece con una botella en la boca y vomitando sangre. No es por ser cruel pero… ¡se lo merecía! (en una escena llama mariconcillo a un chavalín por no querérselo hacer con ella… yendo ya sin braguitas. Una auténtica pieza, la nena).

 

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"Sin braguitas y con bolitas chinas para estar más a gustito"

 

   Y es que esta peli es, definitivamente, de mujeres. Los únicos hombres que salen son o bien niños ricos, o bien cachillas sin ninguna motivación en la vida más que fornicar. La tipología de las miembras (como diría la Aído) de la hermandad viene a ser el que se lleva ahora: delgaditas, cuerpos sinuosos, tetas grandes siliconadas y con cara de morbo. Y los personajes que representan, los estereotipos de turno: la rubia-guapa mala malísima, la morena buena y responsable, la borracha guarrilla, la tontita y, cómo no, una oriental para que resalte (también podría haber sido una negra o una latina).

   A destacar la presencia de Rumer Willis, hija de Bruce y Demi Moore, quien parece que se ha metido en este elenco de bellezas juveniles por enchufe, dado que es la más feílla./>

 

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