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MANTÍCORA rueda: Prohibido decir “pedofilia”

Carlos Vermut presenta Mantícora con la pedofilia acechando tras la esquina en gabardina

RAY ZETA

FESTIVAL DE SITGES, 07/10/2022. Llegó al panorama cinematográfico como un terremoto, y lo hizo para quedarse. Llamó la atención con su amateur ópera prima Diamond Flash, triunfó con Magical Girl, y se consolidó con Quién te cantará. Con sólo dos películas (tres si contamos Diamond Flash, o mejor dejémoslo en dos y medio), se consideró a Vermut como la gran esperanza blanca del cine español llamado a revolucionarlo con su innovador estilo y frescas propuestas. Ahora presenta su tercer título (¿o sería el tres y medio?) con buena acogida, pero con la polémica de hablar de un tema tan espinoso como la pedofilia (que no pederastia, ojo), desde la perspectiva de un personaje que es agradable y simpático.

Así que, irremediablemente, este tema ocupa parte de las preguntas de los presentes. ¿Es ético humanizar a un pedófilo? “Todos somos humanos”, se explica Carlos Vermut, “el error es pensar que las personas malvadas no son como nosotros, pero sí son como nosotros”. Y prosigue alegando que contar la historia de un pedófilo, no es en ningún caso hacer apología de la pedofilia: “El cine visibiliza, pero es un error pensar que hacer algo visible es lo mismo que darle apoyo o darle voz”. Y se hace la picha un lío entre pedófilo y pederasta, hasta que consigue poner los conceptos en orden: “El pedófilo vive en su mundo de fantasía, el problema es cuando se convierte en un pederasta”.

 

"Confundir pedofilia con pederastia, es como confundir la gimnasia con la magnesia" 

 

A Nacho Sánchez, prota de la peli, no le supuso nada difícil interpretar a ese personaje a pesar de ser un tipo complicado (“lo digo aún a riesgo de parecer perturbado”, bromea), incluso reconoce que sintió una conexión con él, como la dificultad para comunicarse y la soledad… “más allá de ese oscuro secreto que esconde”. Zoe Stein, por su parte, quien encarna a la chica Tomboy que enamora al pedófilo por su apariencia de niño, considera que su personaje tiene muchas capas que no se ven, y por eso lo preparó desde la intuición, jugando con los silencios, la mirada y teniendo muchos pensamientos internos. “¿Qué pensaría ahora el personaje?”, se preguntaba constantemente…

“El error es pensar que las personas malvadas no son como nosotros, pero sí son como nosotros”

Muy Bien. Pero entonces, ¿se manipula intencionadamente al espectador o no, al contar la historia de un chico agradable y simpático, que miren por dónde, tiene la desgracia de ser pedófilo? Ni sí, ni no, sino todo lo contrario, porque Carlos Vermut no tenía claro qué tipo de película estaba haciendo. “En la escritura de un guión hay una parte muy intencionada y otra muy intuitiva. A veces no es una intención, sino una búsqueda, y la búsqueda sí es consciente, pero adónde llega esa búsqueda no siempre lo es”. Explíquese, caballero. “Empezamos la peli con un tío con un conflicto, y luego hacemos como si el conflicto no existiera llevando la película a una historia de chico conoce a chica” .

 

"Chica Tomboy bisexual, necesita chico pedófilo semental"

 

“Eso me interesaba para retomar en el tercer acto lo que había pasado en el primero”. Y prosigue su disertación, no sea que haya quedado alguna duda: “La intención de esa búsqueda tiene que ver más con el riesgo que con algo consciente”. ¿Ha quedado claro? No del todo, y menos aún cuando Vermut nos explica cuál fue el germen de la historia de Mantícora: “Tenía una amiga lesbiana que se parecía muchísimo a Justin Bieber. Empezó a salir con una chica y descubrió que sólo salía con ella porque se parecía a Justin Bieber. Eso me hizo pensar que una chica Tomboy podría salir con un pedófilo porque parece un niño”.

Hasta los productores Pedro Hernández y Álex Lafuente toman la palabra para echar un cable para sacar a Carlos Vermut del terreno pantanoso en que se ha metido hasta la cintura. “Cuando recibimos el guión vimos a un ser humano enfermo que lucha con todos sus medios por evitar la zona de peligro”, declara Pedro Hernández. “El peligro no está en la película, sino en los prejuicios que puede tener el público ante la película antes de verla”, sostiene Álex Lafuente. “Hay que ser precisos a la hora de contar esta película para que se entienda bien la película que es”, pide, y por si aún quedara alguna duda, cierra la rueda con una afirmación rotunda y categórica: “No avalamos su conflicto”.

 

Diario de "Manticosville"

 

■ MANTÍCORA. Estreno en Venusville: 09/12/2022.

 

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