THE OFFERING crítica: Olvido en 20 minutos

Horror movie judía ortodoxa con demonia antiabortista asomando la cabecita por una morgue

¿Saben lo que me jode de las películas de terror actuales? Que los que las hacen se piensan que por poner una ambientación lúgubre y meter bocinazos para resolver cualquier escena que se cruce, ya lo consideran terror y le dan carpetazo. Esta manera de pensar sería lo mismo como considerar que una película es un musical porque sale un tío silbando. Y aunque aún tengamos películas de terror más que correctas a lo largo del año, la gran mayoría de novedades forman parte de una producción más cercana a la de los churros un domingo por la mañana, que a la artística creación de una obra cinematográfica.

Pero esto es lo que las productoras creen que le gusta a la generación TikTok (y tal vez tengan razón). En The Offering, la trama es una mera excusa para sustos y bocinazos de oferta, todo bien mascadito para que el espectador no se pierda, con gran cantidad de escenas que están más sobadas que un pijama en oferta. A los que se tomen el género de terror un poco en serio, por favor, abandonen la sala.

"Otro que ha confundido Una extraña entre nosotros con Único testigo"

Tal vez me esté haciendo viejo, pero me interesa más la trama de la película que todo el "rollo terrorífico” que le ponen. Estuve a punto de decirle al monstruo que se sentara en la silla de la esquina y se estuviera calladito, para que me siguieran desarrollando la relación del padre judío ortodoxo y su hijo-escoria humana. Es como si te untas Nocilla en un pan de molde y después vas chupando el chocolate dejando el pan sin tocar. La historia de la joven pareja a punto de ser padres primerizos visitando al padre de él, para hacer las paces después de años distanciados, pero con el hijo (que como apuntaba antes es un pedazo de mierda) aprovechándose de su pobre padre, eso sería la Nocilla.

Además llega un cadáver que se suicidó, con un demonio residiendo dentro de él, que quiere salir para hacer... ¿demoniadas? Eso sería la rebanada de pan de molde, esa que se quedó en el fondo de la despensa, totalmente olvidada, que te encuentras cuando estás vaciando la casa porque te mudas, con una masa entre negra y verde dentro de la bolsa, con edad para votar, que tiene más pinta de objeto de atrezzo de The Last of Us que de un producto alimenticio. Aquí culmina esta perfecta analogía del pan de molde y la Nocilla, que sin duda estará nominada en algún premio como mejor relleno de crítica, y que sirve para decir que de The Offering da más hambre que miedo.

“En The Offering la trama es una mera excusa para sustos y los bocinazos los tenemos en oferta, todo bien mascadito para que el espectador no se pierda”

Después de que se anunciaran las nominaciones a los Oscars de 2023, salieron algunas voces declamando, no sin razón, el eterno rechazo de la Academia hacia el género de terror, pues no hay nominación de ninguna clase para una película de miedo, ni de los premios grandes como dirección, interpretación o película, ni de los llamados técnicos como diseño de producción, montaje o sonido... y hombre, que no tengan ningún reconocimiento en absoluto huele un poco, mientras que los dramas y biopics se amontonan unos encima de otros buscando su foco particular. Luego se preguntarán por qué ya a nadie le interesa estos premios.

Pero por otra parte, y teniendo una visión más global de asunto, tenemos el caso de The Offering y docenas de producciones similares que se estrenan a lo largo del año. Películas de “terror” sin más pretensiones que gritarte a la oreja cada dos minutos y ponerte monstruos de dudosa creatividad, no ayudan a que el público se tome el género en serio. Tampoco estoy a favor del llamado “terror elevado”, que es la nueva etiqueta que se han inventado para que los hipsters vean sus películas, pues para mí son tan culpables de esta situación como los que tienen el botón de scare jumps hundido de tanto apretarlo.

"Premio para quien sepa que el nombre real del payaso Krusty es Herschel Shmoikel Pinkus Yerocham Krustofsky"

Esta crítica me está resultando terapéutica, un grito de socorro en la oscuridad de internet. ¿Cómo nos vamos a tomar este género en serio, si no he visto más de dos películas buenas de terror de estreno en todo un año? Fuera de los festivales de cine no hay calidad real, sólo hay bocinazos y un contexto insulso y lleno de clichés. Tal vez lo mejor sea que los académicos se queden con sus dramas y nos dejen a los locos disfrutar del buen cine de terror en nuestros nichos, y apartando películas como ésta que no aportan nada al género, ni lo pretenden.

Volviendo a The Offering, poca cosa funciona aquí. Las interpretaciones no son la divina papaya: su protagonista Nick Blood se pasa la película con la misma cara, la coprotagonista Emily Wiseman es el anticarisma, y el monstruo parece sacado de las escenas eliminadas del Mortal Kombat de 1995. Los únicos personajes que medio interesan son los dos hermanos que llevan la morgue. No son maravillosos, pero por lo menos no estoy contando los segundos que quedan para que acaben sus escenas.

Ya no quiero hablar más de esta película. Es una más. La verán con el piloto automático puesto y aún no habrá terminado la semana que ya la habrán olvidado. No tiene más. Empieza medio bien con un drama familiar que hemos visto poco en el cine, al centrarse en una familia judía ultra ortodoxa, pero ahí se terminan las ideas. Lo demás es lo de siempre, escenas largas y silenciosas rematadas con un bocinazo.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Condenada a alforfones