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SPIDER-MAN: UN NUEVO UNIVERSO crítica: New Kid(s) on the Block

Genial adaptación del Spider-Verso en Spider-Man: Un nuevo universo, con toda la Spider-Familia

CHEMA PAMUNDI

A veces, las apariencias no engañan, las expectativas no defraudan, la ilusión no se demuestra como infundada. A veces, lo que por los trailers tenía pinta de obra maestra, sencillamente lo es. Como espectador, salir del cine más feliz de lo que entraste es una sensación maravillosa. Más si la culpable de esa felicidad es una película sobre tu personaje, tu superhéroe favorito, con toda la carga emocional que eso conlleva. Spider-Man es el superhéroe favorito de muchísima gente, así que estas navidades va a haber bastantes fans saliendo felices del cine tras ver Spider-Man: Un nuevo universo. Porque, sí: obra maestra.

Como ocurre con buena parte de lo que está haciendo Marvel (en este caso Sony, pero ya nos entendemos) con sus supertipos a la hora de plasmarlos en la gran pantalla, Spider-Man: Un nuevo universo no hubiera podido existir sólo cinco años antes, no hubiera encontrado un público mentalmente preparado para asumir tanto salto dimensional y tanto universo paralelo. Sin embargo, llega en el momento justo, tras obras como X-Men: Días del futuro pasado y sobre todo tras esa descomunal ópera a torta limpia que fue Vengadores: Infinity War, que han educado al espectador casual en los vericuetos del “Marvelverso”, que le han enseñado que los superhéroes son un género mucho más alambicado, complejo y narrativamente exigente de lo que se creía. Es más, llega en el momento adecuado para ser lo que los americanos llaman un “game-changer”, un largometraje que marque un antes y un después, que ayude a cerrar paradigmas anteriores y a abrir unos cuantos nuevos. Lo es como cine de animación, como cine de superhéroes y como cine infantil; y lo es, entre otras cosas, porque subvierte esos tres modelos.

 

SPIDER-MAN: UN NUEVO UNIVERSO: animación

"Sobre todo que no aparezcan los Spider-Mans de Sam Raimi y Marc Webb o la liamos"

 

Su trama se basa en una reinvención del personaje que llevó a cabo Marvel hace algunos años, al darse cuenta de que un Peter Parker ya treintañero, con un currículum de entierros, bodas y divorcios a sus espaldas, había dejado de conectar con el público joven al que iba dirigido en origen. De ahí surgió la idea de un nuevo Spider-Man, Miles Morales, un adolescente afroamericano de Brooklyn con una personalidad muy diferente a la de Parker (menos canalla, más idealista), cuyas historietas estarían ambientadas en el “universo Ultimate”, uno de los numerosos mundos alternativos que maneja la editorial, empleado sobre todo para poder publicar versiones actualizadas de muchos de sus personajes clásicos (y del que han bebido muchísimo todas las adaptaciones del “plan Marvel”). Como era de esperar, La Casa de las Ideas no tardó en empezar a juguetear con la posibilidad de mezclar varios de estos universos, de hacer interactuar a Morales con el Peter Parker original... y con otras versiones del personaje, a cual más bizarra. Sin entrar en detalles, en eso se centra buena parte de la historia que cuenta Spider-Man: Un nuevo universo.

Decir que nos encontramos ante un espectáculo que a nivel visual te apabulla ni siquiera llega a rascar la superficie de lo alucinante que es. ¿La mejor película de superhéroes hasta la fecha? Eso, a tenor del nivel medio actual, empieza a ser mucho decir. Pero sí que cuesta encontrar, en más de cien años de cine, algún título anterior que haya trasplantado de manera tan certera el lenguaje de los tebeos superheróicos, la métrica de su narrativa secuencial. Desde los cambios de enfoque para jugar con la profundidad de campo hasta las texturas y la trama de color a base de punteados (imitando el sistema de coloreo que tenían los tebeos hasta la llegada de las tecnologías digitales), pasando por mezclas estilísticas que homenajean con una elegancia despampanante el último medio siglo de andanzas del trepamuros, desde sus versiones más canónicas hasta las más atrevidas y experimentales (ese lisérgico tramo final que parece dibujado por Bill Sienkiewicz). Parece haber sido estructurada no por escenas, sino directamente por viñetas.

"Estas navidades va a haber bastantes fans saliendo felices del cine tras ver Spider-Man: Un nuevo universo. Porque, sí: obra maestra"

Entonces, estamos en que si Spider-man: un nuevo universo fuese cine mudo y sin guión, ya te dejaría boquiabierto. Pero es que encima el guión es original, fresco, dinámico, carismático, sin un momento muerto y lleno de personajes de trazo fino. Logra reimaginar bajo una luz nueva todo aquello que hemos visto ya tantísimas veces: la araña radiactiva, la tía May, el uniforme casero, la cantinela del gran poder y la gran responsabilidad, etc. Además, utiliza la casi siempre peliaguda voz en off (cada vez menos cintas la aplican bien) para romper la cuarta pared, hablar de tú a tú al espectador y reírse de los propios tópicos del género, como un efectivo atajo por el que escabullirse a fin de evitar caer en el refrito. El Miles Morales/Spider-Man protagonista parece consciente de ser un personaje de tebeo, se mueve, se comporta y habla como tal, y eso crea una complicidad espectacular con la audiencia. En ocasiones me he quejado de ciertas películas de superhéroes que parecen avergonzadas de serlo, que oscurecen uniformes y abotargan de forma postiza los diálogos. Frente a todo eso, Spider-man: Un nuevo universo muestra con orgullo y sin complejos los colores y las virtudes intrínsecos a las historietas sobre justicieros enfundados en licra.

El asunto sabe encontrar un acertado tono medio en sus aspiraciones épicas, ni llegando a las pasadas de vueltas siderales de los Vengadores ni bajando al nivel callejero de series de Netflix como Daredevil o Punisher. Además, la trama atañe de forma directa a los personajes protagonistas, se articula en torno a ellos en lugar de ser una amenaza externa que les pilla pasando por allí. Tendrán que aprender a trabajar como un equipo (mientras se echan la bronca y se sueltan constantes bravatas, por supuesto), si quieren salvar sus respectivos universos. Está todo interconectado, y funciona de perlas. Porque, y acaso ese sea su acierto principal, antes que cine de animación o cine infantil esto es una peli de Spider-Man, diseñada para fans de Spider-Man. O sea, a diferencia de por ejemplo muchas producciones Pixar, que son cintas para niños con una capa adicional de referencias que los adultos pueden disfrutar, en este caso quienes van a tener que hacer un esfuerzo por seguir el ritmo de lo que ocurre en pantalla van a ser los menores de edad. La sensación que tengan al verla por primera vez, intuyo, debe de ser un poco la misma que cuando te lees "El señor de los anillos" a esa edad en la que aún no acabas de entenderlo del todo (pero te da igual porque lo estás flipando en verso).

 

SPIDER-MAN: UN NUEVO UNIVERSO: animación

"Lo que no sé es por qué mi tía May es una ancianita y las otras son unas MILF impresionantes"

 

De hecho, vaticino que al esperable taquillazo de Spider-Man: Un nuevo universo habrá que sumarle un número más alto de lo normal de revisionados infantiles, no sólo porque sea cine de aventuras de primerísimo orden, no solo porque te vayas a dormir y al cerrar los ojos haya escenas que se te aparezcan en la memoria, sino porque es posible que a ciertas edades sea necesario verla más de una vez para pillar todo lo mucho y bueno que ocurre en pantalla. Algunos adultos que sólo conozcan al Spidey cinematográfico se pueden sentir igual de perdidos al inicio, pero el libreto de Phil Lord y Rodney Rothman sabe convertir lo que podría haber sido un batiburrillo confuso en capacidad de sorpresa, en una sensación constante de no dar crédito ante tanto giro molón. Cuando uno descubre que entre sus créditos anteriores están los guiones de orfebrería fina de las Lego películas (la original y la de Batman), lo entiende todo.

Alguien me comentó, al terminar la proyección de Spider-Man: Un nuevo universo, haber tenido el mismo feeling de “Esto no lo había visto nunca” que tras el estreno de Matrix, hace ya dos décadas; y lo cierto es que la comparación, que podría parecer una sobrada mal medida, no lo es tanto. Para cualquier aficionado al cine de entretenimiento, es un orgasmo. Para un fan de Spider-Man, es tan buena que hace llorar. Lo dicho, obra maestra total. La mejor película (en términos absolutos) del año.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Venus Hall of Fame

INF VNV 5

Recomendada por Kuato a: quien quiera un argumento inapelable sobre por qué, en plena era de Netflix y HBO, la mejor manera de ver el cine sigue siendo en una sala de cine.

No recomendada por Kuato a: quien quiera evitar comparaciones sangrantes entre lo que está haciendo Marvel en el terreno de los superhéroes y lo que están haciendo... bueno, “los demás”.

Ego-Tour de luxe por: los Spider-Man alternativos que van apareciendo, todos los cuales merecerían sin duda una secuela propia.

Atmósfera turbínea por: absolutamente nada.

 

SPIDER-MAN: UN NUEVO UNIVERSO. "Spider-Man: Into the Spider-Verse" (EUA, 2018). Dirección: Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman. Guión: Chris Miller y Rodney Rothman. Reparto: Nicolas Cage, Shameik Moore, Jake Johnson, Hailee Steinfeld, Mahershala Ali, Brian Tyree Henry, Luna Lauren Vélez, Lily Tomlin, Liev Schreiber, Kimiko Glenn, John Mulaney, Nick Jaine, Muneeb Rehman, Alycia Cooper y Melanie Haynes. Estreno en Venusville: 21/12/2018.

 

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