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METAFICCIÓN artículo: Historias… ¿imaginarias?

   

Historias... ¿imaginarias?

¿Están ustedes leyendo este artículo o creen que lo están leyendo porque están leyendo que lo están leyendo?

Por Dr. Bishop

 

<Se acabó el peliculón. El público va abandonando la sala donde se proyecta Origen. Sin embargo a un servidor le cuesta levantarse, y no solamente por la atmosférica banda sonora de Hans Zimmer que acompaña los títulos finales de crédito. El verdadero motivo es intentar dilucidar una duda incisiva e incesante:

   ¿Acaso el cine de los últimos años no ha incidido especialmente en el recurso de la metaficción, de la ficción dentro de la ficción? Aún debatimos sobre nuestra venerada Desafío total, donde todo lo visto quizá sólo era un mal viaje perpetrado por una agencia de turismo virtual, especialmente propensa a lobotomizar a sus clientes. ¿Alguien puede asegurar que no fuera todo un sueño pasado de vueltas de Scwarzenegger, y más con ese sospechoso fundido en blanco que termina la película? ¡Swarzie, no digas que fue un sueño, chato!

 

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"La próxima vez soñaré que las tres tetas las tiene Rachel Ticotin"


 
   Quienes sí podrían confirmarnos que la vida es sueño son sin duda Neo y su camarilla en Matrix, los únicos que enpastillándose descubren que vivimos en un mundo virtual, una matriz high tech que nos pone la película de nuestras vidas mientras nos va sorbiendo la fuerza vital por el culo. Otros que confunden la realidad y la ficción, y hasta la gimnasia con la magnesia, son los atribulados personajes de Nivel 13, que podrían competir con los de eXistenZ en ver quiénes tienen el cerebro más cascado por pajas tecnológicas peligrosamente realistas.
 
   No obstante, ¿para qué tanta parafernalia virtual cuando el mismo sueño de la razón produce monstruos? ¿Patrick Bateman asesina a todo quisqui en American Pshyco, o nos encontramos ante las fantasías de un pijeras psicótico? Y ya que estamos con Christian Bale... ¿Es El maquinista el anuncio subliminal de una clínica de adelgazamiento terminal? ¿O las alucinaciones derivadas de un trauma del quince? Recordemos que las catástrofes psicopatológicas han generado personajes fantásticos que paradójicamente nunca han existido: en El club de la lucha su protagonista se fabrican subconscientemente a su amigo del alma, mientras en La ventana secreta el experimento sale mal y un deprimido Johnny Depp se inventa al aguafiestas de John Turturro, su reverso oscuro.
 

   Y si hay vivos que están chalados, hay muertos que tienen una imaginación que no les deja vivir (o morir). Los otros y El sexto sentido nos enseñan que debemos palmarla con los deberes hechos, o la luz al final del túnel se sustituye por una paranoia de negación en que los fantasmas no se enteran de qué va la historia (ni se toman el pulso por si acaso).

 

  "Una realidad que no llega a existir, ¿merece ser catalogada como realidad, o sólo como hipótesis de realidad, como ficción o conjetura de algo que jamás ocurrirá o ha ocurrido?"  

 

   Aunque para paranoias ya tenemos al amigo David Lynch con su Mulholland Drive, donde creemos asistir al mundo perfecto (o más bien al sueño de éste, con Lynch nunca se sabe) de una enajenada aspirante a actriz en horas bajas. Otra paranoia metaficticia debe ser Carretera perdida, pero ésta mejor que la explique Lynch aunque sea en su lecho de muerte.

Luego hay los aficionados de toda la vida a tomarse una birra en tiempos alternativos, no reales en sentido estricto pero potencialmente posibles, ya sea por El efecto mariposa, por viajes en el tiempo (El sonido del trueno) o por la fuerza del libre albedrío sobre la determinación de futuros condicionables en Femme fatale. Aunque siendo rigurosos, debería abrirse un encendido debate para saber si un tiempo alternativo es real o ficticio. ¿Una realidad que no llega a existir (aunque sí quizá a conocerse) merece ser catalogada como realidad, o sólo como hipótesis de realidad, como ficción o conjetura de algo que jamás ocurrirá o ha ocurrido? Ustedes sabrán.

   En todo caso, el inmenso poder de la ficción se sobra y basta para crear sus propias existencias, y más cuando puede materializar los personajes de un juego de rol (El corazón del guerrero) o de un largometraje (El último gran héroe). O cuando dicho poder lo usa un maestro de la persuasión como Kayzer Sosé para condimentar una declaración exculpatoria ante policías tontainas, en Sospechosos habituales.

 

 "Vamos a soñar que coincidimos en una peli de gánsteres con Tom Hanks haciendo de pistolero"

 

   ¿Es por tanto la ficción dentro de la ficción menos importante que la ficción a secas? ¿Lo es si sin ella no se habría salvado el mundo en Matrix? ¿Lo es cuando ayuda a un gris oficinista a crear clubs de lucha y a cambiar su vida? Alabemos pues la metaficción, un invento que nos ha permitido ver cómo un fantasma aprende a aceptar que le ha llegado el momento de dejar este mundo, o cómo un solo hombre puede salvar Marte (¿o al final pasó de veras, Swarzie?).

   Alan Moore, el genial guionista de cómics, también jugó a la ficción dentro de la ficción, relatándonos la última aventura de Superman en un posible futuro en ¿Cuál fue el destino del hombre de acero? Les dejo con la compañía del señor Alan Moore, que les va a recitar la introducción que legó a tan magna obra:

   “Esta es una historia imaginaria (que puede que no suceda nunca, o tal vez sí) sobre un hombre perfecto que vino del cielo e hizo el bien. Cuenta su crepúsculo, cuando acabaron las grandes batallas y los grandes milagros, de cómo sus enemigos conspiraron contra él. Y de la última lucha en las deslumbrantes llanuras del Polo Norte. De las mujeres que amó y de la elección que hizo entre ellas. De cómo rompió su juramento más sagrado y de cómo, al final, quedó despojado de todas las cosas que tenía, menos una. Acaba con un guiño. Empieza en una ciudad tranquila del medio oeste. Una tarde de verano en el futuro. En la ciudad la gente aún mira de vez en cuando hacia arriba con esperanza, vislumbrando una mancha distante en el cielo... Pero no: es sólo un pájaro o un avión. Superman murió hace diez años. Esta es una historia imaginaria... ¿No lo son todas?”/>

 

 

   

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1 Respuesta

  1. Anónimo
    Ar-ti-cu-la-zo, maldito hijo<br />Ar-ti-cu-la-zo, maldito hijo de puta.. Mr.Moore

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