OBLIVION crítica: Pastiche apocalíptico

Pastiche apocalíptico

A Tom Cruise le gusta tanto Wall-E que no
ha dudado en protagonizar una versión real

Por Robert Thornhill

<Estamos ante la típica peli cuyo engañoso tráiler promocional molón nos muestra a Tom Cruise luchando como si fuera un terminator espacial, se intuyen unos feroces bicharracos de ojos rojos, y la presencia inquietante de Morgan Freeman nos hace pensar que se las hará pasar canutas con esas pintas a lo Morfeo de Matrix. Bien, pues nada más lejos de la realidad: las escenas de acción se pueden contar con los dedos de la mano, los supuestos seres malignos de ojos colorados no son tan fieros como aparentan, y Freeman tiene una presencia puramente testimonial para enseñar el palmito y pasar por caja, además de contar toda la obra con un guión confuso, donde abundan las escenas prescindibles y unos cansinos flashbacks que hacen que cueste entrar plenamente en la peli.

Y es que Oblivion es una nueva visión de la tierra post-apocalíptica con un universo futurista que se asemeja más al de la genial Wall-E que al de la icónica Blade Runner, haciendo Cruise las veces del garboso robot basurero que deambula con nostalgia por un planeta desolado por una terrible invasión alienígena. Joseph Kosinski, además de hacer una exhibición de sus artes visuales, con unos gadgets muy molones y unos paisajes “made in National Geographic”, impregna a la peli un tono pseudo-intelectualoide y reflexivo para que no todo sea ver al héroe de turno luciendo el palmito cargándose a los malos, salvando la Tierra y quedándose a la chica. No nos parecería mal si no fuera porque nada de lo que nos cuenta es nuevo para cualquier seguidor avezado en el cine de ciencia ficción y lo dirige un director como el Kosinski, que ya demostró en Tron: Legacy que es un artesano de la imagen pero que no tiene experiencia para saber insuflar alma a sus creaciones.

"Yo no voy repartiendo pastis como Morfeo porque cumplí cadena perpetua por ello"

El referente principal del que bebe Oblivion es claramente Moon, una joya espacial retro que arrasó en el festival de Sitges del 2009, con el siempre convincente Sam Rockwell que vive sólo en la luna acompañado de un robot parlanchín tocacojones. Quien tenga en mente la opera prima de Duncan Jones, encontrará fácilmente elementos que son calcados sin rubor. Tampoco se salvan las referencias a la mítica Desafío total, con los ya conocidos borrados de memoria y esos sueños fragmentados de una relación anterior (sólo faltaba ver a Tom para contratar unas vacaciones en Memory Call), y también resuenan ecos de Matrix con Morgan Freeman haciendo las veces de Morfeo adiestrando a su “Neo Cruise” como liberador de un pueblo oprimido. Si a eso añadimos destellos de Star Wars, e incluso de Farenheit 451, ya ven que en Oblivion los deja vús son constantes, lo que es un lastre que impide disfrutarla como obra original.

"Nueva visión de la tierra post-apocalíptica con un universo futurista que se asemeja al de la genial Wall-E, haciendo Cruise las veces del garboso robot basurero"

Las presencias femeninas en la peli tampoco ayudan a darle un toque diferenciador y preveer que nos acordaremos de esta peli dentro de 20 años. Lejos han quedado los tiempos en que directores atrevidos nos regalaban voluptuosas presencias femeninas como Raquel Welch en Viaje Alucinante o Sharon Stone en Desafío total. En lugar de eso, nos tenemos que conformar con una soseras Andrea Riseborougn en el difícil papel de frígida compañera del cienciólogo espacial que nos recuerda vagamente a la Natascha McElhone de Solaris (la de Soderbergh, claro) aunque menos erótica que aquella y con más expresión Angela Merkel. En cuanto a la Kurylenko, la Melina de turno, se trata de una belleza desaprovechada muy en la línea de Jessica Biel en el Total Recall del año 2012: se prioriza su aspecto atlético al estético, conceptos que no tendrían por qué separarse (recordemos por ejemplo a Scarlett Johansson en La isla o a Charlize Theron en Aeon Flux).

"La actriz con la que he tenido más feeling es la yegua que montaba en Un horizonte muy lejano"

Y por si esto fuera poco, la química de ambas con el puritano de Tom Cruise es nula; no sabemos si tendrá que ver sus creencias religiosas y sectarias, pero su capacidad para transmitir sentimientos amatorios en la pantalla va decreciendo como la credibilidad de Michael Night Shyamalan. Mucha cara de ganador con su mecánica sonrisa Profident y mucho pechito al aire (que ya estamos cansados de verlo, la verdad), pero a la hora de dar el tipo con sus partenaires femeninas, se hace el muerto. Cierto es que en Minority Report o en cualquier Misión imposible las sensaciones que transmite son las mismas, pero claro, en esas pelis la espectacularidad y ritmo de la acción tapaba sus déficits como amante.

Una pequeña decepción pues este Oblivion, que nos la han vendido como algo que en realidad no es. Hubiera sido mucho más interesante desarrollar ese prólogo starwariano en el que nos explican cómo unos alienígenas invaden la tierra, se cargan la luna, se producen terremotos, tsunamis, y todo tipo de catástrofes naturales, hasta que los humanos deciden usar armas nucleares para acabar con la raza invasora. Leyendo este prólogo ya les aseguramos que un tándem entre Roland Emmerich y Michael Bay se pondría las botas y las batallas del bien contra el mal serían antológicas. En Venusville bendeciríamos ya esa prometedora precuela… pero por favor, que Joseph Kosinski se quede en casa decorando coloristamente el recibidor./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Congelada en carbonita



		Recomendada por Kuato a: los que van a los Salones del Automóvil y flipan con los coches superfuturistas tuneados a tope. Otra cosa no, pero en imaginación a Kosinski pocos le ganan.

		No recomendada por Kuato a: quien esté cansado de ver el perenne careto de Tom Cruise, con esa actitud de: “yo soy el mejor y tú no tienes ni puta idea”. No me extraña que no le hayan dado un Oscar en su vida.

		Ego-Tour de luxe por: ese baño a lo Marilyn que se marca Andrea Riseborougn delante de un mariconcín Tom Cruise, que ni se digna a quitarse los zapatos. Una pena; ver retozar desnudito a Ethan Hunt en una piscina de diseño hubiera hecho subir enteros a la peli.

		Atmósfera turbínea por: ese bucólico final cursilero made in Hollywood al más puro estilo Frank Capra, indigno de toda peli apocalíptica que se precie.