PASSION PLAY noticia: No nos dejan ver a Megan Fox

<Así es, fieles visitantes de Venusville, parece ser que si no está rodeada de robots de diez metros de alto o posando como modelo con la ropa justa para que nos imaginemos el resto, no nos dejan ver en pantalla grande a Megan Fox para que podamos disfrutar de sus indiscutibles habilidades interpretativas que se resumen en labios sugerentes, cuerpazo de aquellos que levantan el ánimo (y algo más que el ánimo) y gran dosis de sensualidad de las que derriten.

Si el año pasado el western Jonah Hex, en la que hacía del bomboncito del saloon (que para más señas se iba a la cama con un deformado Josh Brolin), finalmente se lanzó sin pasar por taquilla en DVD, esta vez le ha tocado a Passion Play, donde la Megan se limita a hacer de lo que sabe hacer, de tía hipermegabuena que trabaja en un circo sometida a las maldades de un gángster despiadado (Bill Murray), hasta que un trompetista interpretado por Micky Rourke la salva de las garras del malvado explotador.

Ya sabemos que el guión no es nada del otro mundo (ver a Rourke de trompetista..., ejem), pero viendo los fotogramas que aparecen en la red, con la Fox luciendo generosos escotes (hasta el ombligo) e imágenes donde se pueden observar sus serpenteantes curvas que provocan mareo y todo tipo de efectos hormonales, realmente da pena que no podamos disfrutar de tales panorámicas en dimensiones adecuadas. Es más, mejor no imaginar verla en 3D porque los orgasmos en el cine estarían a la orden del día.

De todos modos se lo tiene bien merecido por subirse a las barbas de nuestro zar Michael Bay, quien no tuvo ningún problema en sustituirla por otra chica florero como Rosie Hungtinton-Whiteley para rellenar con alguna escena marcando culo entre explosión y explosión.

Lo siento Megan, pero en Venusville, y aunque reconocemos que estás para comerte, si tenemos que elegir entre tú y Michael Bay, nos quedamos con el director de La Roca, que nos llena más y durante más tiempo./>