14 DAYS WITH VICTOR crítica: Mami qué será lo que quiere el negro

Mami qué será lo que quiere el negro Torture Porn sin torture ni porn donde lo más espeluznante es la cara de bestia del negro protagonista Por El Hombre de Boston

<Si ustedes leen que en una película un pintor que es un negro enorme con cara de bestiajo y pinta de portero de discoteca cabreado, entabla con su modelo, un adolescente enclencucho que recuerda a Daniel Diges con diez años menos, una relación basada en el sadismo y la sumisión, se imaginarán como mínimo al chaval desnudo a cuatro patas con una manzana en la boca, y al negro con el trabuco a punto de ser engrasado, seguro.

   Si leen además que una fotógrafa underground maquillada como la Lisbeth Salander de Millenium aunque sin tetas, aficionada a autoretratarse desnuda completa el triángulo, entonces se imaginarán al chaval desnudo a cuatro patas con una manzana en la boca, al negro con el trabuco a punto de ser engrasado, y a la fotógrafa situada justo en medio a modo de sándwich tomando instantáneas del acoplamiento.

El negro bestiajo

   Y si encima esa película se presenta a concurso en la sección oficial fantástico del Festival de Sitges, y se promociona como un torture porn plagado de mala leche inspirado en live snuffs, esperarán ver al chaval desnudo a cuatro patas con una manzana en la boca, al negro con el trabuco a punto de ser engrasado, y a la fotógrafa situada justo en medio a modo de sándwich tomando instantáneas del acoplamiento, con la inquietante atmósfera de Seven, la morbosa crudeza de Saw, y la sangrienta cafrería de Hostel.

   Pues nada más lejos de la realidad. En vez de eso, 14 Days with Victor es lo más parecido en forma y fondo a una obra checoslovaca, armenia o iraní, con vocación de ser distribuida en circuitos minoritarios no comerciales. Una exploración lenta y cansina de la psique humana en momentos de crisis personal y una reflexión sobre la degradación moral de los valores más elementales que haría dormir a cualquier protagonista de Pesadilla en Elm Street, aún a riesgo de que Freddy Krueger se le apareciera para rebanarle el culo.

   Una obra como ven más propia de ser proyectada en un cineclub para ilustrar la charla de un profesor de etología que en un certamen de cine fantástico. Como si Isabel Coixet hubiera cogido a los malos de Asesinato en 8 mm. y hubiera hecho una peli de su estilo sólo para entender cómo puede llegar alguien a ser tan cabrón.

   La violencia que sale es mínima y encima concentrada en los últimos minutos, pues aquí se le da más importancia a las irrelevantes motivaciones de los personajes, a sus soporíferas relaciones, y a mostrar íntegramente cómo un personaje se enjabona los sobacos en la ducha durante diez minutos, que a enseñar cómo se los depilan luego por la fuerza con papel de lija.

El adolescente moñetas

   Un auténtico desperdicio teniendo al negro bestiajo como verdugo cabrón y al adolescente moñoncito como víctima entregada. ¿No quería el director hablar del dolor y del sufrimiento como purificación? Pues haberlo mostrado con inteligencia y no habernos dejado sólo con dos botes de pintura sostenidos como quien está castigado por no saberse la lista de los reyes Godos, cuatro cortecitos como los que se hace uno cuando se afeita el ombligo, y ese saltito del ángel que parece estar inspirado en un gag de Mortadelo.

   Hay mil veces más emoción y sentimiento en el dolor y el sufrimiento autoprovocado que narra el El club de la lucha cuando Brad Pitt se deja apalizar por el dueño del local donde realizan las peleas, o con la quemadura química que le inflige a Edward Norton, que en todas las escenas de 14 Days with Victor juntas, flechazos incluidos. Y es que la escena del tiro con arco, con el pintor metido a príncipe de los ladrones versión Spike Lee, al lado de las mencionadas de la obra de Fincher parece sacada de Las locas, locas aventuras de Robin Hood./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Condenada a alforfones
		Recomendada por Kuato a: quien no se atreva ver un torture porn por miedo a no soportarlo. Esto es un torture porn sin torture ni porn.
		No recomendada por Kuato a: quien le asustó la escena de A la caza en la que un negrazo con sombrero de cowboy se pase en pelotas por comisaría para intimidar a los detenidos.
		Ego-Tour de luxe por: la cara de bestia del pintor. Lo que se debieron ahorrar en producción al no necesitar maquillaje...
		Atmósfera turbínea por: vas a pedir trabajo y el entrevistador es un negrazo enorme que lo primero que te pide es que te quedes en pelotas, y en vez de salir por patas vas y lo haces. ¿Les parece normal? Pues así empieza la peli…

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