MALIGNO crítica: ¿Dónde te escondes, hermano?

**James Wan regresa con Maligno al terror de serie B cargado de imaginación y mala leche**

Está claro que después de haber estado sometido al férreo control de los grandes estudios Universal y Warner, sin poder ir a mear siquiera sin pedir permiso, como ocurría en Cadena perpetua, por haber dirigido para ellos los pedaso blockbusters Fast & Furious 7 y Aquaman, a James Wan le apetecía soltarse la melena hasta quedarse calvo. Para lo que ha elegido una peliculita de terror de bajo presupuesto con la que tener libertad creativa total y hacer en ella lo que le viniese en gana. ¿Que quiere hacer una frikada de serie B con aires de giallo? Pues la hace. ¿Que el guión es tan tramposo como un irlandés negro? Pues mejor aún. ¿Que no escatima en sangre, gore y slasher? Pues todo eso que se ahorra de psicoanalista...

Todo eso es Maligno, la película con la que James Wan vuelve a casa, a su barrio de toda la vida, recupera a sus amigos de siempre, y organiza un festorro para celebrarlo, que ríanse ustedes del de Despedida de soltero. Un cuento psicológico y enfermizo con el que rinde homenaje a grandes del terror italiano como Mario Bava, Lucio Fulci y Dario Argento, con una trama que pese a haber sido ya explorada anteriormente, parte de una idea original del propio Wan, escrita por Akela Cooper (un recuerdo desde aquí para Leigh Whannell, que ya vuela solo). La del hermano bueno y el hermano malo conectados psíquicamente en una espiral de asesinatos en la que no se sabe a ciencia cierta qué es real y qué no lo es (¿existe realmente el hermano?).

"Decid que sois los Warren, a ver si cuela como peli del Warrenverso"

Con ello, Wan construye un cuento gótico de tintes oníricos, con mucho de giallo setentero y de slasher ochentero, con psiquiátricos a lo Arkham Asylum, pacientes traumatizados, asesinatos cafres e investigaciones policiales, todo conectado por un oscuro secreto revelado a modo de giro argumental sorpresa, que hará las delicias de quien lo compre y desesperará por su alta demanda de complicidad a quien lo censure. Espectadores cortos de miras, los del segundo grupo, incapaces de asimilar que la propuesta de Wan necesita un triple mortal sin red para erigirse en la obra libre de complejos que puede permitirse el poco habitual lujo de dejar que su autor haga lo que le dé la realísima gana, para quedarse tan descansado como si meara tras ingerir tres litros de cerveza.

“Maligno es un cuento gótico de tintes oníricos, con mucho de giallo setentero y de slasher ochentero”

Denle a Maligno una explicación más sobria y la convertirán en una película de terror del montón; conserven el giro argumental ideado por James Wan y elevarán la película a la categoría de cult movie compartiendo estantería con títulos como ¿Dónde te escondes, hermano?, Blood Dolls o American Mary. Algo similar intentó Wan, aunque de forma menos inspirada, con Silencio desde el mal, pero no acabó de funcionarle el invento por quedarle un producto un tanto forzado en su conjunto, cargado de tics y elementos manidos del género. En cambio, Maligno sí funciona, y a pesar de lo rocambolesco de la propuesta, fluye de forma natural gracias a su simpleza. ¿Incoherencia? En absoluto, pues es en su rocambolesca simpleza donde reside la grandeza de Maligno.

"Mi película favorita siempre fue El guardaespaldas"

En su rocambolesca simpleza y en el terror que Wan es capaz de provocar con sus limitados elementos. Lo mejor que se puede decir de una película de terror es que da miedo, y Maligno lo da. Una mujer sola en casa sintiendo una presencia misteriosa que la amenaza, es suficiente para que Wan provoque terror con recursos de dirección de la vieja escuela, basados en los movimientos de cámara y en la interpretación de la actriz (aplausos para Annabelle Wallis), rehuyendo trucos baratos tan utilizados como sustos tramposos sustentados en estridencias musicales. También Leigh Whannell dio una lección de dirección similar en El hombre invisible. ¿Casualidad? En absoluto, pues ambos cineastas han estado comiendo del mismo plato durante quince años.

James Wan se afianza así como gran referente actual del terror, demostrando que lejos de apoltronarse en la cómoda butaca de las franquicias, sigue creando y arriesgando como en su día hizo con Saw, Insidious, Expediente Warren y la citada Silencio desde el mal. Y que se puede hacer terror sin grandes despliegues de efectos, en un momento en el que el género parece haber sido tomado por la casquería y los fuegos de artificio. Veremos si Maligno recauda lo suficiente como para generar una secuela... Sería cojonudo porque podríamos hablar de la peli sin miedo a los spoilers. Los personajes tienen carisma de sobra, así que confiamos en que algún día veremos Maligno 2. De momento, que vayan tomando nota Ari Aster y Jordan Peele.

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