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IRATI rueda: Ovación iratiana

Paul Urkijo & Cia presentan Irati y reciben una ovación que ni la Castafiore en La Scala de Milán

RAY ZETA

FESTIVAL DE SITGES, 09/10/2022. Paul Urkijo ha aprendido la lección, no hay duda. En 2017 vino a presentar Errementari (El herrero y el diablo) acompañado de Álex de la Iglesia como productor, y como durante la rueda de prensa no pudo ni abrir la boca, porque el director de El día de la bestia tomó la palabra y no la soltó ni para respirar durante todo el tiempo que duró el encuentro con los medios, para su segunda película, Irati, muy listo él, no ha contado con la producción de Pokeepsie Films, y así durante la actual presentación ha podido hablar tranquilamente todo lo que ha querido. Él y los actores Eneko Sagardoy, Edurne Azkarate e Itziar Ituño, que también han podido meter baza gracias a que Álex de la Iglesia se ha quedado en su casa de Bilbao, digiriendo el empate a 1 del Sevilla-Athletic.

Así, Paul Urkijo, con su habitual imagen de fanrock radical vasco, nos ha podido explicar que Irati es un proyecto muy personal porque parte de los cuentos de la mitología vasca que le contaba su familia cuando era niño e iban al monte, a los ríos y a las cuevas. La mitología vasca es muy nuestra, muy local, pero también muy exportable”, apuntilla, y no podemos hacer más que darle la razón, ya que una historia épica de espada y brujería con caballeros y monstruitos, que enfrenta el paganismo y el cristianismo, es intemporal. Y es que tal como insiste una y otra vez, a Urkijo le chifla la mitología: “En los símbolos de la mitología podemos encontrar lecciones para aplicar en la vida actual”, afirma satisfecho.

 

"Yo he venido porque soy de la Real Sociedad"

 

Y eso lo transmite a la perfección la película, a la igual que la belleza de los paisajes del Pirineo navarro, pues toda Irati ha sido rodada en escenarios naturales con luz natural e interiores solo con fuego, obteniendo una fotografía prodigiosa. Gracias a eso, los paisajes se han convertido en parte protagonista de la peli. “Es cuestión de encontrar los sitios, mimarlos, que salgan bonitos, y que tengan sentido en la película”, explica Paul, aunque rodar en esas condiciones haya supuesto también un rodaje durísimo. “Rodamos en una cueva por la que se tenía que bajar durante veinte minutos. No podíamos salir ni para mear, por lo que teníamos botellas con nuestros nombres. Así estuvimos una semana. Fue duro pero bonito”.

“La mitología vasca es muy nuestra, muy local, pero también muy exportable”

En cuanto a rodar la peli en euskera, para Paul Urkijo era la opción más lógica. Y no cualquier euskera, sino euskera antiguo rimado, lo que fue un desafío para los mismos actores a pesar de ser vascoparlantes, sobre todo para Itziar Ituño, que aprendió euskera a los 19 años. Los actores aprovechan para contarnos su experiencia. Eneko Sagardoy engordó 10 kilos y aprendió a montar a caballo. Itziar Ituño por su parte, aprendió a hilar para encarnar a la diosa madre Mari, para lo que era necesario tatuarse cada día todo el cuerpo de henna y cubrir su rostro con una peluca para que no se le viera la cara. Aún así lo considera “el papelón de su vida”, y confiesa que antes de empezar la película, le llevó una ofrenda a Mari para pedirle que todo saliera bien.

 

"O la diosa Mari avivaba el fuego, o alguien se tiraba pedos cerca"

 

Gesto que funcionó totalmente, pues Paul Urkijo explica que pese a las dificultades del rodaje, todo lo que podría haber salido mal, salió a la perfección gracias a que tuvieron toda la suerte del mundo. De chiripa pillaron los colores del bosque tal como necesitaban según la estación que simulaba la película (verde en verano y dorado en otoño); nunca les llovió cuando rodaban en exteriores, al contrario, sólo llovía cuando rodaban en interiores… Irati es la prueba de que Mari, la diosa madre paleolítica de la tierra, de la vida, de la muerte, de la naturaleza, del amor, de  la guerra y de todo, existe y de que estaba con ellos, por eso cuando rodaban en interiores a la luz del fuego y alguien la citaba, el fuego se avivaba misteriosamente…

Con o sin la diosa Mari, Irati es un peliculón, y se capta en el ambiente que ha causado furor en los periodistas. ¿Conocen el vítor, “¡se nota, se siente, fulanito está presente!”? Pues se nota y se siente que Irati ha gustado y mucho. Y como muestra un botón: al finalizar la rueda, cuando el director del Festival Ángel Sala ha agradecido la presencia de los miembros de la mesa a modo de cierre, en vez del habitual obligado aplauso de unos segundos, Paul Urkijo ha recibido una ovación como nunca se había visto antes en Sitges. Más de tres minutos que le han obligado a ponerse en pie y agradecer a los presentes sus aplausos, hasta que una furtiva lagrimita se ha derramado por su mejilla. No sé si la diosa Mari existirá, pero buenos directores como Paul Urkijo seguro que sí.

 

Diario de "Iratisville"

 

■ IRATI. Estreno en Venusville: 24/02/2023.

 

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