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COLOR OUT OF SPACE crítica: Colorines del espacio

Adaptación definitiva de H.P. Lovecraft a base de colorines Pantone, en Color Out of Space

CHEMA PAMUNDI

Por cruel que pueda sonar, igual ha merecido la pena que la carrera de Richard Stanley haya sido una caída libre en la que el director sudafricano se haya ido dando trompazos con todas las ramas del árbol (sus prometedores inicios en la serie B con Hardware y Dust Devil se vieron truncados por el desastre que supuso La isla del Dr. Moreau, con Val Kilmer y Marlon Brando, de cuyo rodaje acabó siendo despedido con la etiqueta de ser un director ingobernable y con la promesa de que jamás volvería a trabajar en Hollywood). Igual ha merecido la pena, si ese vía crucis ha sido lo que le ha llevado a renacer a nivel creativo con esta alucinada y alucinante Color Out of Space, adaptación imposiblemente buena de un relato de H.P. Lovecraft que parecía imposible adaptar bien.

Color Out of Space relata el descenso a la locura, la muerte y el horror cósmico de los Gardner, una familia que se acaba de mudar a una granja cercana a un lago, en una zona boscosa de Massachusetts, con la idea de cultivar tomates y criar alpacas como forma de terapia para curarse de diversas neuras y disfuncionalidades que vienen arrastrando (el padre no parece tener demasiado talento para nada, la madre se está recuperando de una mastectomía, el hijo mayor se pasa el día fumado, a la hija mediana le tira la magia negra…). Los Gardner han llegado cargados de energía positiva para encarar esta nueva vida, pero enseguida van a tener la mala suerte de que les caiga al lado de casa un extraño meteorito, de cuyo interior brota algo aún más extraño: un ser que muta, envenena y pudre todo lo que toca, y al que sólo cabe definir como, precisamente, “un color venido del espacio”.

 

"A Dios gracias que nuestro Teletubbie favorito es Tinky Winky"

 

El cuento original en el que se basa el asunto es uno de los más emblemáticos de Lovecraft, pero a la vez siempre se ha considerado que sus psicotrónicas descripciones de la criatura y del exuberante paisaje que deja a su paso eran infilmables. Lo intentó David Keith en 1987 con Granja maldita y los resultados, aunque pasables como subproducto de terror fiestero, no lograron capturar la naturaleza de “lo alienígena” que rezuma el texto. Tres décadas después, Richard Stanley ha recogido el guante para intentarlo de nuevo, apoyado en un conocimiento mucho más profundo del lenguaje lovecraftiano, en un diseño de producción que apuesta por el riesgo a tumba abierta, en unos efectos especiales de calidad y en cierta sensación de que era “ahora o nunca”, de que esta iba a ser con toda probabilidad su última oportunidad de ser tomado en serio como director, de parir una obra que fuese fiel reflejo de su personalidad artística; y le ha salido un locurón maravilloso.

Lo que empieza como una lustrosa actualización de varias cintas ochenteras de culto (The Blob, Cementerio de animales, La cosa...) va evolucionando hasta convertirse en un festival de body horror psicodélico que envuelve por completo la pantalla; su cuarto de hora final es una ida de olla lisérgica, un estallido de colores y sonidos (la espeluznante banda sonora del músico de vanguardia Colin Stetson aporta aún más capas de irrealidad y saturación sensorial) que no quieres que pare. En cuanto al guion, firmado por el propio Richard Stanley junto con Scarlett Amaris, adapta el relato de manera bastante satisfactoria, tomándose algunas libertades en cuanto a la forma (la acción transcurre en la actualidad, no hace un siglo), pero con absoluta fidelidad en cuanto a su espíritu.

"Color Out of Space es una adaptación imposiblemente buena de un relato de H.P. Lovecraft que parecía imposible adaptar bien"

De hecho, Stanley ha aprovechado para ampliar la historia que se nos cuenta, contextualizándola dentro del universo de Lovecraft, que es mucho mayor y más complejo que la mera trama de una familia de granjeros enfrentada a un extraterrestre que se sabe todos los colores del Pantone: tenemos una voz en off inicial que nos mete de lleno en los bosques de Arkham (densos, solitarios y llenos de secretos), rituales sacados del Necronomicon, visiones febriles de mundos más allá de la comprensión humana y un tratamiento de la pérdida paulatina de la cordura que, seguro, sabrá reconocer cualquiera que haya echado una partida al juego de rol “La llamada de Cthulhu”. El trabajo de “worldbuilding” volcado en Color Out of Space podría perfectamente utilizarse como patrón para una saga que vaya adaptando los mejores cuentos del autor de Providence (y que, ya se ha anunciado, se intentará hacer realidad si esta película resulta rentable).

El gran maestro de ceremonias de la función es, por supuesto, Nicolas Cage, que encarna al cabeza de la familia Gardner y que parece seguir sumergido en la misma salsa que cuando rodó la no menos flipada Mandy: disertaciones sobre las alpacas, constantes tics y gestos de chalado (en las interpretaciones de Cage, la cara es todo su cuerpo), y un par de esos estallidos de furia que son ya tan “marca de la casa” que uno diría que él mismo los exige como cláusula en sus contratos. Aún así, la actuación que ofrece en esta ocasión no es una simple orgía gratuita de muecas esperpénticas, sino que refleja con total credibilidad el descalabro psicológico gradual de un tipo que, ya de salida, no tenía los tornillos muy bien ajustados. Color Out of Space resulta estupenda en casi todos sus apartados técnicos y artísticos, pero acaba siendo Cage quien la eleva a cine de culto.

 

"No tenía una crítica buena desde el 2005 con El señor de la guerra"

 

Estamos, resumiendo, ante un filme que va a gustar sobre todo a dos tipos de público: los amantes del cine fantástico raro lo van a saborear como un tripi, en la misma onda en la que se saborean títulos como Under the Skin o Upstream Color, mientras que los fans irredentos de Lovecraft van a divertirse más que Rain Man contando en una piscina de bolas, al ver por fin los temas maestros de su obra (el universo es caos y maldad en estado puro, el ser humano es insignificante y no hay esperanza), plasmados en pantalla grande tal como siempre los habían imaginado. Es una sensación parecida a cuando vimos La comunidad del anillo por primera vez y nos pareció que alguien se había metido dentro de nuestra cabeza, para poner en imágenes los recuerdos que guardábamos del libro.

Sospecho, en cambio, que a buena parte del resto de los mortales, Color Out of Space pueda parecerles una matraca incomprensible. Una obra sin demasiados asideros de terror convencional a los que agarrarse, visualmente demasiado extrema, de ritmo tirando a lento y con un final que no ofrece respuestas. Pero oye, qué narices: los que llevamos al bueno de Howard Philips Lovecraft en vena hemos aguantado mucho, nos hemos tragado tremendas mierdas mientras esperábamos una adaptación decente de cualquiera de sus historias (hemos ido sobreviviendo a base de un Reanimator por aquí y un Dagon por allá). De modo que tenemos ciertos derechos adquiridos. La “gente normal” ya tiene sus pelis de terror estándar y de consumo fácil. Ésta es para nosotros.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Venus Hall of Fame

INF VNV 5

Recomendada por Kuato a: quien quiera ver, por fin, una película basada en un cuento de H.P. Lovecraft que lo parezca.

No recomendada por Kuato a: quien solo busque una peli de terror precocinado para pasar dos horas.

Ego-Tour de luxe por: la valentía y el mojo de Richard Stanley para descodificar el universo lovecraftiano contra viento y marea.

Atmósfera turbínea por: el personaje de la alcaldesa de la zona, que no quiere aislar la granja porque eso frustraría su plan de construir una presa, es la enésima versión del modelo “alcalde de Tiburón” y no aporta mucho.

 

COLOR OUT OF SPACE. "Color Out of Space" (2019). Dirección: Richard Stanley. Guión: Richard Stanley, Scarlett Amaris. Reparto: Nicolas Cage, Joely Richardson, Madeleine Arthur, Elliot Knight, Tommy Chong, Brendan Meyer, Julian Hilliard, Josh C. Waller, Q'orianka Kilcher. Estreno en Venusville: 07/08/2020.

 

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1 Respuesta

  1. Si, definitivamente es clave en el triunfo de esta película haber logrado adaptar lo inadaptable. Me encanta como retrata la paulatina pérdida de [seña de abrir comillas con los dedos] puntos de cordura [repite seña]. Vamos a ver si le siguen pegando con el resto de películas que formarán parte del lovecraftverso!

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