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LA PARTÍCULA DE DIOS crítica: Particularmente insustancial

   

Particularmente insustancial

Antonio Banderas investiga un caso de cine negro
basado en la física con una empanada monumental

Por Sapo

 

<Ya que el infinito atrevimiento de los productores, básicamente de series de televisión, Tony Krantz metido a director y Erik Jendresen metido a guionista, nos ha llevado a ver una película en la que el Bosón de Higgs (comúnmente llamada la partícula de Dios desde 1993 por el libro homónimo del físico Leon M. Lederman) tiene un protagonismo especial, me tomaré la libertad de resumir de que va la cosa de esta partícula para dar cierta utilidad pública a la crítica de tamaño despropósito cinematográfico que ambos han pergeñado.

   Gracias a la Wikipedia podemos saber que el Bosón de Higgs es una partícula elemental propuesta en el modelo estándar de física de partículas y que recibe su nombre en honor a Peter Higgs, quien propuso en 1964 el mecanismo para explicar el origen de la masa de las partículas elementales. Según el modelo propuesto, dicha partícula no posee espín (¡oh!), carga eléctrica o color, es muy inestable y se desintegra rápidamente. Su vida media es del orden del zeptosegundo (hermosa palabra para designar 10-21 sg.). La existencia de esta partícula modificaría substancialmente la explicación de los primeros instantes del universo según la teoría del Big Bang.

 

"Pues en Misión imposible 3 tampoco sabía nadie lo que era la pata de conejo y a nadie le importó"

 

   Pero volviendo al ámbito del a veces dudoso séptimo arte, en la película el tema científico no es más que un enrevesado telón de fondo para un clásico producto de cine negro. La historia del detective privado atrapado como sin querer en un caso de una Bella desaparecida buscada por su Bestia enamorada, que acaba resolviéndolo él solo frente a policías corruptos  con  el premio de llevarse él a la guapa. En la trama aparecen referentes naturales del género como mafia, boxeo, cárcel, club de estriptis, diamantes, travestismo, pornografía, etc. O sea que la película es conceptualmente correcta, luego, ¿dónde falla con estrépito? En la realización y en la interpretación: en lo básico. Y si falla lo básico, la mezcla de géneros resulta explosiva y el producto deviene infumable, bodrio total. Es que la línea entre la genialidad y el ridículo es muy fina.

 

  "Falla en lo básico, y si falla lo básico, la mezcla de géneros resulta explosiva y el producto deviene infumable, bodrio total"  

 

   Con este planteamiento de película la labor de casting se me antojaría ardua. Por ello sorprende la implicación de actores de cierto renombre como Antonio Banderas o Sam Elliot e interesantes secundarios como William Fitchner, Delroy Lindo o Bill Duke. Debe ser que la cosa del dinero está muy malamente por todas partes y participar en un proyecto alimenticio nunca le viene mal al bolsillo. Seguramente, como la motivación de los actores era limitada, la interpretación tiene credibilidad cero y, a veces, resulta una sucesión de muecas y aspavientos. Además, ya que el guionista debía estar en plena empanada mental científica mientras escribía el guión de la película, supongo que alguna de sus neuronas creativas atravesó por un bucle espacio-temporal, porque los personajes del detective y de los policías parecen sacados directamente de los años 50 por sus actitudes fumadoras, forma de vestir y coches que conducen mientras su entorno está en pleno siglo XXI.

 

"La próxima vez te dibujaré un diagrama en una pizarra como hace Doc en Regreso al futuro 2"

 

   Pero, la vorágine de detalles científicos metidos con calzador es un no parar en la parte final de la película. Cuando el detective Banderas se desplaza al centro científico para resolver el caso, éste se halla en supuesto pueblo de Nuevo Mexico llamado San Celeritas en honor a la velocidad de la luz. El café de carretera donde desayuna, muy parecido al famoso Bagdad Café, tiene el alucinado nombre de Max Planck constant Café. Y por si la física no fuera suficiente, se tira un poco de biología para que la clave del caso esté en las manos, mejor dicho en las patas, de un lagarto de la sugerente especie gecko. ¿Alguien da más? Nuestro inefable guionista, por supuesto. Acudir al principio filosófico de parsimonia para elegir el nombre falso de la mujer desaparecida que busca nuestro detective es muy bizarro pero explicarlo, en la propia película resulta todo un esperpento.

   Para concluir y no hacer más leña del filme caído, resaltar que Tony Krantz y compañía tuvieron una especie de visión profética al hacer esta película ya que después, entre el 2012 y 2013, el laboratorio del CERN (Consejo Europeo de Investigación Nuclear) de Ginebra demostró de la existencia del Bosón de Higgs a partir de sofisticados experimentos de colisión de partículas. Por suerte, dichos experimentos no comportaron el colapso del anillo de colisiones tal y como sí sucede en la película./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Condenada a alforfones
     
     
 

Recomendada por Kuato a: los seguidores entregados de Antonio Banderas que le perdonarían cualquier pecado.

     
 

No recomendada por Kuato a: los fans del cine negro de los 50 ni a los fans del cine de ciencia ficción de todas las épocas.

     
 

Ego-Tour de luxe por: los títulos de crédito que, siendo normalitos, acaban por parecer excelentes.

     
  Atmósfera turbínea por: la escena de sexo entre Banderas y la camarera, supuestamente especializada en física de partículas, por la clase de divulgación del Bosón de Higgs más patética y estrafalaria jamás concebida.

 

 

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