CRÓNICAS DE SITGES 2010 día 10: I saw the mother

I saw the mother

Mother`s Day; The Perfect Host; Defendor; Red Hill; I Saw the Devil

Por Beto

<Con toda la pena del mundo llegamos a la última jornada del festival, exceptuando maratones de películas ya presentadas. Y la verdad es que despedimos a lo grande, con tres peliculones, un film pasable y una soberana tontería. Vamos al tajo.

A primera hora vemos visionado la película de la gala de clausura. Mother`s Day (E.U.A., 2010), del peligroso Darren Lynn Bousman, es un remake de la película de mismo título del año 1980, aunque el argumento se parezca como un huevo a una castaña. Tres hermanos que huyen de un atraco se refugian en una casa donde se celebra una fiesta y cogen como rehenes a los invitados a la misma. Allí esperarán la llegada de su mami, que es la que corta el bacalao.

La película no es creíble, ya que muchas de las situaciones que se presentan no tiene ninguna lógica, como el momento en que dos rehenes tiene que luchar para ver quién de sus mujeres hace pasar un buen rato al pequeñín de los hermanos, o como cuando dos chicas que son atrapadas por el hermano mayor tienen que matarse entre ellas por sobrevivir. Debe ser que Bousman está tan acostumbrado a rodar secuelas de Saw que aún sigue pensando en Jigsaw y las trampas que tendía a sus víctimas... El personaje de la madre también es inconexo. Al principio parece condescendiente, para después mostrase retorcido y hasta morboso, como cuando ayuda a su hijo herido a mojar el pizarrín con una de las secuestradas (escena inverosímil donde las haya). Diríamos que Mother`s Day es como Secuestrados pero en peor, mucho peor.

"Pues seré la villana oficial de Hollywood, pero es la primera vez que empuño un arma"

Suerte que la cosa ha ido mejorando con The Perfect Host (E.U.A., 2010). Nick Tomnay se estrena con acierto en la dirección, presentándonos un thriller con muchas dosis de comedia y humor negro. Un ladrón herido en un atraco entra en una casa con la excusa de conocer a un conocido del dueño. Lo que inicialmente se iba a convertir en un refugio para el criminal se convierte en una trampa al descubrir que su anfitrión es mucho más peligroso que él.

Indudablemente, la figura de la película es David Hyde Pierce, que lo borda haciendo de anfitrión de invitados imaginarios (genial la escena de la conga o de la coreografía ante los estupefactos ojos de su secuestrador/invitado/víctima). El repertorio de gestos y expresiones del mismo es digno de que sea estudiado por Nicolas Cage, tan dado al histrionismo, para ver si se le pega alguna cosa. Tal vez a la película le sobran diez minutos, ya que la trama fuera de la casa desluce un poco el final, Pero qué narices, nos lo hemos pasado genial durante ochenta minutos, lo que no se puede decir lo mismo de otras películas.

"Esto es como Funny Games pero a la inversa"

Peter Stebbings, otro director novel, se apunta a la moda del superhéroe sin poderes con Defendor (E.U.A., 2009), un pobre hombre más bien justito de luces (Woody Harrelson) que está decidido a combatir el crimen con armas tan variadas como canicas, zumo de lima o un bote de avispas, recordando en ciertos momentos a los grotescos poderes de los héroes de Mistery Men. A diferencia de Kick-Ass o Super, la identidad de nuestro héroe es conocida por la policía (y luego hasta por la ciudadanía), pero es tomado como un ser inofensivo y ni siquiera es detenido. Lucha sin ningún compinche que le eche un cable y su historia es la más realista de las tres, tanto por mostrarnos a un personaje traumatizado que tiene que estar un poco chiflado para luchar contra el crimen, como por el final de la historia.

Aunque la película destila humor (aunque no tanto como Super), tiene un trasfondo dramático, ya que se profundiza más en las miserias del personaje. Eso sí, no conduce un Batmóvil pero usa un camión de obras como Defendog, y no tiene Batcueva, pero la entrada del taller donde vive es una Defendoor; vamos, un recordatorio simpático a los artilugios que Batman utilizaba en sus aventuras. A pesar del buen trabajo de Woody Harrelson, la cinta, aunque es divertida y tiene momentos ciertamente cachondos, no llega a la altura de las citadas Kick-Ass o Super.

Woody Harrelson, sospechoso habitual

Hemos tenido que esperar al último día de proyecciones para ver un Western. Red Hill (Australia, 2010) está dirigida por Patrick Hughes, que también debuta como director de largometrajes. Amigos, estamos ante un peliculón que mantiene los cánones del auténtico western (un preso que se fuga, un pueblo de mala muerte con la calle principal como escenario del tiroteo, unos exteriores desérticos, un sheriff de dudoso honor, caballos, noche de tormenta...). Especial mención requiere el personaje del preso fugado: un aborigen australiano, que recuerda en aspecto a Machete, pero con media cara desfigurada por quemaduras, armado con una escopeta y que no dice ni una palabra. Sobrecogedor. El grupo de hombres rudos del pueblo que van a la caza del prófugo recuerda a los cazadores de recompensas de Grupo Salvaje.

Toda la acción se desarrolla además en un día, lo que hace que la película gane en intensidad, dividiéndose de forma magistral en dos partes: la presentación de los personajes y la preparación de la batida de día y la venganza del preso de noche, con una tormenta intensa y unos rayos que cada vez que aparecen, muestran de forma magistral la imagen recortada de los pistoleros en medio de la oscuridad. Gran película rodada en cuatro semanas con bajo presupuesto, para la que el director tuvo que hipotecarse para obtener el dinero necesario.

"Para que luego digan que en Australia sólo está Cocodrilo Dundee..."

Y para despedirnos del festival, que mejor que hacerlo con Kim Jee woon (The good, the Bad, the Weird y Dos hermanas) y su soberbia I Saw the Devil (Corea del Sur, 2010). Un asesino en serie acaba con la vida de un jefe de policía retirado y, al mismo tiempo, prometida de otro inspector. Este último, en lugar de detener al asesino o matarlo, tramará una terrible venganza sobre él, torturándolo física y psicológicamente cada vez que lo localiza, de forma que se convierte en su pesadilla viviente. A partir de aquí, diversos giros argumentales hacen que la figura del cazador y el cazado vayan variando a lo largo de la película, haciendo que las dos horas y pico de duración se hagan realmente cortas.

Choi Min-sik, al que ya vimos en Old Boy o Sympathy for Lady Vengeance está que se sale en su papel de psicópata. En esta película hemos visto el lado más oscuro de su director, ya que es la película más violenta de su filmografía, siendo especialmente macabros los descuartizamientos de las víctimas del asesino. A lo largo de la cinta surgen además una serie de personajes espeluznantes, como el taxista y su cómplice que se dedican a liquidar a los transeúntes que se suben al taxi, o el amigo del psicópata que es aficionado a comer carne humana y tiene un congelador repleto de piernas, brazos y otros órganos (todo muy bien ordenadito). Gran colofón de festival./>