ZOMBIES artículo: Zombies Ranking 1965-2005

Del Zombie de G. A. Romero al de Zack Snyder, el repaso más vivo a 40 años del cine más muerto

■ BETO

Seguro que si diéramos un papel a cien personas y les hiciésemos escribir qué zombies les han llamado más la atención de las numerosas películas que se han hecho del género, la lista sería inacabable, pero estoy convencido de que los títulos que mencionaré estarían en lugar destacado en esta hipotética lista..

En este artículo no hablaré del zombie clásico, que es el que procede de las películas de los años 30, 40 y 50, en las que el concepto era aplicado a una persona revivida que obedecía las órdenes del malo de turno. En muchas de esas obras la acción se desarrollaba en Haití y otras islas del mismo estilo, mezclando en ellas los rituales de vudú. Para refrescar conocimientos echar una miradita a Yo anduve con un zombie (Jaques Tourneur, 1943) o La legión de los hombres sin alma (Victor Halperin, 1932), por ejemplo. Aquí nos centraremos en el zombie moderno, que es el que mola más.

Por orden cronológico, empezaremos con el gran George A. Romero y su mítica trilogía La Noche de los muertos vivientes (1968), Zombie (1978) y El día de los muertos (1985). Con la primera cinta se introdujo plenamente la figura del zombie moderno: el muerto en estado de descomposición, más lento de reflejos que Roger Moore en Panorama para matar, cuyo despertar se debe a alguna radiación, virus o cualquier otra porquería, y más hambrientos de carne humana que las ganas que tiene Van Damme de enseñar el culete en sus películas. La única forma de matarlos es destrozándoles el cerebro.

A partir de aquí se multiplicaron las películas que aplicaban el formato de los zombies de Romero, y entre ellas destacaré una producción nacional: No profanar el sueño de los muertos (Jorge Grau, 1974) y la hispano-italiana Apocalipsis caníbal (Vincent Dawn, 1980). En ambas aparecen muertos vivientes a raudales que con sus andares cansinos se dedican a morder a la gente como si se tratasen de entrecottes de ternera.

"No hay nada como un paseo matutino para rejuvenecer el cutis"

Coincidiendo con la aparición de la tercera parte de la trilogía de Romero, ese mismo año se estrenaron dos películas que apostaron por otro tipo de zombies: Re-Animator y Lifeforce. En Re-Animator, de Stuart Gordon, se nos muestra a unos zombies algo más cómicos, que tienen la particularidad de que sus miembros (manos, cabezas… y hasta la polla), aún cortados del cuerpo, siguen teniendo vida propia; además, estos zombies tienen cierta carga sexual y su estado de descomposición no es tan notorio como en los zombies de Romero.

El origen de la reanimación se debe a los experimentos del mítico doctor Herbert West, que inyecta un fluido verdoso a los cadáveres, reanimándolos al instante. Tras el éxito de Re-Animator se rodó La novia de Re-Animator (Brian Yuzna, 1990) y Beyond Re-Animator (Brian Yuzna, 2003), decididamente la más cómica y gore de las tres.

"George A. Romero introdujo el muerto en estado de descomposición más lento de reflejos que Roger Moore en Panorama para matar"

Lifeforce, dirigida por Tobe Hooper, nos muestra en cambio a unos zombie-vampiros que se alimentan de la energía de los humanos, y cuya procedencia se debe al descubrimiento de una nave espacial con vampiros estelares. A diferencia del zombi terrestre, éste no se descompone, porque está momificado y más reseco que el papuchi de Julio Iglesias. Sin duda estamos hablando de una obra maestra del género.

Pero no nos movamos de 1985, que fue un año pródigo en películas de zombies. Como película totalmente humorística tenemos El regreso de los muertos vivientes, de Dan O’Bannon, en la que un producto químico de unos barriles (¡cómo no!), se escapa y de nuevo la tenemos liada. Estos zombies no son tan patosos como los mostrados en otros films (corren y todo), se alimentan de cerebros de humanos vivos para calmar el dolor de cabeza tan grande que sienten y, lo que es mejor, ¡hasta hablan! La película es muy divertida y tuvo una secuela: La divertida noche de los zombies (Ken Widerhorn, 1988), que pasó con más pena que gloria.

"Ya te dije que no te operaras por la Seguridad Social"

Lamberto Bava, en una producción del mítico Darío Argento, nos mostraba otro tipo de zombies en Demons, en el año…. ¡1985! Aquí los humanos se infectan originariamente por los efectos demoníacos que posee una película proyectada en un cine del cual los invitados a la sesión no pueden huir. Además de tener un origen demoníaco, estos zombies se alimentan de sangre, son muy rápidos, con mirada infernal e infectan con rapidez. A pesar del paso de los años es una de las películas de terror que más me acojona, digna de un Venus Hall of Fame. Demons también tuvo una secuela, casi tan buena como la primera, pasando el escenario de la acción a ser un rascacielos infestado de zombies-demonios.

Por fin adelantamos el reloj unos años y nos desplazamos hasta 1992, cuando el maestro Peter Jackson no había cambiado de rumbo su carrera y le tiraba más el cine gore que al puto golum el anillo de las narices. Braindead es un exceso de película: zombies, sangre, mutilamientos, sexo, humor… pero sobre todo es un referente del cine gore. Aquí, el origen de la infección se debe a un mono-rata traído de la quinta hostia que muerde a la madre del protagonista. Los zombies de este film son muy violentos y sanguinarios (esa escena casi al final con la casa infestada de zombies y sangre por todos lados…), y posee escenas antológicas, como la de un bebé zombie practicando sexo. Los muertos son un poco cutres pero atrayentes.

Como hemos visto hasta el momento, los zombies son generalmente seres sin alma ni conciencia que han perdido su identidad porque están muertos. Una rara excepción la tenemos con el director Andrew Parkinson, que en sus dos películas I Zombie (1988) y Dead Creatures (2001), nos muestra a los zombies como seres infectado por un virus estilo SIDA. Son personas vivas, generalmente de capas bajas de la sociedad, que tienen conciencia y sentimientos, y que se unen para asesinar a personas que luego descuartizarán y se comerán por significar el único sustento ante la enfermedad que han contraído que los va degenerando poco a poco.

"Hasta que no cambien los filtros, no vuelvo a ninguna fiesta de la espuma más"

Son películas con una cierta crítica social y un poco durillas de visionar, ya que no es lo mismo ver al típico zombie echándole un bocado a la víctima de turno que ver que los que se reúnen alrededor de un cuerpo mutilado son, por ejemplo, cuatro mujeres vivas que urgan en los intestinos del infeliz descuartizado. La enfermedad contraída tiene un proceso lento y lo que comienzan siendo pequeñas manchas, pasan a ser heridas abiertas hasta llegar a la putrefacción total. Estas películas tienen un cierto componente de crítica social, pero queda empequeñecido por la dureza de las imágenes.

En años más recientes hemos vuelto a tener un aluvión de películas de este género de las cuales destacan Resident Evil (2002), del controvertido Paul Anderson. Se trata de una vuelta al estilo de los zombies de Romero: lentos y apareciendo a centenares. Eso sí, el aspecto que muestran es sobrecogedor. La causa de la infección vuelve a ser un virus, así que nada de nuevo.

"A pesar del paso de los años, Demons es una de las películas de terror que más me acojona, digna de un Venus Hall of Fame"

En 28 días después (Danny Boyle, 2003), volvemos a tener zombies que en realidad no están muertos, sino que vía mordisco o sangre se contrae un virus parecido a la rabia que hace que pierdan el raciocinio. El proceso de transformación es inmediato, destacando su extrema violencia y las facultades atléticas de los infectados, porque cómo corren los tíos…

Finalmente mencionaré Amanecer de los muertos, (Zack Zinder, 2004), título original de Zombie, que es un remake actualizado y mejorado de la segunda parte de la trilogía de Romero, porque sin entrar en la historia y hablando de lo que nos interesa, los zombies también se mueven a gran velocidad, son muy rápidos, y la cantidad que aparece es descomunal. Presenciamos además el nacimiento de un bebé zombie, que es un suceso que no estamos acostumbrados a ver habitualmente… ¿O sí?