SALT crítica: Ensalada sin "salt" ni pimienta

Ensalada sin "salt" ni pimienta Pónganle a Ethan Hunt los labios de Carmen de Mairena y el culo que lleva Penélope Cruz en Volver y obtendrán Salt Por Robert Thornhill

<Aquí tenemos uno de esos productos veraniegos para ver en un cine al fresquito donde la verosimilitud raya por su ausencia y todo se supedita a la acción y al desenfreno. Podemos ver escenas que nos recuerdan a James Bond, otras a Jason Bourne, flashes de MacGyver, toques de Ethan Hunt… pero con la gran novedad que aquí el prota no es un tío guapo con pelo en el pecho, chulillo de cojones, atlético y con una tableta perfecta en los abdominales. Aquí el papel de superhombre recae en una mujer que precisamente no se caracteriza ni por su dureza ni por su inteligencia extrema, sino por otros aspectos que poco tienen que ver con los agentes secretos.

   Porque no nos engañemos, aunque la Jolie ostenta el dudoso honor de tener un Oscar en el bolsillo (la verdad es que hoy en día a cualquiera le dan uno, incluso a la jamona de la Pe), cuando uno la ve en pantalla está esperando sus gestos sensuales, sus mórbidas miradas, y porqué no decirlo, verla como Dios la trajo al mundo para contemplar su escultural cuerpo. Si quería ser una gran actriz como Glenn Close o Meryl Streep, ¡que no hubiera nacido con esos labios de Carmen de Mairena ni se hubiera puesto esos pechos que apuntan al infinito y más allá!

"Es la última vez que corro, salto, trepo y piloto una moto llevando una compresa sin alas..."

    Pero en Salt la Angelina no sale muy beneficiada físicamente hablando. La visten con ropa que le favorece poco (nada de embutirla en trajes que resaltan su figura como en Tomb Raider), resulta poco estética cuando corre y salta, e incluso en ciertos momentos, como cuando trepa por edificios, tiene un aspecto masculinizado. Quizás porque este papel estaba destinado a Tom Cruise, quien desgraciadamente renunció porque al tener el REY su franquicia de superagentes, sólo estaríamos viendo a Ethan Hunt con otro nombre.

   El segundo gran problema de Salt son los malos, elemento crucial a la hora de valorar el valor y el coraje de nuestros héroes patrióticos. ¿Qué sería James Bond sin Goldfinger? ¿O Spiderman sin el doctor Octopus? ¿O Luke Skywalker sin Darth Vader? Pues en Salt se echa en falta un villano de categoría, con una inteligencia sobrenatural, y que se haga odiar por el espectador que desea que el prota-héroe acabe cruelmente con él  y se quede con la chica.

"Por fin tengo entre las manos algo de un tamaño que vale la pena"

   Esa figura brilla por su ausencia en esta peli. Y mira que lo tenían fácil, porque al principio nos dan a entender que se trata de una de esas viejas historias de los 80 en las que los rusos y americanos se van haciendo putadillas con espías dobles y con amenazas nucleares de por medio. Pero te acabas desanimando porque no aparece nada parecido a Ivan Drago con sus dos metros de músculos, ni ningún militar soviético con el jeto de Putin que te acojone sólo al verle la cara de mala ostia, sabiéndole capaz de cometer cualquier genocidio imaginable.

   Aun así al final nos amenazan con una segunda parte con la intención de crear una marca Salt de espías. Mucho me temo que se quedará en un intento en vano, al menos con la madraza Angelina Jolie de estrella y estos malos de mantequilla a su alrededor./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Congelada en carbonita
		Recomendada por Kuato a: quien vacíe su mente antes de entrar al cine preparado para llenarlo con cualquier cosa que le pase por la vista.
		No recomendada por Kuato a: aquellos amantes de las pelis de espías con la Guerra Fría de fondo y con el KGB luchando tenazmente contra la CIA.
		Ego-Tour de luxe por: la escena en la que la Jolie ahoga con sus esposas al traidor que la ha puteado. Realmente espectacular.
		Atmósfera turbínea por: la falta de dosis de humor y distensión de la peli, aparte de la ausencia de algún momento erótico-sensual que recordar.

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