Y los Goonies cogieron su fusil Quién iba a decirlo, los sucesores de James Braddock y John Rambo son un grupito de niñatos australianos… Por Mr. Moore |
<A veces fusionar géneros sale bien. Ahí tenemos pastiches que han devenido obras maestras como las dos entregas de Kill Bill, donde se mezclaba el cine made in Hong Kong con el western fronterizo e incluso con el soft gore (esa espachurrada ocular a Daryl Hannah al más puro estilo Vengador Tóxico de la Troma…). Pero como digo, eso sólo pasa a veces, ya que en Mañana cuando la guerra empiece nos encontramos con una mezcla de lo más dispar: un grupito de chavales australianos se van de acampada (hasta aquí podríamos pensar que se trata de una película teen en plan Los Goonies o las novelas de “El club de los cinco”, o en un slasher campestre a lo Km. 666), pero hete aquí que a partir del minuto veinte empiezan a aparecer cazas surcando el cielo. ¿Cine bélico? ¿¡¡¡“WTF”!!!?
Pues sí. Basada en las novelas “Tomorrow Series” del escritor de las antípodas John Mardsen (en su casa le conocerán, tanto a él como a su saga) nos encontramos con un grupito de adolescentes a cual más cliché (el oriental, el chulín gracioso, la pija rubia…) capitaneados por una especie de clon juvenil de Sandra Bullock cuando aún no tenía cara de marsopa de Dall, y con un panorama post-apocalíptico típico. Perdonen el pareado pero es que uno ya está hasta la bolsa escrotal de este tipo de escenarios… (“¿y hasta cuándo ha de durar la broma?”, que diría Carod-Rovira…).
Que nos hagan creer que tal caterva de adolescentes, por muy granjeros que sean un par, es capaz de enfrentarse a un ejército con carros de combate y subfusiles de asalto es poco menos que una falta de respeto al espectador. Comentario aparte merece el disfuncional ejército de Clicks de Playmobil orientales, de los cuales no se nos menta nada (podrían ser desde nipones, coreanos o hasta las huestes de Pol Pot resucitadas).
"Me creo más que Mickey Rourke ligue en El luchador con ese jetazo que me lleva el tío, antes que la hazaña que aquí nos cuentan" |
Volvemos al concepto de la suspensión de la irrealidad. Señores: yo me creo más a un tío que viene de Krypton y que bajo un sol amarillo puede volar, o a otro que trepe por los rascacielos a causa de la picadura de un arañote radioactivo… Es más, hasta me creo más que Mickey Rourke ligue en El luchador con ese jetazo que me lleva el tío, antes que la hazaña (nada justificada) que aquí nos cuentan de cuatro white trash australianos. Y es que Mañana cuando la guerra empiece no da el pego como película bélica, ya que la acción (cuatro tiritos, una voladura de puente y poco más) está más cercana al estilo chapucerín de McGyver que a la fría profesionalidad de un Jack Bauer, por ejemplo.
De todos modos, ¡lo peor de todo es que el film acaba en plan “Continuará”! ¿Se puede tener tanto rostro? Después de zamparse hora y media de infumable metraje encima el argumento queda más abierto que Aurora Snow en Assploitations. Gente herida con peligro de muerte, los malosos ocupando aún todo el territorio… Vaya, que para que se hagan una idea acaba como cualquier serie de la Fox o la HBO.
Rezo a Kuato para que no rueden las siete partes de la saga (son siete libros) a lo filmografía Harry Potter. Con esta primera entrega hemos tenido más que suficiente para hacernos una idea. Es más, desde Venusville vamos a empezar a recoger firmas para que el productito no salga de su región autóctona, ya que oigan, tienen continente para rato./>
INFORME VENUSVILLE |
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Sentencia Quaid: Condenada a alforfones |
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Recomendada por Kuato a: quien quiera ver una muy mala copia de 28 días después o del cómic “Los muertos vivientes”, sólo que en vez de descarnados comecerebros aquí los malos son chinorris. | ||
No recomendada por Kuato a: los que estamos cansados del discursito de “Qué seríamos capaces de hacer en una situación límite: ¿Robar? ¿Matar? ¿Violar?”. Plomíferos. |
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Ego-Tour de luxe por: el guiñito a El Señor de los Anillos que Homer, el cachondo del grupo, se saca de la manga. “¡¡¡No puedes pasaaar!!!” y tal. |
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Atmósfera turbínea por: que la pijita rubia no sea asaltada por un grupo de aguerridos orientales katana en ristre. Agradecida de ver, pero más pava que una hija de la Preysler. |