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BEACH HOUSE crítica: Mallorcafrenia

Hèctor Hernández denuncia el turismo chungo en forma de thriller, cambiando Venecia por Magaluf

RAY ZETA

“Balconing”, “Shot Kissing”, “Mamading”… Bienvenidos a Magaluf, la localidad mallorquina erigida en el Torremolinos del siglo XXI, en el que los otrora Alfredo Landa, José Luís López Vázquez y Juanjo Menéndez perseguían babeantes a libertinas suecas en biquini. Pero los tiempos cambian, y en Magaluf ya no se ven españolitos bajitos de pelo en pecho con barriga acosando escandinavas, sino catalanes de torso depilado con tableta de chocolate, haciendo lo propio con turistas británicas. Es la cultura del low cost, del all included y de los Pub crawlings. Es la cultura, en definitiva, del turismo de borrachera.

Es en ese contexto donde el guionista y director Hèctor Hernández Vicens sitúa su tercera película tras El cadáver de Anna Fritz (2015) y Dead of the Dead: Bloodline (2017). Beach House (acaso su obra más personal, pues siendo mallorquín de nacimiento, quién sabe cuánto de autobiográfico habrá en el guión), narra cómo tres jóvenes catalanes acuden a la tierra prometida del mar Balear atraídos por los cantos de sus sirenas, que no son otros que la juerga continua con alcohol, drogas y supuesto sexo fácil, aunque la tan buscada y ansiada fiesta les acabe explotando en la cara como una sorpresita del Pitufo bromista.

 

"Preferimos ser Esteso, Pajares y Ozores, que Landa, López Vázquez y Menéndez"

 

Tres protagonistas como tres soles, Albert Carbó, Francesc Colomer y Martí Atance, que irradian tanta naturalidad y espontaneidad tanto en su interpretación como en su relación de personajes, que harán creer a más de un espectador que no son actores profesionales, sino amigos reales que están siendo filmados por cámaras ocultas (nunca mejor dicho) sin que ellos lo sepan. Ellos serán nuestros guías en el descenso del paraíso a los infiernos, describiendo por el camino una realidad incómoda en la que ciento de miles turistas anuales eligen esta costa del municipio de Calvià como zona cero de sus orgiásticas vacaciones.

“Hèctor Hernández Vicens combina diferentes géneros, obteniendo como el aceite multiusos spray, un efecto tres en uno”

Jóvenes salidos rebosantes de hormonas como los personajes de la saga Porky’s en los 80 o los de American Pie en los 2000, pero derivando hacia un Spring Breakers masculino en el que se denuncia el machismo imperante en cualquiera de sus formas (desde el vejatorio al protector), hasta acabar como el rosario de la aurora con una subtrama criminal de la mafia rusa incluida. Hèctor Hernández Vicens combina así diferentes géneros, pasando de la comedia gamberra a la comedia romántica, y de la comedia romántica al thriller criminal, obteniendo como el aceite multiusos spray, un efecto tres en uno.

 

"El primero que vea un culo mejor que el de Jennifer Lopez, gana"

 

He aquí el triunfo de Beach House, la capacidad de reinventarse constantemente, de introducir giros argumentales que descolocan al espectador, y el talento de manipularlo como un maniquí introducido en un automóvil de pruebas de la Dirección General de Tráfico, con el que se le estrella contra un muro permitiendo o evitando que se abra el airbag según conveniencia. Hèctor Hernández juega de la misma manera con el guión y con el espectador, zarandeándole continuamente sin dejar que se acomode en su asiento, pasando de la sonrisa a la sonrisa gélida, de igual forma que si la temperatura descendiera 20 grados de golpe.

Mención especial por su capacidad de síntesis (75 minutos de duración) y por el final. Un final sorprendente que por su contundencia les dejará peor cuerpo que la mañana siguiente a una barra libre de garrafón. Un final con toques de terror que les mantendrá el culo pegado a la butaca con los ojos desorbitados y la mandíbula desencajada, hasta que se enciendan las luces de la sala. Si películas como Top Gun incitan a la juventud a alistarse en la academia de vuelo para convertirse en piloto de combate, Beach House convencerá a los jóvenes espectadores de pasar sus vacaciones veraniegas en Montserrat en lugar de Magaluf.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: fans de Manolo la nuit y El abominable hombre de la Costa del Sol. Tampoco hemos cambiado tanto.

No recomendada por Kuato a: quien espere ver a alguien follarse una tarta como en American Pie.

Ego-Tour de luxe por: pasar de cero a cien y de un género a otro en menos de tres segundos.

Atmósfera turbínea por: que mucha Magaluf, mucha juerga y mucho jijijaja, pero en la playa no se ve ni una sola tía en top-less.

 

BEACH HOUSE. Dirección y guión: Hèctor Hernández Vicens. Reparto: Albert Carbó, Francesc Colomer, Martí Atance, Nina Guseva, Tony Corvillo, Mirela Balic, Azret Kumykov. ESTRENO EN VENUSVILLE: 05/12/2023.

 

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