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CIRCUITO CERRADO crítica: Cerrado por cortocircuito

Thriller político con un Servicio de Inteligencia británico más chapucero y cutrillo que la T.I.A.

SAPO

De un tiempo a esta parte, la amenaza terrorista global ha sacudido a las sociedades y mucha gente está dispuesta a sacrificar libertad por seguridad. A los gobiernos ya les conviene ese estado de ánimo para poder controlar todos los resortes del poder con mayor facilidad. Una de estas situaciones es la que se expone en la película Circuito cerrado sobre el proceso judicial a un presunto terrorista tras un atentado mortal en Londres. El ministerio de justicia del Reino Unido es el que decide qué parte de las pruebas pueden ser públicas y qué parte reservadas, teniendo el procesado un letrado para la vista pública y otro sometido a la disciplina gubernamental para la vista secreta. O sea, un embrollo de mucha magnitud en el que encajaría sin problemas aquella famosa escena de los Hermanos Marx de la parte contratante de Una noche en la ópera.

Aunque al inicio de la película se consigue una buena tensión narrativa con la visualización del atentado, la detención de los presuntos autores y el suicidio del abogado defensor público, pronto la cinta se enreda en una trama en que predominan las situaciones absurdas. Y como el estilo de la película es absolutamente británico, de impecable factura y sobria interpretación, en un principio los elementos absurdos pasan algo desapercibidos, pero llega un momento en que te estallan en el intelecto, provocando una sensación de repulsión.

 

"No les hagas caso cariñín, en Troya estabas más guapo que Brad Pitt"

 

A riesgo de soltar algún spoiler de la película, es imposible no citar que, tras el suicidio del defensor inicial, su substituto hubiera tenido un affaire en el pasado con la defensora en los trámites secretos. Si la idea es que no deba haber más contacto que el estricto necesario entre ambos, la elección es de lo más estúpida. Aunque podría ser incluso más patético que, en un asunto de tanta relevancia, el Ministerio de Justicia no tuviera conocimiento de esa relación. Por otra parte, si en el origen del atentado hay algún asunto turbio que el Estado no quiere revelar y si el abogado defensor público inicial, que metió las narices donde no debía, aparece fiambre (vaya casualidad), hay que ser muy lerdo para poner otro letrado que no sólo le dé por investigar lo mismo sino que incluso vaya más allá. Como si no hubiera abogados de prestigio elevado y honestidad reducida para colocar en el puesto.

"Aunque al inicio de la película se consigue una buena tensión narrativa, pronto la cinta se enreda en una trama en que predominan las situaciones absurdas"

Y, ¿qué decir de los servicios secretos británicos?, el famoso MI5 para los Asuntos Interiores. Pues quedan retratados peor que la T.I.A., con una ama de casa modosita en lugar del señor Súper. ¿A quién se le ocurre forzar la entrada del despacho de la abogada para entrar a esperarla para darle los códigos de seguridad del caso? O, ¿para qué cambiar el conserje de su edificio por un agente de vigilancia en el momento álgido de la acción? Más aún, ¿a quién se le ocurre custodiar a la mujer e hijo del presunto terrorista en una especie de casa de colonias en que es más fácil burlar la seguridad que en un supermercado? Y como guinda al pastel, sólo faltaba enviar a cargarse a alguien a un agente uniformado. Eso sí, disponen de un buen número de personal dedicado a la visión de cámaras de seguridad que lo filman todo excepto lo importante. Manda huevos que con las posibilidades tecnológicas actuales el MI5 de la película sea menos eficiente que el agente de la Stasi de La vida de los otros.

 

"Pues Johnny English dejaba mucho peor el MI6 y nadie se quejó"

 

Por un momento parecería que Circuito cerrado fuera una película de humor al más puro estilo del Superagente 86, pero la correcta y formal interpretación de Eric Bana y Rebecca Hall, así como de un buen elenco de secundarios británicos, lo descarta totalmente. Por suerte, la buena factura y ritmo del filme, así como algunas buenas escenas exteriores en el Támesis frente al Parlamento y el Big Ben, o en Wembley, elevan algo el tono e impiden que la historia deslice del todo hacia la indiferencia total.

Circuito cerradoAún así, la película concluye con una visión esperanzadora sobre la denuncia social que lleva implícita. En que la guerra sucia del Estado contra sus enemigos, reales o imaginarios, la verdad acaba siempre por salir a la luz pública y sus responsables acaban cayendo. Sin embargo, es un happy end sin fuerza, como si el director tampoco creyera en él.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: los indignados que gustan de bucear en las aguas putrefactas de las cloacas de los estados.

No recomendada por Kuato a: los que el entramado de leyes y reglamentos con los que se maneja un proceso judicial les produce urticaria.

Ego-Tour de luxe por: la composición de imágenes de cámaras de vigilancia con la que se introduce la trama al inicio de la película.

Atmósfera turbínea por: como un niño con un secador de pelo deja en evidencia a los servicios secretos británicos.

 

CIRCUITO CERRADO. Estreno en Venusville: 12/09/2014

 

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