LOS EXTRAÑOS: CACERÍA NOCTURNA crítica: ¿Está Tamara?

**Secuela de Los extraños que poco tiene de secuela, en esta ocasión en un camping a lo Crystal Lake**

Han pasado ya diez años desde que la supuestamente familia de psicópatas enmascarados se dio a conocer aterrorizando a Liv Tyler y Scott Speedman en Los extraños, cinta de terror dirigida por un desconocido Bryan Bertino que tuvo un aceptable éxito de taquilla y que consiguió atemorizar a los espectadores con un angustioso juego del gato y el ratón. En esta ocasión, Johaness Roberts, un director ya habitual del cine de género se encarga de esta secuela, ambientada en una especie de camping que, oh sorpresas de la vida, tiene un índice de ocupación de cero...

Los inicios de Los extraños: Cacería nocturna hacen intuir que volvemos a estar frente a una home invasion, tal y como sucedió con su antecesora, pero al poco tiempo de la irrupción de la banda de asesinos (Dollface, Pin-up-girl y el Hombre de la máscara), vemos que esta segunda entrega se decanta más por el estilo de un slasher ochentero, donde al entorno del camping se le saca mucho jugo, con muchas escenas de exteriores que visualmente recuerdan mucho a clásicos del género como La noche de Halloween o Viernes 13, y que además, son muy resultonas (las calles del camping solitarias dan muy mal rollito, la verdad).

"¡No fastidies que Solo en casa es también un home invasion!"

Con este cambio de rumbo en esta nueva entrega se pierde gran parte de la claustrofobia que provocaba Los extraños, pero en cambio los sucesos se multiplican al ampliarse el escenario: persecuciones a pie o en coche, o escenas de lucha en diversos escenarios (atentos a la escena en la piscina del camping o a la persecución en el puente). Todo ello consigue por un lado que el ritmo de Los extraños: Cacería nocturna sea mucho más vivo y continuado, y por otro que el desarrollo de los protagonistas quede a un lado, ya que priman más las persecuciones y los asesinatos que la construcción de los personajes. No hace falta justificar ningún comportamiento por parte de los psicópatas, ni buscar traumas infantiles. Las cosas son así y punto (cuando le preguntan a Dollface el por qué de su actuación y la respuesta es "y por qué no", queda ya todo dicho).

"En Los extraños: Cacería nocturna se pierde gran parte de la claustrofobia que provocaba Los extraños, pero en cambio los sucesos se multiplican"

La banda sonora de la película refleja también ese espíritu de terror ochentero, con una serie de piezas a toque de sintetizador que Adrian Johnston ha compuesto para la ocasión. No llega al nivel de mi compositor favorito para este tipo de películas, Rob (su trabajo en Maniac es insuperable), pero sin duda que la unión de imágenes y música es potente en este trabajo. La selección de clásicos de esa época, como "Total eclipse of the heart" (insisto, en la escena de la piscina) o "Kids in America" refuerzan lo comentado.

"Si la peli fracasa decimos que es otra secuela de The Purge y listos"

Con este despliegue audiovisual es perdonable, y hasta cierto punto asumible, las licencias que se toma Roberts, como una serie de decisiones absurdas tanto por parte de la familia acosada como por los enmascarados. La apariciones súbitas de los extraños, a pesar de lo grande que es el camping, también son perdonables, y más teniendo en cuenta el referente de los slashers de los 80, donde el psicópata de turno tenía su aliento pegado al cogote del protagonista en menos que canta un gallo, aunque éste se pegase una panzada de correr. Ya se sabe que todo buen psycho que se precie tiene el poder de teletransportarse...

Los extraños: Cacería nocturna le sirve además a Johaness Roberts para demostrar, una vez más, que se desenvuelve mucho mejor con elementos de terror "reales" (si entendemos como tal a una banda de personas encapuchadas dando cuchillazos), tal y como sucedía en A 47 metros (con tiburones) o en F, su mejor película, donde una banda de pandilleros se cargaba a todo quisqui en un instituto al anochecer, que en películas con toques fantásticos, como en El otro lado de la puerta o Storage 24.

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