DENIS HOPPER valhalla: Born to be Wild

Born to be wild Denis Hopper: Dodge City, Estados Unidos, 17.05.36 – Venice Beach, Estados Unidos, 29.05.10 Por Ray Zeta

<El pasado 26 de marzo hizo su última aparición pública acudiendo al acto en el que se le dedicaba una estrella en el paseo de la fama de Hollywood por toda su carrera acompañado de su amigo Jack Nicholson. Las secuelas de su cáncer de próstata y el tratamiento de quimio eran más que evidentes. Hoy, tan solo poco más de un mes después, Dennis Hooper ha ingresado en el Valhalla venusvillero. Estaba divorciándose de su quinta esposa y contaba 74 años.

   Llegó al cine cogidito de la mano de James Dean con Rebelde sin causa (1955) y Gigante (1956), y se especializó en el western durante los diez siguientes años ejerciendo de secundario al lado de estrellas como John Wayne, Kirk Douglas y Burt Lancaster, en clásicos como Duelo de titanes (1957), Del infierno a Texas (1958), Los cuatro hijos de Katie Elder (1965) y Valor de ley (1969), hasta que en 1969 dirigió y protagonizó la road movie Easy Rider (buscando mi destino), la película por la que será recordado.

Dennis Hopper buscando su destino

   Retrato social rodado con cuatro duros y look cutre donde los haya, nunca nadie hasta el momento  había conectado con los jóvenes de finales de los 60 de esa manera. Mientras los jóvenes fumaban maría y tomaban L.S.D., se publicó, el cine seguía mostrando a Rock Hudson y Doris Day hasta que Dennis Hopper se subió a una motocicleta.

   Easy Rider le sirvió a Hopper tanto como para entrar en el Olimpo cinematográfico por la puerta grande, como para protagonizar un descenso a los infiernos que duraría hasta bien entrados los 80. 2 litros de ron, 30 cervezas y 3 gramos de cocaína, era, según palabras propias, lo que necesitaba diariamente solo para funcionar, hasta que en 1983, tras ser encontrado ciego de peyote corriendo totalmente desnudo por una selva mexicana, ingresó en una clínica de desintoxicación.

   Nosotros nos quedamos con sus personajes de villano, o moralmente ambiguos (como Quentin Tarantino le definió a él, a Christopher Walken y a Harvey Keytel durante los castings de Reservoir Dogs) de los últimos años: su diálogo con Christopher Walken acerca de la descendencia negra de los sicilianos en Amor a quemarropa (1993), el malo de Speed (1994. El único villano del cine al que se le desmonta el plan por abandonar su puesto de mando para ir a cagar), y el smoker de Waterworld (1995), sin duda uno de los villanos más ridículos de la historia a consecuencia de la campaña anti-tabaco norteamericana.

   De las películas que realizó como director después de Easy Rider, Colors (1989) y Labios ardientes (1990), mejor hablamos otro día, que no es cuestión de ensuciar el recuerdo de los difuntos./>

Dennis Hopper, de velocista a fumador