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LA VAMPIRA DE BARCELONA rueda: La no vampira de Barcelona

Rueda de La vampira de Barcelona con mascarilla porque a los vampiros no les puede dar el sol

RAY ZETA

Pocas películas combinan ficción y realidad tan bien como La vampira de Barcelona. La historia de Enriqueta Martí, presunta secuestradora y asesina en serie de niños, con cuyos cuerpos elaboraba (supuestamente) ungüentos y otros productos de curanderismo en la Barcelona de 1912, conoce por fin una versión que explica que en realidad era una pobre prostituta del Raval barcelonés, elegida como chivo expiatorio de una conspiración perpetrada por una clase política corrupta relacionada con la prostitución infantil de la época.

“El poder crea monstruos para tapar los monstruos”, sentencia el director Lluís Danés, mientras explica que la historia de la vampira del Raval fue una historia que se hinchó hasta convertirse en grotesca, y que con su película ha intentado hacer justicia explicando los hechos tal como sucedieron, “buscando la verdad o al menos no dando por buena la mentira”, y denunciando a la prensa por la manipulación realizada. “A todas las ciudades les gusta tener un Jack el destripador”, prosigue, “y Barcelona encontró en Enriqueta Martí al suyo”.

 

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El romance de Lluís Danés con Enriqueta Martí empezó hace 11 años, con un guión para la serie La huella del crimen que nunca llegó a rodarse. Tras estos años y 14 versiones de guión, se ha adentrado en la verdadera historia, ayudado por los libros “Barcelona 1912: El caso de Enriqueta Martí” de Jordi Coromines y “Desmontando el caso de la vampira del Raval” de Elsa Plaza, y por las entrevistas a gente relacionada con los acontecimientos, intentado facturar un producto honesto: “por mucha estética, si no hay un poco de ética, no sirve para nada”.

“El poder crea monstruos para tapar los monstruos”

Nora Navas prosigue con la línea de dignificación iniciada por Danés de la mal llamada vampira, declarando que ha sido un desafío hacerle justicia al personaje. “Yo no he interpretado a la vampira, sino a Enriqueta Martí”, afirma, y explica que Martí fue una pobre mujer que resultó la víctima perfecta de la sociedad corrupta de la Barcelona de principios de siglo XX, “por ser una mujer pobre, prostituta y con un herbolario”. “Lo tenía todo para que le pusieran el sambenito”, continúa, “Enriqueta no era una mala mujer sino una pobre mujer”.

 

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En cuanto a la narración y a la puesta en escena de la película, Lluís Danés no descarta haber tenido referencias de Desde el infierno, aunque no sea consciente de ello. Sí nombra otros títulos como El hombre elefante, Dracula de Bram Stoker, y sobre todo Casanova de Fellini. Tanta es su pasión por esta película y por este director, que al final de La vampira de Barcelona reprodujo el forzudo barrigudo de Casanova “para sentirme un poco Fellini”. “Tengo muchos referentes también en la fotografía y en la música, pero copio tan mal que parece que me lo haya inventado yo”, añade con sorna.

El resto de actores presentes, Roger Casamajor, Bruna Cusí, Francesc Orella y Núria Prims, también intervienen para comentar brevemente cómo ha sido la experiencia de interpretar sus personajes, complejos, con muchas capas, “y con muchas cosas en la mochila”. Ninguno de ellos tuvo problema en abandonarlo una vez finalizado el rodaje, ni siquiera Francesc Orella el suyo de “prohombre de Barcelona benefactor de causas justas pederasta asqueroso, aunque ya haya interpretado a unos cuantos hijos de puta a lo largo de mi carrera”.

 

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■ LA VAMPIRA DE BARCELONA. Estreno en Venusville: 04/12/2020.

 

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