SITGES 2019: LEGADO EN LOS HUESOS crítica: Los casos del Departamento Patxi

Segundo episodio de la Trilogía del Baztán con la inspectora Salazar mami en Legado en los huesos

■ RAY ZETA

La trilogía del Baztán (El guardián invisible, Legado en los huesos y Ofrenda a la tormenta) es la primera saga española que apuesta por una trilogía teniendo los bemoles de rodar el segundo y el tercer episodio a la vez, para estrenarlos con sólo cuatro meses de diferencia. Lo que inventó Robert Zemeckis con Regreso al futuro y luego se ha convertido en un recurso habitual de los grandes estudios para abaratar costes en sagas como Matrix, Piratas del Caribe, El señor de los anillos, Avatar y tantas otras. Arriesgada propuesta, teniendo en cuenta que El guardián invisible recaudó menos de lo que costó, así que nuestras más sinceras felicitaciones a los productores por su gallardía, y la mejor de las suertes para la trilogía ("de los cobardes nada se ha escrito", dicen...).

Aunque viendo este Legado en los huesos le vaticinamos a la trilogía baztanera el mejor de los futuros, pues si El guardián invisible fue una carta de presentación de tema y personajes, saldándose con un resultado más que discreto, este segundo episodio afianza sus aciertos haciendo de la franquicia una obra con entidad propia. Y es que El guardián invisible se limitaba a visitar lugares comunes del psicothriller con un ritmo más que lineal sin aportar nada nuevo al género, con el Valle del Baztán como marco de los asesinatos de un asesino en serie adornados con el folclore navarro de fondo, como único rasgo diferencial atractivo (ay, ese Basajaun, primo hermano del Yeti…). Una obra sosa en su conjunto, que pese a sus buenas intenciones no acababa de transmitir la fuerza que requería la propuesta.

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Legado en los huesos en cambio, da un paso adelante profundizando en ese folclore histórico y enfrenta la tradición católica con el paganismo con un rollito ritual sectario que se nos gana ya en el primer minuto de metraje. Y lo hace envolviéndonos en una atmósfera misteriosa y mística que nada tiene que envidiar a obras insignes del género como El código Da Vinci, y que ya hubieran querido obras patrias similares como la reciente El silencio de la ciudad blanca. Porque en esta ocasión Fernando González Molina incorpora las tradiciones ancestrales oscuras de los pueblos del Baztán sin que chirríen como una puerta mal engrasada. Escuchando a las gentes del valle hablar de las “meigas navarras”, uno, aunque no crea en ellas, no puede evitar pensar eso de que “haberlas, haylas”...

"Legado en los huesos es un buen thriller psicológico además de una peli policíaca como il faut"

O sea, que Legado en los huesos es un buen thriller psicológico además de una peli policíaca como il faut, y una peli policiaca además reconocible a más no poder. Olvídense de copias americanizadas como Que Dios nos perdone con Roberto Álamo y Antonio de la Torre como pareja de polis a lo buddy movie, o El asesino de los caprichos con Maribel Verdú como sosias femenina de Humphrey Bogart. Los polis de Legado en los huesos y la Trilogía del Baztán son polis de carne y hueso a la española, con legañas en los ojos y michelines en la barriga, que podrían encontrar su reflejo en la saga danesa Los casos del Departamento Q, por representar unos polis autóctonos auténticos y genuinos sin artificios ni influencias yanquis.

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Destaca por encima de todos ellos Marta Etura como inspectora Amaia Salazar en el papel de su vida. Una Amaia Salazar que continúa combinando la trama policial con la trama familiar, estrenando su faceta de madre mientras sigue enfrentada con sus hermanas por las rencillas del pasado (ya saben, eso de birlarse los novios unas a otras para putearse y esas cosas...), con especial protagonismo del personaje de la madre (gran personaje por el mal rollito que da, por cierto), e introducción de nuevos como el Juez Marquina, elegantemente interpretado por Leonardo Sbaraglia (¿futuro rollito de la inspectora?), y el religioso Padre Sarasola, penosamente interpretado por Imanol Arias por recitar sus diálogos como si diera misa... incluso cuando lee El Mundo Deportivo mientras caga.

Si son ustedes de los que no les acabó de convencer El guardián invisible, denle una oportunidad a Legado en los huesos y se reconciliarán con la Trilogía del Baztán. Y lo harán hasta el punto de ir marcando muescas en la pared para contar los días que faltan para el 3 de abril, fecha programada para estrenar el tercer y último episodio, Ofrenda a la tormenta. En un tiempo que se realizan películas policíacas españolas como churros (Grupo 7, La isla mínima, Tarde para la ira, Cien años de perdón, Plan de fuga, Que Dios nos perdone, 70 binladens, El asesino de los caprichos, El silencio de la ciudad blanca...), la Trilogía del Baztán tiene la oportunidad de convertirse en el modelo a seguir, así que no se lo piensen y baztaneen sin pestañear. La Oficina de turismo de Navarra se lo agradecerá.

INFORME VENUSVILLE

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Recomendada por Kuato a: Daniel Calparsoro, para que vea qué es un psicothriller bien hecho por si le da por realizar El silencio de la ciudad blanca 2.

No recomendada por Kuato a: quien no haya visto El guardián invisible o no tenga intención de ver Ofrenda a la tormenta, porque esto es una trilogía: tri-lo-gi-a.

Ego-Tour de luxe por: el personaje de la madre, que cualquiera diría que se ha escapado de Devil Inside.

Atmósfera turbínea por: que la inspectora Salazar interpretada por Marta Etura no sea una poli cínica, fumadora, bebedora y folladora como Maribel Verdú en El asesino de los caprichos. No se puede tener todo.

■ SITGES 2019