HYPNOTIC crítica: Las peli más loca que he visto jamás

Atípico thriller donde nada es lo que parece, con Ben Affleck tras la pista de Magín el mago

Hypnotic es una película peculiar, sin duda. Si por múltiples vericuetos de la vida me apuntaran con una pistola en la cabeza y me exigieran que definiera Hypnotic con una sola palabra o me vuelan la tapa de los sesos... mi respuesta sería “peculiar”. Que eso ocurra es altamente improbable, pero no imposible. Y es que lo que empieza como un thriller de investigación (poli deprimido en un nuevo caso rutinario que sale mal), se va tornando paulatinamente en algo ridículamente absurdo. Créanme que en tan sólo hora y media clavada, la multitud de sucesos loquísimos, giros de la trama y saltos al vacío, son tan numerosos, que creo, honestamente, que no he visto una película parecida EN MI VIDA. O sea que algo de mérito tiene que llevarse. Menuda película más bizarra.

Ben Affleck interpreta a Ben Affleck deprimido, pero en su versión en la que no lleva traje de murciélago. Hace unos años su hija desapareció una feliz tarde en el parque delante de sus narices, y la incertidumbre de qué ha pasado con ella se mezcla con la culpa de que él no se enteró de nada. Y ahí paro de contar. No por el peligro de destripar la historia más de lo debido, sino porque honestamente no sabría cómo explicar la de locuras que se van sucediendo. Por lo que un consejo que les puedo dar si se atreven a dar el paso de ver la película, es que se dejen llevar. Si uno aparta su cerebro un ratito de la realidad y se deja abrazar por el esperpento que ocurre... posiblemente le llegue a gustar.

"Pues si te gusta Magín el mago, no te pierdas la historieta de Chapeau el esmirriau"

Digamos que estamos ante una especie de película de explotación de Origen de Christopher Nolan. Se llega rápido al punto de no saber qué es real y qué no. Y eso no está mal, ya que es jugar con la percepción del espectador y llevarlo de un lado para el otro hasta que pierda el conocimiento. Pero el mayor problema de Hypnotic no es que tenga muchas reglas que explicar, es que ni siquiera las respeta a los pocos minutos. Da igual la nueva norma que nos cuenten para que entendamos la situación, pues es muy probable que a las pocas escenas, o tal vez más para el final (eso da igual), en algún momento se va a vulnerar como si nada y nosotros nos quedaremos con cara de tonto. Y mientras vayan brotando los créditos finales, se preguntarán: “¿pero al final qué ha pasado?”. No se le puede encontrar el sentido porque no lo tiene. Si fuera este el plan, pues perfecto, pero se nota que es todo un accidente, una huida hacia delante sin mirar, ya no atrás, si no a los lados. Como los caballos de carreras. Y no negaré que la película es divertida por pura excentricidad, pero aún así, uno se queda con la sensación de que le han estafado.

“El mayor problema de Hypnotic no es que tenga muchas reglas que explicar, es que ni siquiera las respeta a los pocos minutos”

Todos conocemos a Robert Rodríguez, pues es la mente brillante detrás de clásicos como Desperado, Abierto hasta el amanecer... o Spy Kids 4. Estamos de acuerdo con que es un cineasta, como poco, irregular. Ya hace años que no encadena grandes éxitos, pero no se puede negar que siempre hace la película que a él le da la gana independientemente de la recepción que vaya a tener. ¿Qué otro director pasa de una película como Las aventuras de Sharkboy y Lavagirl a Sin City? ¿Quién más tiene los arrestos de ir colocando nuevas entregas de Spy Kids entre medio de trabajos como Planet Terror o Machete? El bueno de Robert ha venido a este mundo a pasarlo bien, y no somos nadie para decirle que no puede hacerlo. De modo que si su nuevo juguete es Hypnotic, pues oye, como las lentejas, si te gustan las comes y si no las dejas.

"Aquí es donde guardo 'El sulfato atómico' y Valor... ¡y al toro!'"

Brindemos todos por el señor Robert Rodríguez, por su libertad y porque siga haciendo lo que se le cante el orto. Ahora bien, por lo que no paso es que el tío que te filma las escenas de acción de El mexicano o Machete Kills, sea el mismo que el de Hypnotic, totalmente carentes de gracia, salero e imaginación. Se van a acordar de lo loca que es esta película, pero ni de coña se acordarán de ninguna escena de acción.

La película tiene cosas buenas, como el villano interpretado por William Fichtner, que es imponente y con un aura peligrosa, o que mientras que la trama no descarrila (unos quince minutos), ésta es interesante. Pero los contras son mucho más numerosos, más que nada porque la trama se reinicia una y otra vez con nuevas normas que se van a descartar muy probablemente en la siguiente escena, y así es muy difícil tomarse en serio una película así. Pero como decía unos párrafos arriba, si abrazan lo ridículo que es todo, se acomodan en la butaca y se dicen a sí mismos “hemos venido a jugar”, pues oye, disfruta campeón, que te lo has ganado.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita