...hay una empanada considerable La que tiene Jim Sheridan en su primer fantastique. Por Mr. Moore |
<Peliculita con la que Jim Sheridan prueba un cambio de aires teniendo en cuenta su filmografía previa, trufada de dramas costumbristas “irish” como Mi pie izquierdo, El prado o En el nombre del padre, en el que un aparentemente feliz hombre de familia, casado y con dos niñas, encarnado por el señor Daniel -Bond- Craig, vive su particular descenso a los infiernos de lo sobrenatural y la locura.
Les voy a ahorrar todo el tema de la sinopsis y tal, ya que la gracia de la película son las sorpresitas que se nos van desvelando (o que los más avispados van intuyendo...) y aprovecho también de paso para advertirles sobre evitar el visionado del tráiler, tal como ocurría con La cara oculta, ya que la simpática y cafre productora nos revienta el primer giro de guión by the face. Qué majos...
Nos encontramos con una película de terror psicológica atípica, ya que juega con varios elementos: la presencia (o no) de fantasmas en la casa, los trastornos mentales, los pasados escabrosos y sepultados, los crimenes imperfectos... Con todos ellos y gracias a una narración mesurada y pausada, el espectador (de la manita del Sr. Craig y su prole) va enterándose poco a poco del truculento pásado de la vivienda, el triple asesinato cometido por el propietario anterior sobre su esposa y sus dos hijas.
"La cosa se tuerce muy mucho al abandona el género de casas encantadas y devenir un pseudo thriller que se la pega definitivamente en su cuarto de hora final" |
El problema llega a partir de la segunda mitad del film, dónde una vez desvelado uno de los secretos (a voces) de la película, la cosa se tuerce muy mucho, pasando a una narración torpe que abandona el género de casa encantada con fantasmicas, para devenir en un pseudo thriller que se la pega definitvamente en su cuarto de hora final, donde una serie de imposibles e improbables casualidades (¿¿se han puesto todos de acuerdo para aparecer en la casa de marras al mismo tiempo?? ¡Venga va!) cierran de manera precipitada y patillera el conjunto.
Otro de los problemas de la película es el de siempre, que no acaba de mojarse, y se queda entre dos aguas (como le ocurría por ejemplo a la también mal llevada Intruders), primero como una peli de miedo que da de todo menos eso, y luego como una cinta de suspense que naufraga y zozobra estrepitosamente cual “Prestige” para acabar “chapapoteando” en terreno de nadie (¡telita la última escena del film con Daniel Craig pasando por delante de una librería!). Aparte de beber de varias referencias, fuentes y pelis que obviaré mentar para no entrar en el territorio spoiler, dejando un regusto a pastiche refrito visto una y otra vez en los últimos lustros (sí, “shymalanadas” varias, ya nos entendemos...) encima tratado de una forma intimista, con desenlace romanticón incluido, que no hace sino sonrojar al más pintado.
Por la parte positiva hay que decir que la idea germen del tema no es nefasta, aunque como ya habrán podido deducir está muy mal llevada, y que las interpretaciones de actorazos como Naomi Watts o el propio Craig (que salva la cinta de la quema) realzan un mediocre producto que crea básicamente pura indifencia. Y eso es lo peor, que ni da miedo, ni inquieta, ni sufres por ninguno de los personajes. Una penita./>
INFORME VENUSVILLE |
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Sentencia Quaid: Dos Caras Harvey |
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Recomendada por Kuato a: los que disfruten viendo peinados ridículos, el pelaco que me lleva Craig durante el inicio de la peli tiene su guasa. |
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No recomendada por Kuato a: los que esperen ver a Naomi Watts como en Mulholland Drive. De lo más recatadita y formal, oigan. |
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Ego-Tour de luxe por: los paralelismos entre el lugar de trabajo inicial del prota y otros ámbitos. Y hasta aquí puedo leer, que decía Mayra Gómez Kemp.... |
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Atmósfera turbínea por: la Soap Opera de barrio que se montan al final. Con tollinas frescas, diálogos monguers y un incendio como traca final. |
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