SITGES 2021: VISITANTE crítica: The other side

Ciencia ficción intimista con portal y realidades alternativas de ida y vuelta en Visitante

De un tiempo hasta ahora, parece que a los directores de cine fantástico español debutantes, no les dejan estrenarse en el largometraje si no es con una película de bajo presupuesto, de esas de grupo reducido de personajes en un espacio único. Ya desde los tiempos de Los Cronocrímenes de Nacho Vigalondo, es la manera de evaluar las posibilidades de su autor tras su etapa de cortometrajista, con un producto baratito y razonablemente fácil de producir, que no necesite de grandes despliegues de medios, gran número de localizaciones o grandes cantidades de figuración. Así, recientemente hemos tenido ejemplos con mayor o menor fortuna como El hoyo, Cuerdas, El páramo, La pasajera, y ahora también Visitante.

Propuestas todas ellas de cine fantástico, terror o ciencia ficción, condicionadas por su escasez de medios, con las que sus responsables se exprimen la quijotera para ofrecer un producto de género digno a pesar de las limitaciones existentes. Futuros distópicos en celdas de 4 metros de largo por 2 de ancho, perros asesinos persiguiendo chicas tetrapléjicas en sillas de ruedas, madres e hijos en la campiña del siglo XIX acosados por fantasmas, excursionistas con sorpresa atropelladas por furgonetas… Los caminos de los autores debutantes del cine fantástico español son inescrutables, con tal de ser fieles al género, a su trayectoria y al público que huye de comedias románticas tontorronas y dramas humanos armenios.

"Lo mejor de esta realidad es que no existen las pelis de Los visitantes"

En el caso de Visitante, se nos ofrece una propuesta de ciencia ficción que explora el multiverso de las realidades paralelas. Una tragedia ocurrida en el pasado, una protagonista que regresa a la casa familiar, y dos personajes secundarios que entran y salen de ella (de la casa, no de la protagonista… Bueno, de la protagonista también), le sirven a su guionista y director Alberto Evangelio para explorar las posibilidades de las realidades alternativas a modo de Coherence o Las vidas posibles de Mr. Nobody, con la particularidad de que se puede pasar de una a otra realidad e incluso interaccionar con ella. Si han visto Spider-Man: No Way Home entenderán la propuesta, aunque Visitante esté en las antípodas de la última entrega arácnida.

“Visitante no es una propuesta de gran espectáculo con fuegos de artificio y casquería, sino una propuesta intimista basada en el drama personal de sus personajes”

Porque la propuesta de Visitante no es una propuesta de gran espectáculo con fuegos de artificio y casquería, sino una propuesta intimista basada en el drama personal de sus personajes y en las relaciones que tienen entre ellos y con el pasado, marcado por la mencionada tragedia acaecida durante la infancia de la protagonista. Los fans más irreductibles del cine fantástico preferirán que una peli que explora el multiverso parta de una premisa fantástica, como ocurría a su manera en Frequency o Durante la tormenta, ya sea para investigar un asesinato sin resolver o para alterar la continuidad de la línea espacio-tiempo como sucede en Spider-Man: No Way Home, pero desafortunadamente, Visitante opta por el drama familiar.

"Cuando vuelvas evita sobre todo que Jean Reno haga Los visitantes 4"

Aún así, Alberto Evangelio introduce suficientes elementos fantásticos para hacer atractiva la historia, desde toques de terror de casa encantada, al método de conexión entre una y otra realidad a modo de portal, con las posibilidades que ofrece la interacción con los habitantes de esa realidad, liando la trama hasta lo indecible con giros argumentales que ven y suben la apuesta cada diez minutos. Demasiado incluso, pues en más de una ocasión deseamos que aparezca Christopher Lloyd como Doc, explicándonos en su pizarrita las idas y venidas de cada personaje por el espacio-tiempo y sus consecuencias, para no dejarnos ningún cabo suelto.

Visitante debe ser vista por todo ello como una ópera prima para calibrar el potencial de Alberto Evangelio como guionista y director, y sopesar sus posibilidades de cara a un largometraje con más presupuesto, que le permita desarrollar una nueva propuesta fantástica sin necesidad de racionar los cafés del set para que lleguen a final de semana. Y en ese aspecto, el hasta ahora autor de cortos como La cruz, Alexis y Casa, se ha ganado el derecho con creces. Visitante es una olla en ebullición de ideas que habrían lucido mejor de no haberse visto encorsetadas en un espacio único por necesidades de producción, así que desde aquí pedimos una segunda película para Evangelio con un presupuesto como los de Juan Antonio Bayona como mínimo.

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