Categorías

IRATI entrevista a Paul Urkijo y Eneko Sagardoy: Los caballeros de la mesa iratiana

"Quería hacer una gran película épica"

RAY ZETA

FESTIVAL DE SITGES, 09/10/2022. Paul Urkijo (P.U.), director, y Eneko Sagardoy (E.S.), actor. Dos películas de Paul Urkijo, dos colaboraciones con Eneko Sagardoy. En Errementari (El herrero y el diablo), Urkijo transformó a Sagardoy en el mismo demonio, y en Irati le ha convertido en un rey del siglo VIII. ¿Se convertirán en los Martin Scorsese / Leonardo DiCaprio vascos?

-¿Cómo nace la idea de Irati?

-P.U.: siempre he querido contar una película con la mitología que mis padres me contaban de chaval cuando me llevaban al monte (aquí vive la diosa Mari, aquí las lamias, aquí el basajaun…), y mostrárselo al mundo. “Irati” fue un cómic que salió en los 90 que bebe de esa fuente mitológica. Yo utilizo el cómic para hablar de ello, pero construyendo un relato totalmente diferente aunque también hable de la mitología.

-¿Tuviste claro desde el principio que ibas a rodarla toda en localizaciones naturales?

-P.U.: Sí, porque esa mitología está profundamente arraigada a la naturaleza, por eso era muy importante rodar en localizaciones naturales que representasen ese mundo. Aparte que en el País Vasco tenemos unos lugares maravillosos. Yo quería hacer una gran película épica, y esos paisajes se convirtieron en actores protagonistas.  

-Te felicito porque la peli tiene todos los elementos de una película de aventuras: dioses, guerreros, batallas, monstruos, tesoros…

-P.U.: Es que yo siempre he sido un apasionado de la espada y brujería: Excalibur, Legend, Conan el bárbaro, Jasón y los argonautas (ésta me chiflaba…). Eso es lo que siempre me ha gustado y siempre he querido hacer, por eso están ahí todos los elementos. Quería hacer una gran película épica.

-De todas estas películas que citas, a las que añadiríamos otras como El señor de la guerra, Braveheart, Gladiator o El reino de los cielos, ¿vistes alguna para inspirarte?

-P.U.: Todas estas películas me chiflan. Soy más de peleas con espada que con pistola.

 

 

-La batalla inicial de Irati recuerda a la Gladiator, y la subtrama del niño en el funeral que se lo llevan fuera para educarlo, y que regresa al cabo de los años como caballero, a Braveheart

-P.U.: A mí me suele pasar que caigo en estas cosas a posteriori. Creo que al final somos producto de todo lo que hemos devorado y luego lo vomitamos con nuestro filtro, que es lo que sale. Por eso podrás encontrar en mi película miles de referencias de otras películas, sobre todo si se puede conectar con la pasión a ese tipo de películas.

-A ti, Eneko, se te ve muy pancho montando a caballo, nada que envidiarle a Arnold Scwarzenegger en Conan o a Mel Gibson en Braveheart

E.S.: Me había subido a un caballo anteriormente, pero sólo para hacer dos pasos y parar en marca, nada que ver con esto.

-¿Cómo se prepara uno el papel de rey del siglo VIII?

-E.S.: La preparación fue increíble, jamás hubiera pensado por el tipo de películas que hago, que fueran a ofrecerme el papel de rey medieval. Cuando Paul me lo ofreció ya hace años, para mí fue muy interesante, porque nunca me imaginé que ningún director me ofrecería un papel así. Pero si fue creíble hacer de Diablo con él en Errementari, también tenía que serlo esto… (risas). También me ayudó comer mucho para engordar e ir al gimnasio, lo que me ayudó no sólo para interpretar el personaje, sino para soportar la dureza del rodaje.

-¿Ensayasteis mucho antes de ponerte el casco y empuñar la espada?

-E.S.: Lo que hicimos fue hablar mucho sobre el personaje, sobre su motor, sobre cada frase que dice, lo que quería decir cada cosa, sabiendo que el rodaje iba a ser eso. Así, si hay un trabajo previo, con muy pocas anotaciones estábamos en sintonía, y eso es importante. Paul y yo somos amigos, y hacer películas siendo amigos cambia mucho

El arco que tiene el personaje es increíble, aunque parezca que se mantiene siempre inquebrantable. Pasa en la película de decir “No creo en los cuentos” a “Todos los cuentos que me contó mi padre son verdad”. Ese es el arco, y hacer que se vea eso pero sin perder la compostura de rey no es sencillo.

-P.U.: Tenemos unos personajes que en apariencia pueden parecer tópicos, porque estamos hablando con unos códigos de héroe, heroína, etc, pero gracias a todas esas conversaciones que mantuvimos para construir los personajes, conseguimos darle una dimensión a ese arco que fuera creíble, bonito y emocionante.

 

 

-Llama la atención, que con lo difícil que es contar esta historia, lo hayas hecho casi sin efectos digitales. Los monstruitos casi parecen de los años 80.

-P.U.: Es que yo soy de los 80 y me quedé ahí. Es lo que se me imprimió durante mi niñez y es lo que siempre he querido hacer. El rodaje fue complicado porque fuimos a gran velocidad, no teníamos tampoco mucho presupuesto aunque parezca que es una gran película, y aunque tenga figurantes, batallas localizaciones naturales y cgi.

Yo tenía que jugar a  mostrar esos momentos mágicos de manera inteligente, sugerirlos más que enseñarlos, y buscar esa poética con el lenguaje. Todo el equipo se dejó la piel. Tuvimos una horda de guerreros y guerreras que además impregnaban una energía muy bonita porque a todo el mundo le importaba lo que estábamos contando, y por eso pudimos sacarlo, pero fue muy duro.

-¿Qué fue lo más difícil de conseguir con el maquillaje, el vestuario y la decoración?

-P.U.: Toda la caracterización de los personajes, que debían llevarnos a esa Edad Media que se aleja de las Cruzadas y demás, y que casi se acercan más a los romanos, cuando la simbología cristiana aún no está establecida y se mezcla con las divinidades paganas. Esee mundo oscuro era el que quería contar.

Eneko va vestido de guerrero con cota de cuero y parece casi romano. El vestuario ha sido muy importante, hemos buscado materiales que parecieran hechos a mano, y sobre todo el trabajo de la diosa Mari, que representa la naturaleza, que todo está conectado, esas raíces sanguíneas que se arraigan en el mundo. La imagen de Mari era super importante, y su vestuario también.

-En la peli se enfrentan el paganismo contra el cristianismo. Al final declaras vencedor al paganismo, ¿no?

-P.U.: Es que hay un momento en el que la prioridad de Eneko se convierte en defender ese mundo que es un legado que está desapareciendo y que Irati representa. Su misión principal se convierte en secundaria y defiende ese mundo mitológico en el que la diosa madre es lo más importante.

-¿Y cómo fue el rodaje de la batalla de Roncesvalles? ¿Te costó mucho?

P: La batalla propiamente dicha se rodó en un día. Tuve que buscar la manera de contar una batalla de forma que fuera posible. En un día hicimos la llegada de los francos. Otro día todo lo de los vascones en el bosque. Un día solo para la bajada de los vascones, y un día para el plano-secuencia. Empecé de manera simbólica en el barro encharcándose de sangre, y fui haciendo el plano-secuencia de cinco metros en cinco metros para que funcionase. Imaginaos con tanto figurante y lloviendo… Eso es muy caro, teníamos que hacerlo rápido.

-Kenneth Branagh rodó para Henry V la batalla de Agincourt con planos muy cerrados porque apenas tenía figuración…

-P.U.: Eso es, tenemos que buscarnos la vida como sea.

 

 

■ IRATI. Estreno en Venusville: 24/02/2023.

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios

Agregar comentario