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ÁMSTERDAM crítica: Perdidos en Ámsterdam

Si Colin Farrell y Brendan Gleeson estaban perdidos en Brujas, aquí todos lo están en Ámsterdam

EL HOMBRE DE BOSTON

Algún día me tendrá que explicar alguien qué le ve la crítica norteamericana a David O. Russell, pues ninguno de sus títulos, a excepción de The Fighter, me ha parecido que mereciera el bombo que han tenido. Ni El lado bueno de las cosas, ni La gran estafa americana, ni Joy, a pesar de que entre todas acumulen más nominaciones a los Oscars que Titanic. Qué le ve la crítica norteamericana, y qué le ven los actores, porque Ámsterdam reúne uno de los repartos corales más atractivos desde Los mercenarios (sí, han leído bien, ¿acaso han visto alguna otra vez a Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis juntos?). Y eso que algunos sólo salen para asomar la cabeza y decir hola, pero oye, está visto que como si los hubieran puesto de figurantes...

Christian Bale, Margot Robbie y John David Washington en los papeles principales, y (tomen nota y aire porque la lista es larga) Robert De Niro, Rami Malek, Anya Taylor-Joy, Zoe Saldana, Chris Rock, Michael Shannon, Mike Myers, Andrea Riseborough, y hasta la cantante Taylor Swift (que no sé cómo se ha dejado engañar), en los secundarios, por no decir anecdóticos debido a su brevedad. Ya les digo, o los caterings de los rodajes de David O. Russell son especialmente generosos, con jamoncito del bueno, cerveza de importación y caviar beluga, o el tipo tiene más labia que un psicólogo argentino y los engatusa a todos con su cháchara como si vendiera neveras a los esquimales.

 

"¡David O. Russell nos ha prometido nominaciones para todos!"

 

Total para hacer Ámsterdam, la propuesta de David O. Russell más fallida por desmesurada, estrambótica y grotesca, dotándola de un tono demasiado desenfadado en clave de comedia ligera, a pesar de narrar unos hechos tan trascendentales como la Primera Guerra Mundial y el posterior desenmascaramiento de un complot en las altas esferas para asentar el nazismo en Estados Unidos. Y eso contando con un presupuesto de 80 millones de dólares que recrea a la perfección, entre decorados y digitalización, la Nueva York de la época, siendo de lo poco salvable del film, al encandilar visualmente a pesar de sus carencias narrativas y de la poca empatía que provoca la propuesta en sí.

“Nada o poco se salva de Ámsterdam al no funcionar ni su tono ni sus actores, tan perdidos en el microuniverso creado por Russell como el bestiajo de Rompe Ralph en la edulcorada Sugar Rush”

Y es que nada o poco se salva de Ámsterdam al no funcionar ni su tono ni sus actores, tan perdidos en el microuniverso creado por Russell como el bestiajo de Rompe Ralph en la edulcorada Sugar Rush. El único que sale airoso del envite es (una vez más, en su tercera colaboración conjunta) Christian Bale, al comprender el tono requerido y componer un personaje bufonesco, acartoonado y cargado de gran vis cómica, sin que ésta sea evidente. Todo lo contrario de John David Washington, que se pasea toda la peli con cara de alucinado por no entender ni un solo momento lo que sucede a su alrededor, y de Margot Robbie, chirriando más que Hellboy disfrazado de pitufo, al querer dotar de comicidad a su personaje, obteniendo un resultado tan poco gracioso como un chiste del Oso Fozzie.

 

"Si tú has ganado un Oscar con David O. Russell, yo no quiero ser menos"

 

Y es que por no funcionar, no funciona nada de la película, tanto por lo que cuenta por cómo lo cuenta: durante la Primera Guerra Mundial, dos soldados norteamericanos heridos en Francia, se hacen amigos de una enfermera, se convierten en un trío inseparable y viajan a Ámsterdam para vivir la vida bohemia de la ciudad. ¿Atractivo? No se lo crean, pues ni cuelan los personajes (la enfermera también es norteamericana, ¡wtf!), ni cuela su relación, ni cuela el tono imprimido, a caballo entre ligeramente cómico y pesadamente onírico, con lo que más que tres bohemios, parecen tres Chiripitifláuticos en viaje de fin de curso de octavo de E.G.B., o Willy Fog, Rigodón y la princesa Romy, en su vuelta al mundo en 80 días en su paso por Europa.

Por eso podemos decir que estamos ante la película más fallida de David O. Russell, por mucho que luego quiera vestir la peli con capas más serias con lo de la trama de la conspiración, que huelga decir que funciona tan mal como los episodios de la guerra y de Ámsterdam. Si hay justicia en este mundo, Ámsterdam será un estrepitoso fracaso, no obtendrá ninguna nominación a los Oscars (bueno va, una para Christian Bale, que su interpretación bien lo merece), y el mundo se dará cuenta de lo bluff que es David O. Russell. Nosotros ya lo sabíamos y Ámsterdam no ha hecho más que confirmarlo. Eso, y recordarnos lo mucho que nos gustaban Los Chiripitifláuticos y La vuelta al mundo de Willy Fog.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Condenada a alforfones

INF VNV 1

Recomendada por Kuato a: fans de Christian Bale que no sepan quién es David O. Russell.

No recomendada por Kuato a: quien ya venga avisado tras ver El otro lado de las cosas y Joy.

Ego-Tour de luxe por: una vez más, Christian Bale y la composición de sus personajes. Este tío te salva hasta un vídeo de boda.

Atmósfera turbínea por: que mucho pacto, mucho achuchón y mucha tontería entre Christian Bale, Margot Robbie y John David Washington, pero de tríos nada, al menos que se vean. 

 

ÁMSTERDAM. Estreno en Venusville: 28/10/2022.

 

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