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PERDIDO crítica: Yo por mi hijo, ma-to

Thriller francés de venganza con Guillaume Canet como padre cabreado justiciero en Perdido

EL HOMBRE DE BOSTON

Ya sabemos que el cine francés, a diferencia del americano, siempre ha sido un cine sobrio. Ni siquiera las comedias de Louis de Funès como gendarme llegaban a la astracanada de las de Loca academia de policía. Por eso claro, los thrillers de venganza también son sobrios, y si la historia cuenta cómo un padre busca a su hijo secuestrado tomándose la justicia por su mano, lo contará más como thriller dramático que como thriller de acción, dándole la misma importancia a los problemas personales de los padres protagonistas a modo de drama familiar, que a la investigación en sí, y economizando las escenas de violencia en vez de recreándose en ellas. Conclusión: los franceses, en comparación con los americanos, son unos sosos.

Por eso no es de extrañar pues en Perdido, las largas escenas dialogadas entre Guillaume Canet y Mélanie Laurent como los padres divorciados que viven el tormento del secuestro de su hijo, antes de que Canet proceda a investigar por su cuenta haciendo caso omiso de las instrucciones de la policía. Escenas altamente dramáticas como hemos visto en películas de temática similar como Rescate, Prisioneros o Cautivos, pero a la francesa, es decir, más dramáticas aún si cabe, pues el cine francés siempre ha sido un cine más próximo al teatro que el americano, y de ahí que no escatimen en lloros, gritos y alguna salida de tono histérica con la que mostrar el jodido arco psicológico por el que pasan los personajes.

 

PERDIDO

"Ahora vengo, me voy a ver Venganza y vuelvo"

 

Como tampoco es de extrañar que la parte de thriller nada tenga que ver con las desmesuradas bacanales de tiros y sopapos a las que estamos habituados cuando a un progenitor le secuestran la prole en el cine yanqui. Arnold Schwazenegger arrasa Sudamérica en Comando a base de granadas, morteros y lanzallamas; Denzel Washington no duda en meterle un explosivo en el culo a un capo mexicano en El fuego de la venganza; Liam Neeson se pule a tiro limpio a toda la mafia albanokosovar de París en Venganza; Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal torturan a Paul Dano cuales sendos doctores Mengeles en Prisioneros; y si Keanu Reeves se pone como se pone en John Wick por su perro, no queremos ni pensar cómo se pondría por un hijo...

"Perdido no tiene nada que ver con las desmesuradas bacanales de tiros y sopapos a las que estamos habituados cuando a un progenitor le secuestran la prole en el cine yanqui"

Por eso Guillaume Canet en Perdido se nos antoja un blandengue de muy señor mío. Alguna cosilla hace, sí, pero comparándolo con los ejemplos citados, parece más una monja que va repartiendo estampitas de San Pancracio entre los feligreses que un padre interrogando y castigando a los secuestradores de su dulce niño. Christian Carion se limita a mostrar lo justo, y tras una escena prometedora con la que nos pone la miel en la boca, nos la avinagra al no seguir por ese camino, pues el clímax no nos da ni la mitad de lo prometido. Carion nos pone el caramelito en la boca y luego nos lo quita, nos la pone dura y luego nos da dos piedras, y nos deja con los pantalones bajados a modo de pingüino.

 

Perdido: thriller

"Le recomiendo que vea también Sentencia de muerte, con Kevin Bacon"

 

Sin contar con que la investigación de Canet le lleva de una pista a otra con la misma facilidad que en una historieta de Mortadelo y Filemón, los agentes de la T.I.A. dan con los cacos, llámense Joe Cachiporra, Mac el Troglodito o Jack Tortazo. Ya para empezar descubre en tan sólo un golpe de vista a unos vídeos caseros dónde iniciar la investigación, mientras la policía se sorbe los mocos, rellena crucigramas, y se pasa el día engullendo café y croissants (donuts no, que estamos en Francia). Así de simple es todo en Perdido: de oca a oca y tiro porque me toca, en tan sólo dos tiradas y dos movimientos de ficha, llegamos a la casilla de llegada tan fácilmente como si Hercule Poirot se ocupara del caso.

Por eso, la conclusión es que para contar comedias que inciten a la reflexión como Intocable, La familia Bélier, Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? o C'est la vie, mejor el cine francés que el americano, pues con cómicos de caca-culo-pedo-pis como Jim Carrey, Adam Sandler o Jack Black, nunca llegarán a niveles de humor tan profundos. Pero para contar thrillers cañeros de padres tomándose la justicia por su mano a base de tiros y mamporros sin recatar en gastos, mejor el cine americano que el francés, a no ser claro que esté producido por Luc Besson con Liam Neeson interpretando al padre justiciero, pegando tiros y repartiendo sopapos hasta a la Torre Eiffel.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: espectadores que ya vayan teniendo una edad y que por eso prefieran la violencia suave y tranquilita.

No recomendada por Kuato a: quien prefiera padres cabreados con la cabeza rapada como Kevin Bacon en Sentencia de muerte.

Ego-Tour de luxe por: la escena del primer interrogatorio. Lástima que sea la única buena...

Atmósfera turbínea por: que siendo un thriller francés, no lo haya producido o dirigido Luc Besson.

 

PERDIDO. Estreno en Venusville: 16/03/2018.

 

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