GRAVITY crítica: Paseando a Miss Bullock

Paseando a Miss Bullock George Clooney pasea a Sandra Bullock, pero no en un cadillac sino en una nave por el espacio exterior Por Anna Bou

<Algún día habrá buses turísticos que harán excursiones por el Universo, pero todavía no: ahora tan sólo podemos viajar hasta allí una vez muertos o gracias a películas como Gravity. Por ahora, servidora se conforma con la segunda opción. Una par de astronautas sufren un accidente en medio del espacio y se quedan flotando en él, a la deriva como manchas de aceite en medio del océano de estrellas. El argumento es lacónico como el título, Gravity, y podríamos decir que con esto ya está todo explicado: la acción bien podría ser la de un juego de la Playstation en el que hay que ir pasando pantallas, pero benditas pantallas, bendito cosmos, bendito Cuarón.
 
   Alfonso Cuarón  ha filmado una película bellísima, técnicamente impecable (justificadísimo y apabullante 3D, aquí sí), una maravilla estética. Es como si hubiéramos ido al cine Imax a ver un documental sobre el Universo en el que se han colado Sandra Bullock y George Clooney, que pasaban ingrávidos por allí. El Universo en sí es el tercer protagonista, actor perfecto al cual no le hace falta maquillaje ni seguir el método Stanislavsky. El Universo haciendo de Universo lo clava. Gravity es hermana de la mítica Naves misteriosas, y prima de la deliciosa Moon, aunque sólo sea por presentarnos unos personajes aislados que piensan sobre sus vidas mientras contemplan la Tierra, excitante como un enigma antiguo, bajo sus pies.

"Venga, que si salimos de ésta copiaremos el final de Roger Moore y Lois Chiles en Moonraker"

   Pero Gravity es menos introspectiva, menos filosófica, aunque no por ello menos hipnotizante. En las películas espaciales de ciencia ficción normalmente hay dos opciones: o son metafísicas con su sambenito de “a dónde voy -de dónde vengo- glups” que parece que en el siguiente plano vaya a aparecer Dios aunque sea en forma de monolito, o son un puro divertimento en el que el cosmos no es más que un arsenal de seres raritos y medio verdes. Gravity navega, en cuanto a intención, por el camino del medio: magnética y contemplativa en su técnica y en sus imágenes que quitan el hipo, pero con un puntito comercial que nos tragaremos como si fuera un menú degustación.

   De acuerdo, Cuarón podría ser más sutil, no hacen falta momentos (pocos) en los que nos rasca la fibra sensible (la hija, la nana por la radio…) por la vía terrorista, es decir, sí o sí. Pero en el espacio esto es coherente: nosotros, simples mortales ambulantes, ¿no nos ponemos profundos y pastoriles cuando miramos las estrellas?, ¿bajo la Osa Mayor, no nos dolemos por los muertos, incluso los que no son nuestros? Apuesto que, hasta el último paleto del mundo, mira el cielo y se vuelve bizcochito. Oséase, que los momentos con azúcar quedan totalmente justificados, y bellos. Recordemos, además, que esta película la filma Cuarón, porque la llega a dirigir Spielberg e incluso los agujeros negros llorarían hasta el moqueo.

"Si Sigourney Weaver se quedaba en bragas al final de Alien, yo no voy a ser menos"

   Otro punto más a favor de Gravity es el trabajo de los actores: George Clooney está encantador con su verborrea ingrávida, lo suyo parece un talk show interestelar. George Clooney, más George Clooney que nunca, derrocha simpatía y ternura aunque esté flotando perdido como una idea. Y Sandra Bullock está demostrando que puede cambiar de registro como quien cambia de peinado. En esta película es importantísimo el sonido: atención a los suspiros desesperantes de la Bullock que se te clavan en los huesos, a sus jadeos al límite que te atan a la butaca; tensiona tanto que incluso estuve a punto de darle un  poquito de mi oxígeno. Sandra Bullock está extraordinaria (por esto mismo, esta película necesita visionarse en versión original: a los poco amantes de leer los subtítulos, les diré que hay poco diálogo y mucha respiración).

   Les recomiendo aparcar los amplios conocimientos astrofísicos que, sin duda tienen, para disfrutar sin pretender entender si la acción sería, cien por cien, verdaderamente viable. Por ejemplo, Clooney, querido lince, ¿eres capaz de distinguir el Ganges a 600  kilómetros de altura? A partir de ahora me pondré vestidos más escotados, para que Clooney me pueda distinguir el canalillo desde el espacio exterior. Sea como sea, déjense hipnotizar por una película impecable y hermosísima: las imágenes en las que Clooney y Bullock están atados por esa cinta semejante a un cordón umbilical primigenio, gravitando por los aires como muñecos de peluche abandonados por un niño despistado, tienen una fuerza tan poderosa, tan impactante, que dan ganas (lo siento) de que estén infinitamente perdidos mientras nosotros los miramos con todo nuestro peso vital sentados en terrenales butacas./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Venus Hall of Fame
		Recomendada por Kuato a: los basureros. A juzgar por los residuos que se intuyen, está claro que en el futuro galáctico tendrán mucho trabajo.
		No recomendada por Kuato a: James Cameron. Su Avatar avanzó la técnica digital para que otros directores lo superaran con creces. ¿Celitos?
		Ego-Tour de luxe por: el plano secuencia de Clooney mirando la tierra y ésta reflejándose en su escafandra. “What else?”
		Atmósfera turbínea por: hay momentos en los que la música es excesiva, atronadora; deberían haberse atrevido a que reinara el silencio (como en el espacio) en las escenas de acción. Hubiera sido orgásmico.

¿Desea saber más?

> GRAVITY ficha > GRAVITY imágenes > GRAVITY tráiler

> GRAVITY crítica: Paseando a Miss Bullock George Clooney pasea a Sandra Bullock, pero no en un cadillac sino en una nave por el espacio exterior Por Anna Bou

> GRAVITY artículo: La gravedad de la gravedad Si rodar simulando estar en el espacio ya es chungo, imaginen hacerlo con gravedad cero De Warner Bros. Pictures

> GRAVITY premiere: Con dos basta Con Sandra Bullock y George Clooney, Clooney y Bullock y… ah sí, Sandra Bullock y George Clooney Festival de Venecia, 28.08.13

> GRAVITY sumario