Categorías

LA GUARIDA crítica: Resident Venom

Neil Marshall se va a Afganistán a pegar tiros y recrea a Venom con un teleñeco en La guarida

RAY ZETA

Neil Marshall es un director que mola. Sean mejores o peores, todas las películas que escribe y dirige ofrecen una propuesta de esas que nos seduce con sólo la sinopsis: “Un grupo de soldados ingleses lucha por sus vidas al enfrentarse a unas extrañas bestias medios humanas, medio animales” (Dog Soldiers); “Seis mujeres espeleólogas se quedan atrapadas en una cueva y son perseguidas por una raza de misteriosas criaturas” (The Descent); “Un grupo de soldados romanos perseguido por los pictos, huye a través de territorio hostil para llegar a la frontera” (Centurión)... No digan que no son irresistibles. Llegan a pillar estas pelis en la época de los videoclubs, y sólo por estas sinopsis, se las llevan todas a la vez para darse un maratoniano atracón de Neil Marshall…

Ya ven que lo que le pone a Marshall es el enfrentamiento de un grupo reducido de personas contra una amenaza exterior, la mayoría de las veces sobrenatural, para luchar por su supervivencia, la mayoría de las veces en un espacio limitado (premisa muy johncarpenteriana, por cierto, no hay que ser un lumbreras para percatarse, como no hay que serlo tampoco para identificar La Cosa como su máxima influencia). Y La guarida no es la excepción, al mostrar un grupo de soldados ingleses y norteamericanos en Afganistán, una vez más enfrentándose por su supervivencia a una amenaza sobrenatural, que en este caso son monstruitos fruto de la experimentación genética con ADN alienígena. O sea, para entendernos, soldados pegando tiros contra criaturas mutantes.

 

"No sé por qué dicen que parezco Milla Jovovich en la saga Resident Evil"

 

Peli prima hermana de Dog Soldiers, ya lo ven, con la que Neil Marshall se lo pasa teta dando rienda suelta a sus filias y homenajeando a sus referentes favoritos, otorgándole a la cinta un look deliberadamente anacrónico (colaría como una peli de serie B ochentera), yendo de cara a barraca desde el minuto uno en lo que acción se refiere, plasmando unos personajes unidimensionales más planos que una tabla de surf, poniendo a su pareja Charlotte Kirk de nuevo como prota absoluta, y, lo más importante, creando artesanalmente los monstruitos a la antigua usanza, echando la mínima mano al CGI, para que todo el conjunto se vea aún más ochentero si cabe. Neil Marshall ha hecho, en definitiva, un divertimento sin vergüenza ni complejos.

La guarida entretiene como un tebeo de “Hazañas bélicas”, un episodio de El Equipo A o una lección del Libro gordo de Petete”

El problema es que mientras sus primeras obras, como Dog Soldiers y The Descent, tenían personalidad propia, La guarida no la tiene. La guarida entretiene como un tebeo de “Hazañas bélicas”, un episodio de El Equipo A o una lección del Libro gordo de Petete, pero es un refrito sin filtro de mil y un títulos en el que todo cabe, sin que se note ni un ápice el autor que es (o era) Neil Marshall. Charlotte Kirk como un calco descarado de Milla Jovovich en la saga Resident Evil, soldados chulescos parientes del sargento Nick Furia (la mayoría de ellos con un cartelito en la frente con la frase “Next victim”), y monstruitos mutantes como La Cosa (no podía faltar), Aliens, o cualquier peli en la que salgan monstruitos mutantes, incluso Venom.

 

"Yo igual, no sé por qué dicen que parezco Venom"

 

Sobre todo Venom, pues las criaturas son clavadas al simbionte de Sony, pero en versión cafre-cutre-salchichera, ya que los efectos son tan rudimentarios, que se diría que Neil Marshall le ha encasquetado el traje mutante a cuatro figurantes a cambio de una cerveza y un bocata, y los ha tenido por allí dando saltos echando saliva por la boca como aliens aquejados de sialorrea. Lo que crea aún más complicidad con el espectador, que ve en ello toda una declaración de intenciones. Si fueran tan cutres los efectos de la criatura de la ambiciosa Venom, las salas no podrían acabar la proyección por la lluvia de tomates que inundarían la pantalla, pero en el caso de La guarida, es un punto a favor que refuerza su tono desenfadado y su intención de ofrecer sano cachondeo.

La guarida hay que disfrutarla y celebrarla pues, como un retorno a los orígenes de Neil Marshall, aunque no tenga la calidad de sus primeros trabajos (The Descent y Dog Soldiers a la cabeza). Servirá para resituarlo en el mapa y para hacernos olvidar un poquito más el fallido reboot de encargo de Hellboy, a la espera de que vuelva a dar lo mejor de sí como autor, como ya hizo en el episodio “Aguasnegras” de Juego de tronos. Su próxima peli será Duchess, un cambio de tercio ambientada en el mundo del hampa con “mucha acción y muchos crímenes” (palabras textuales suyas), así que será una buena ocasión para evaluar el estado de su carrera, aunque ya les avanzo que salga mejor o peor, Neil Marshall seguirá siendo un director que mola.

 

INFORME VENUSVILLE

INF VNV 4

Venusentencia: Copas de yate

Recomendada por Kuato a: los que dejaron de creer en Neil Marshall tras ver Hellboy.

No recomendada por Kuato a: quien siga esperando Dog Soldiers 2.

Ego-Tour de luxe por: el Venom de saldo comprado en un bazar chino de “Todo a cien”.

Atmósfera turbínea por: la posible demanda por plagio que podrían poner Paul W.S. Anderson y Milla Jovovich.

 

LA GUARIDA. Estreno en Venusville: 13/01/2023.

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios

Agregar comentario