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CRÓNICAS DE SITGES 2010 día 1: Los ojos de Frankenstein

   

Los ojos de Frankenstein

Los ojos de Julia; El hombre que vio llorar a Frankenstein; La sombra prohibida; Kaboom

Por Beto

 

<Por fin ha llegado el Festival de Sitges, y lo ha hecho de una forma más bien sigilosa, ya que las proyecciones de este primer día han sido más bien discretitas. Esperemos que  esto sólo haya sido el calentamiento de motores y que el festival coja fuerza a partir de mañana...

  Un año más, como viene siendo tónica habitual en las últimas ediciones, el Festival ha dado el pistoletazo de salida con una película española, Los ojos de Julia (España, 2010. Guillem Morales), que a pesar de la factura impecable que presenta y el buen trabajo de sus protagonistas, sobre todo el de Belén Rueda (notable en su papel de mujer que pierde la vista) y de un convincente Pablo Derqui, no deja de ser un thriller pasable, en ciertos momentos anodino, que además en media hora deja demasiado evidente quién es el asesino que acosa a la protagonista noche y día.

   Ninguna sorpresa en el zurrón, con excepción del que guarda el personaje encarnado por Julia Gutiérrez Caba. Personajes secundarios desaprovechados, como la niña-vecina, cuya presencia final parece impuesta con calzador en el guión, o secundarios que no son nada convincentes, como un desafortunado Francesc Orella en el papel de comisario que parece que esté recitando fragmentos de una obra de Shakespeare en lugar de meterse en la piel de un policía... Verán que no mencionamos la interpretación de Lluís Homar. Por algo será…

 

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"T`ha tocao, en Los abrazos rotos el ciego era yo"

 

   Por cierto, ¿será casualidad que tres de los actores de la película (Derqui, Orella, Boris Ruiz) intervengan en el mismo culebrón televisivo de TV3, o es que existe un cierto monopolio a la hora de adjudicar papeles en las películas de producción catalana? 

   Seguidamente, emotivo homenaje a un actor cien por cien venusvillero como Paul Naschy, al cual hemos podido conocer mejor con el documental El hombre que vio llorar a Frankenstein (España, 2010. Angel Agudo), que recorre la vida de Naschy desde sus inicios. Divertidos los comentarios de colegas de profesión ilustres como John Landis o Joe Dante, y multitud de anécdotas desconocidas para el gran público en general, como los problemas que tuvo con la Yakuza durante su estancia en Japón.

   Presentación de un corto, Los árboles (España, 2010. Joan Vall), en el que colaboró Naschy, y finalmente la presentada como su última película, La sombra prohibida (España, 2010. José Luís Alemán)… aunque en realidad su aparición se limita a unos pocos minutos iniciales. Si La herencia Valdemar era una historia de terror que recuperaba la esencia de las novelas de Poe o de Lovecraft con un cierto éxito, La sombre prohibida lo que recupera es lo peor de las películas de terror de serie B de los años 70.

 

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El gran, gran, gran, Paul Naschy, el hombre que vio llorar a Frankenstein

 

   Tras unos 15 minutos iniciales prometedores, la cinta se convierte en un esperpento continuo que se resumiría así: huída de la mansión por unas grutas cutres, captura a manos de cuatro tíos con sotana sacados de cualquier película de terror cutre de Mario Bava, y sacrificio a los infiernos con un muñeco de plástico que hace las veces de bebé que cabrea a los demonios. Muchas preguntas se quedan en el aire (¿cómo sobrevive Valdemar tras 150 años? ¿Por qué tantos sacrificios? ¿Qué hace el demonio que supuestamente desapareció en la primera parte…?). 

   Para rematar, lamentable puerta abierta a una nueva secuela, y no puedo olvidarme de la monstruosa actuación de Oscar Jaenada, que parece un quinqui sacado del barrio de San Cosme en lugar de ser un detective privado (y si no me creen, miren la escena final).

   La verdad, si no me llegan a decir que las dos partes se rodaron seguidas, pensaría que la segunda la había dirigido Uwe Boll y que el presupuesto se había reducido en un 90%.

 

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"Sí, que vengan sólo seis titis más, que hoy me siento un poco flojo..."

 

   No quiero acabar la crónica sin mencionar la película Kaboom (E.U.A.- Francia, 2010. Gregg Araki), film fresco y sorprendente, que mezcla desapariciones, sectas y seres con poderes sobrenaturales, todo ello bajo la forma de un thriller envolvente en el que a diferencia de Los ojos de Julia, hasta el último cuarto de hora final te mantiene en un desconocimiento casi total de lo que está sucediendo y adónde nos quiere conducir el señor Araki.

   Eso sí, a lo largo de la película el folleteo chico-chica, chico-chico, chica-chica es continuo, mezclando sexo y fantasía a partes iguales, todo envuelto con un toque de humor y una selección de diálogos frescos que dan como resultado un cóctel de agradable sabor. El único pero, el final atropellado de la película, que empaña lo que podía haber sido un desenlace más elaborado. Parece que Araki no sabe rematar la faena (cinematográfica, que quede claro, ¿eh?)./>

 

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