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INTO THE WOODS crítica: Poker de cuentos

Añádanle a Into the Woods la Blancanieves y la Sirenita y obtendrán una escalera de "cuentór"

ANNA BOU

Decía la canción que están lloviendo hombres, y desde hace unos años, desde el cielo cinematográfico están lloviendo cuentos. Caperucita Roja, Blancanieves y la leyenda del cazador, Mirror Mirror, Jack y el cazagigantes, Hansel y Gretel, Maléfica, o la próxima La Cenicienta. Cuentos como cucharadas de garbanzos hasta atragantarse de tanto potaje cuentista, o cuentos como Into the Woods, que llega con un as en la manga. De hecho llega con cuatro, es decir, poker de cuentos. Que se aparte todo el mundo real e imaginario, porque desembarca el director Rob Marshall adaptando este exitoso musical de Broadway con música de Stephen Sondheim, el papá de Sweeney Todd. Sí señoras y señores, con esta presentación lo mejor es que vayan tomando asiento y se prepararen para tararear con el pie cada una de las canciones. La historia trata sobre una panadero y su mujer (James Corden y Emily Blunt) que no pueden tener hijos por culpa de la maldición de una bruja (Meryl Streep); para deshacer el maleficio tendrán que reunir cuatro objetos que nos remiten a cuato cuentos distintos: “La Cenicienta”, “Jack y las habichuelas mágicas”, “Caperucita Roja” y “Rapunzel”.

No, no, no, si alguno de ustedes quiere dejar de leer porque cree que ya está todo muy visto, o que simplemente no le interesa, prosigan leyendo, por favor, no le hagan este feo al bosque. Y verán que, tan sólo empezar a ver Into the Woods sus ojos y sus oídos quedarán enganchados a la pantalla por un pegamento invisible. Los cuatro cuentos se entremezclan entre ellos mejor que la rubia trenza de Rapunzel, y la música se deshace dentro del argumento como azucarillo en el agua, dulce, dulcísima. Los números musicales como el inaugural “I wish”, o cuando los personajes se culpan los unos a los otros son una maravilla.

 

"No te quedas embarazada porque estáis siguiendo el método de P. Tinto"

 

Mención especial tiene ese dueto-duelo que enfrenta a los dos príncipes (uno de los cuales es un divertido Chris Pine) como dos gallos del gallinero, inseguros y blandengues, lejos de los príncipes de antaño. Porque aunque Into the Woods tiene sabor a musical de los de toda la vida, moderniza y rejuvenece una historia que tiene moral pero no moralina, es dulce pero no sensiblera, y desarrolla el argumento de tal manera que alguno de los cuatro cuentos tienen un final distinto al esperado. Véase sino cómo reacciona Cenicienta ante las grandezas de palacio, o cómo Caperucita Roja es una marisabidilla que en otro posible cuento podría llegar a ser el terror de los lobos. Into the Woods tiene un punto de madurez y de amplitud de miras que ya quisieran para sí muchas películas "serias".

"Los cuatro cuentos se entremezclan entre ellos mejor que la rubia trenza de Rapunzel, y la música se deshace dentro del argumento como azucarillo en el agua"

Los actores están deliciosos, y además cantan. Cantar y actuar, esas dos acciones simultáneas que difícilmente saben hacer los actores españoles: todavía recuerdo ese horror para los oídos que fue Al otro lado de la cama, por ejemplo. Los pentagramas del mundo todavía no se han repuesto del ataque al corazón que les supuso. Actores españoles, castizos míos, yes, you can, pero quizás en otra galaxia, una que sea sorda. Cantar y actuar, en esto americanos e ingleses tienen mano de santo. Porque tal y como decía, todos están magníficos, se lo pasan en grande y nosotros con ellos.

 

"Si creías que sólo Tim Burton me saca de mamarracho, estabas muy equivocada"

 

Johnny Deep clava los papeles extravagantes, nos tiene tan acostumbrados a ello que se puede llegar a desmerecer, pues seamos justos y reconozcamos que Johnny Deep tiene ángel. Gran Lobo Deep (aunque nos regala poco rato su presencia). Y Meryl Streep, qué decir de Meryl Streep; así como el novio de Barbie es Ken, está claro que la novia de Oscar es Meryl. No es para menos su justificadísima nominación a los Oscars con este papel, la bruja que compone es brillante, sublime, excelsa, cruel y tierna por partes iguales. Bruja entre brujas que canta, oh mamma mía, como los ángeles.

Y el bosque. Se podría considerar al bosque como un actor más, sería el actor cachondo que hace bromitas pesadas a los compañeros de rodaje, el que come ajos antes de la escena del beso, el compañero que te hará la vida imposible como a la pareja protagonista de Into the Woods, pero que tiene ese algo que hace que no quieras separarte de él. Como crítica a la película, señalar que la segunda hora no es tan ágil como la primera, qué le vamos a hacer, pero para entonces ya nos encontraremos dentro del bosque, deliciosamente perdidos dentro del bosque, tarareando sin parar dentro del bosque que “las brujas pueden ser justas, los gigantes pueden ser buenos”...

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: las parejas que no estén pasando su mejor etapa: quizás después de la película vayan dentro del bosque a decirse: “estás floreciente en el bosque, estás distinto en el bosque”...

No recomendada por Kuato a: los que cuando escuchan la palabra "cuento" caen fulminados.

Ego-Tour de luxe por: las escenas musicales, brillantes. Y cierta sorna que acompaña toda la película.

Atmósfera turbínea por: que nos dicen que es un bosque, pero podría ser perfectamente un bonsái por la facilidad con que se encuentran todos los personajes en esa inmensidad verde. Pero “Into The Bonsáis” sería otro cuento...

 

INTO THE WOODS. Estreno en Venusville: 23/01/2015

 

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