OJOS DE FUEGO crítica: Las fuerzas del Mal contra la niña fogosa

Nueva adaptación de Stephen King para seguir intentando completar la colección imposible

Hay gente que colecciona monedas de otros países, los hay que clasifican sellos, insectos, dedales, cromos... Parte de la gracia es que por mucho que acumules nunca acabarás la colección porque es inabarcable, siempre quedará alguna pieza que ya no existe o que no te puedes permitir. Pues un poco pasa lo mismo con las adaptaciones al cine (o a la televisión) de obras escritas por Stephen King. Hay tantas que no hay nadie que las haya visto todas. Me apuesto dinero a que hasta el mismo escritor le ha perdido la pista a más de una adaptación. Y hoy toca hablar de la última hasta el próximo cuarto de hora que saldrá otra más nueva.

Y es la adaptación de la novela “Firestarter”, que aquí se ha titulado Ojos de fuego. Y como pasa tantas veces con estas adaptaciones es que se van solapando. Ya existía una adaptación de 1984 protagonizada por una Drew Barrymore que acababa de subir al estrellato por E.T., el extraterrestre y estaba a punto de estrellarse por su relación con Johnny Walker. Pero de la misma manera que pasó con la adaptación de It de los 90, esa se hizo con un presupuesto que daba para las pipas y dos mecheros, y si la historia del payaso se redimió con las recientes películas de Andy Muschetti con presupuesto de superproducción, no es el caso de Ojos de fuego, que rezuma un aire a telefilm que tira para atrás.

"Ni Drew Barrymore, ni Dakota Fanning; mi modelo es Melody en el baile del gorila"

Dos lozanos universitarios son usados de conejillos de indias en unos experimentos que hacen que se les desarrolle unos poderes psíquicos a lo X-Men. Y cosas de la primavera, de la abejita y del polen, estos dos jóvenes, en edad de merecer, se ponen a fornicar cual dioses griegos y por resultado tienen a una chiquilla la mar de normal, si no fuera que cuando se cabrea suelta unas bolas de fuego que harían enorgullecer a un valenciano de pro. Y poco más, los padres no quieren que use esos poderes, pero la niña no los puede controlar, y son buscados por la agencia que trasteó con sus sentimientos y cosas así. Nada que sorprenda a alguien que ha leído más de tres párrafos de lo que sea de Stephen King.

Y poco más hay, la premisa promete mucho pero luego no va a ninguna parte más que a una sucesión de escenarios y situaciones, y en cuanto te empiezas a plantear qué demonios estás haciendo ahí, la película termina. Oye, dura hora y media clavada, gracias. Todo tiene un aire a una precuela, a un primer capítulo de una historia mucho más grande, pero para nada. No hay continuación ni se la espera. Es como si te compras un libro y después de la página 30, están todas las siguientes en blanco. “Al menos se me ha hecho corta”... Quédese con eso.

“Ojos de fuego es una chusta importante. Es inofensiva y se pasa en un suspiro, pero chusta al fin y al cabo”

En el reparto tenemos a Zac Efron, el chavalín de sinuosa melenilla que enloquecía a las adolescentes quince años atrás con sus enérgicos bailes y sus canciones que tratan sobre los sentimientos entre paja y paja. Este tío siempre me ha dado la impresión que prometía más, y si bien sí que está teniendo una carrera algo más consistente que la inmensa mayoría de volátiles estrellas juveniles que acaban en el porno, tengo la impresión que con un agente con ganas de hacer bien su trabajo y que le importe un poco la carrera dramática de su cliente, podría haber llegado bastante más alto. Ya te digo que estas producciones de Blumhouse (en su departamento más baratuno) y estirándose la cara hasta tocarse las orejas por detrás cuando aún le queda bastante para hacer los cuarenta... no creo que sean los pasos correctos para que se le tome en serio.

En el papel de la sufrida chiquilla tenemos a Ryan Kiera Armstrong, que no lo hace mal sabiendo su juventud, pero que ahora la peña tampoco se flipe diciendo cosas como que es un diamante en bruto y que tenemos a la próxima Dakota Fanning, que tampoco es para tanto. No lo hace mal pero no hagamos de ella el siguiente muñeco roto. Donde me planto es en la composición musical, pues tenemos nada más y nada menos que al fucking John Carpenter encargándose de los pianitos.

"¿Seguro que la niña es hija mía y no del X-Men Pyro?"

¿Qué hace este tío aquí? Vale, que el señor ya pasa bastante de dirigir cosas que duren más de cinco minutos y que lo que le apasiona es ponerse a tocar el teclado con su hijo around the world, pero Carpenter... ¿no tenías ninguna otra propuesta algo más interesante? Que vale que es una adaptación de Stephen King, pero es que ni siquiera es de alguna de sus novelas más punteras... Pero bueno, al menos la banda sonora está bastante bien, no encaja mucho ese aire ochentero en la peli, pero bueno, no me pondré exquisito, es el puto Carpenter en el cine, así que un saludo cordial, un agradecimiento, y a otra cosa.

Aún así, Ojos de fuego es una chusta importante. Es inofensiva y se pasa en un suspiro, pero chusta al fin y al cabo. Aquí el único que gana es Stephen King que vende los derechos de sus novelas como el que vende marihuana en una urbanización y se forra por ello. ¿Y quiénes somos nosotros para decirle a alguien lo que debe y lo que no debe hacer con su propia creación? Como si quiere arrancar una a una las hojas, hacer un gracioso canuto, y prenderle fuego mientras mira fijamente a la cámara. Más de uno aplaudiría y diría que es su mejor obra… siempre hay uno. Por cierto, he contado las adaptaciones al cine y a la televisión de sus obras. Me salen 141, o sea que seguramente serán más.

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