EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN crítica: La gran evasión… fotográfica

Mario Casas evade fotos en El fotógrafo de Mauthausen como si estuviera en La gran evasión

■ EL HOMBRE DE BOSTON

Quién iba a decirnos que una película tan compleja y ambiciosa por su temática como es El fotógrafo de Mauthausen dirigida por Mar Targarona, iba a resultar una buena película. Sí, han leído bien, Mar Targarona como directora, pues la productora de éxitos como El habitante incierto, El orfanato, Los ojos de Julia y El cuerpo, que tenía como asignatura pendiente la dirección tras suspender con Muere, mi vida y Secuestro, ésta una historia de cine negro con policías, matones y tipos chungos poligoneros tan sosa como una trilogía de Kieslowski pese a sus ingredientes, ha aprobado con nota con El fotógrafo de Mauthausen pese a ser una peli mucho más difícil debido a sus múltiples capas.

Porque El fotógrafo de Mauthausen es una peli histórica, ambientada en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, que habla de los españoles deportados a campos de exterminio tras la Guerra Civil Española con la lectura política que esto conlleva, y porque es la historia real de Francesc Boix, fotógrafo comunista catalán deportado a Mauthausen, que fotografió clandestinamente las actividades practicadas en el campo, y se las arregló para esconder y sacar los negativos, y aportarlos al finalizar la guerra como pruebas de los atroces crímenes allí practicados, claves para condenar en los famosos Juicios de Nurenberg (en el que Boix fue el único testigo declarante español) a los oficiales nazis responsables.

"Daremos más el pego si llamamos a las fotos que escondemos Tom, Dick y Harry"

Y todo esto lo ha hecho Mar Targarona como si de una peli clásica carcelaria se tratara. El acierto de la directora ha sido centrar la película en las subtramas propias del género carcelario, tales como el día a día de los prisioneros, su relación con los sádicos guardianes, sus intentos de fuga, y su plan para proteger y sacar los negativos de las comprometidas fotografías, y dejar las subtramas políticas de fondo. O lo que es lo mismo, anteponer el cine de género al cine social, ofreciendo más entretenimiento que realismo histórico. Los profesores de Historia y los amantes de documentales se tirarán de los pelos, pero joder, los fans de títulos como La gran evasión, Evasión en Atenea y Papillon, saldrán levitando.

“El fotógrafo de Mauthausen bebe de títulos como La gran evasión, Evasión en Atenea y Papillon, y aglutina sin complejos sus elementos más representativos”

Porque El fotógrafo de Mauthausen bebe de todos estos títulos y aglutina sin complejos sus elementos más representativos. Tenemos al oficial nazi cabrón que no duda en jugar a tiro limpio con los prisioneros, como hacía Ralph Fiennes desde su ventana en La lista de Schindler, las reuniones clandestinas en los barracones, intentos de fuga, el plan para esconder los negativos a los que sólo les falta llamarse "Tom, Dick y Harry", una función musical para jugar al despiste como en Evasión en Atenea, y celdas de aislamiento como en Papillón y tantas otras pelis, en las que a Mario Casas sólo le falta el guante y la pelota de beisbol para emular al Steve McQueen de La gran evasión cuando allí le encierran.

"Corramos a enterrar Muere, mi vida y Secuestro, antes de que las que vea alguien"

Y hablando de Mario Casas, prepárense a recibir la segunda sorpresa del día porque el chaval está especialmente bien en un papel que es de todo menos fácil. Casas ya ha ido dando muestras de querer ir quitándose su etiqueta de ídolo guaperas de jovenzuelas alimentada con El barco, y piano-piano, con papeles como los de Contratiempo, El bar y Bajo la piel de lobo, y los cambios físicos que estos exigían, lo va consiguiendo, aunque no ha sido hasta llegar a El fotógrafo de Mauthausen que ha dado el do de pecho. Y no sólo él, mérito es también de Mar Targarona que actores tan televisivos como Alain Hernández, Eduard Buch y Marc Rodríguez, nos los creamos con el uniforme a rayas y 20 kilos menos.

Sorpresa agradable la que ha significado El fotógrafo de Mauthausen, pues, ya que el nombre de Mar Targarona asociado al de Mauthausen nos daba más miedo que el de David Gordon Green asociado al de Michael Myers. El acierto de Targarona ha sido realizar una película bélica entretenida, más que una histórica buena, para entendernos, y lo ha hecho con buen ritmo, buen suspense y buena descripción de los personajes, tanto de los prisioneros como de los nazis, visitando mil y un lugares comunes del género bélico carcelario que no por estar más vistos resultan menos atractivos. Quien quiera dramatismo histórico y una lección académica sobre los campos de concentración, que revise La lista de Schindler.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

Recomendada por Kuato a: quien prefiera ver a Steve McQueen jugando con su pelota de beisbol en "la nevera", antes que a Ben Kingsley mecanografiando nombres en una lista impronunciable.

No recomendada por Kuato a: profesores de Historia y amantes de los documentales de la 2 que esperen ver una "Lista de Schindler" a la española.

Ego-Tour de luxe por: la colaboración de Macarena Gómez, propiciando el sentimental reencuentro entre los Ricky y la Canija de Carne de neón.

Atmósfera turbínea por: puestos a perder peso los actores, haber perdido algún kilito más, que los reclusos de las fotos reales de archivo están mucho más en los huesos.

■ EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN. “El fotógrafo de Mauthausen" (España, 2018). Dirección: Mar Targarona. Guión: Roger Danès y Alfred Pérez Fargas. Reparto: Mario Casas, Stefan Weinert, Luka Peros, Alain Hernández, Eduard Buch, Marc Rodríguez, Macarena Gómez, Joan Negrié, Rubén Yuste, Minnie Marx, Richard van Weyden, Igor Szpakowski y Emilio Gavira. Estreno en Venusville: 26/10/2018.