EL MAL AJENO crítica: La morcilla verde

La morcilla verde

Si como a Tom Hanks en La milla verde les escuecen los bajos, Eduardo Noriega les meterá mano y les curará

Por El Hombre de Boston

<Atención, pregunta, que decían en “Si lo sé no vengo”: si ustedes estuvieran aquejados de una cistitis galopante, de esas que te provocan más picor de huevos que si te los frotaras con una lima del siete, tal como le ocurría a Tom Hanks en La milla verde, ¿quién preferiría que le curase por sanación divina metiéndole mano al paquete: Michael Clarke Duncan o Eduardo Noriega?

Eduardo Noriega, claro. Michael Clarke Dunkan es un negrazo que da miedo (¿recuerdan la escena de A la caza en la que la poli utiliza a un negro enorme que se pasea por la sala de interrogatorios en bolas vestido únicamente con un sombrero de cow-boy, para intimidar a los detenidos? Pues si hicieran un remake ahora, fijo que sin duda él interpretaría ese papel. ¡Los interrogados cantarían de plano!).

"Yo confesaré que no saltaba en el spot de Puleva si tu confiesas que el culo del de Schweppes era el tuyo"

Eduardo Noriega en cambio es guapo, atractivo y está cuadrado. Y además es médico, y un médico cojonudo que poco (o nada) tiene que ver con los médicos habituales a no ser que sea con el Dr. House. Es un médico que fuma maría con sus pacientes sin piernas, que le mete el dedo en el culo a su padre, que reprende como padre a su hija adolescente por ponerse un piercing en el chichi, pero que la medica como médico cuando pilla enfermedades venéreas por cerdillear sin condón, y que se folla a las esposas de los amantes de sus pacientes embarazadas (si no han entendido esta última frase léanla de nuevo, les garantizo que está bien escrita).

"Eduardo Noriega es un médico que fuma maría con sus pacientes sin piernas, que le mete el dedo en el culo a su padre, y que reprende a su hija adolescente por ponerse un piercing en el chichi"

Ése es el prota de la peli que ha elegido Alejandro Amenábar para regresar al género fantástico (¡un género que nunca debía haber abandonado!), aunque sea en calidad de productor con un fantastique de segunda línea con más factura televisiva que cinematográfica, pues aquí no hay snuff movies, criogenizaciones con falsos recuerdos implantados, o fantasmas que creen estar vivos.

Lo que hay aquí es el poder de sanar mágicamente como en la citada La milla verde, un poder que aquí se pasa por contacto igual que si se jugara “a tocar y a parar” o como el Demonio cambiaba de cuerpo en Fallen, que recae en un médico que estudia la muerte como Julia Roberts en Línea mortal, y que descubre dicho poder igualito que Bruce Willis descubría el suyo en El protegido.

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Un fantastique que vuelve a reunir indirectamente a Alejandro Amenábar con Eduardo Noriega después de Tesis y Abre los ojos, en el que el actor santanderino se pavonea con su recién descubierto don delante del reparto femenino como el gallo Rocky de Evasión en la granja se pavonea por el gallinero, y en el que se erige como rey exclusivo de la función.

Lo que no es difícil si tenemos en cuenta la escasa importancia de los papeles de sus compañeras de reparto: Angie Cepeda se pasa media peli en coma (como Eric Stolz en Anaconda), y la aparición de Belén Rueda es apenas testimonial. Dato curioso para una actriz a la que tras los rotundos mega-hiper-super-exitazos que significaron Mar adentro y El orfanato, se le ha dado un bombo y un platillo como si se tratara de la misma Nicole Kidman. Demasiado para una chica que hace tan solo cuatro días presentaba en Antena 3 “La ruleta de la fortuna”./>

INFORME VENUSVILLE

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		Recomendada por Kuato a: todas las féminas que tengan miedo de desarrollar en el futuro un cáncer de pecho. Eduardo Noriega les eximirá del riesgo tocándoles las tetas.

		No recomendada por Kuato a: espectadores con cistitis que prefieran que sea un negro de 150 kilos como Michael Clarke Duncan quien les meta mano al paquete.

		Ego-Tour de luxe por: la perla de la hija, que entre piercings y venéreas, a sus 17 años lleva un carrerón que ya lo hubiera querido para sí la misma Sonia Bermúdez.

		Atmósfera turbínea por: que todas las teles hayan promocionado la peli mostrando a Angie Cepeda en bolas, y aquí salga más casta que Anne Hathaway en *Princesa por sorpresa*.