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SILENCIO EN LA NIEVE crítica: Elemental, mi sargento

   

Elemental, mi sargento

Combinación de cine negro y bélico con Sherlock
Holmes y el sargento Arensivia de protagonistas

Por Ray Zeta

 

<Películas españolas sobre la División Azul hay pocas (ya saben, los falangistas voluntarios que Franco envió a la Segunda Guerra Mundial para que ayudaran a Hitler a combatir las tropas soviéticas); películas españolas policíacas situadas en escenarios alejados de los ambientes urbanos, menos; y películas españolas sobre la División Azul que sean además un thriller policíaco, ninguna. Así que solo por esto, Silencio en la nieve es una peli única en su género y una joyita a descubrir: una obra cien por cien de cine negro ambientada en la Rusia de la Segunda Guerra Mundial con un batallón de la División Azul de protagonista. Ahí es ná.

   Un thriller cien por cien noir además, al que no le falta ninguna de las constantes del género pese a estar ambientado en un escenario tan poco convencional como es el frente ruso: asesinatos, una investigación policial, sospechosos que no son lo que parecen, un detective, el fiel ayudante de éste… Constantes que encima son friki-potenciadas hasta hacerlas más atractivas para el fan del género aún si cabe, siguiendo más o menos de manera fiel la novela “El tiempo de los emperadores extraños” en la que se basa: los asesinatos no son asesinatos cualesquiera, son crímenes cometidos por un serial killer que sigue rituales masónicos (en una especie de Seven sin John Doe y From Hell sin Jack el destripador), y no son investigados por investigadores cualesquiera, sino por un soldado ex-inspector que es la quintaesencia del detective del cine negro: frío, reservado y distante, secundado por un sargento chusquero de mayor edad más cortito de luces (igualito que Sherlock Holmes y su fiel doctor Watson pero en versión castrense), y el caso, claro está, se complica hasta salpicar de mierda las más altas esferas militares.

 

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"Se equivoca, el gordo de Seven era mucho más asqueroso porque estaba todo vomitado"

 

   Sí, ya sé, combinaciones marcianas entre géneros como el policíaco y/o el bélico ha habido para dar y para vender tanto juntos como por separado: El nombre de la rosa mezclaba el género policíaco con el medieval, Deatwatch el género bélico con el terror, y La hija del general ambos, por poner tres ejemplos…  Pero la gracia de este Silencio en la nieve es que al tener como fondo el tema de la División Azul, la trama principal está adornada sin que por ello quede entorpecida, con subtramas que muestran lo puteados que estaban los soldados españolitos en el frente ruso, las tirantes relaciones que mantenían con sus supuestos amigos los nazis, la manía que les tenían a los comunistas, lo quemaos que iban, y las temperaturas de veinte bajo cero que les congelaba las pelotas.

 

  "Los asesinatos son crímenes cometidos por un serial killer siguiendo rituales masónicos en una especie de Seven y From Hell"  

 

   ¿El resultado? Una combinación tan cachonda como irresistible, tanto por la trama de la investigación de los crímenes del serial killer, como por la ambientación conseguida gracias a una dirección artística impecable (aquí se notan los 4 millones de euros de presupuesto), y sus personajes. Como Astérix y Obélix, Tintin y el capitán Haddock, y Sherlock Holmes y el doctor Watson, Juan Diego Botto y Carmelo Gómez interpretan a una pareja de detectives entrañables, que en sus roles de investigador listo e investigador tonto (no podía de ser de otra manera), mientras Juan Diego Botto es el Sam Spade o el Philip Marlowe de la función, Carmelo Gómez queda relegado a mero calco del sargento Arensivia de las historias de la puta mili de Ivà (¡si hasta se va de putas con sus hombres! Solo le faltaba decir “Cagon la otia, cagon la misa antropa, y cagon tó”, y ya podría haberlo interpretado Juan Echanove).

 

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"Lo que me jode de hacer de Arensivia es que siempre hay algún recluta que se le tira la mujer"

 

   Perdonamos pues que en algún momento quede algún cabo suelto a nivel de guión, aparezca algún pasaje algo forzado para facilitar el buen avance de la trama, exista algún personaje superfluo para llenar metraje (como el de la chica rusa y el niño –sí claro, también ruso, es que están en Rusia-), que aparezca algún otro por la cara como regalo del guionista para que los protagonistas vayan consiguiendo su cometido (aquí no les digo cuál, que luego me acusan de espoileador), e incluso hasta que el final sea más facilón de lo esperado (ya lo ven, he salido del cine optimista), porque Silencio en la nieve funciona, vaya sí funciona, y lo hace como thriller noir y no como cualquier otra cosa, lo que es un auténtico gustazo dado su material.

   Porque con los 4 millones citados de presupuesto, podía haber sido una un drama bélico sobre la División Azul, o peor aún, sobre la Guerra Civil (¿se la imaginan dirigida por Vicente Aranda con Jorge Sanz y Victoria Abril? ¡Argh!), pero no, la ambientación, la recreación histórica (tres años de documentación), la dirección artística, y las escenas de guerra, están al servicio de contar una historia de asesinos y detectives en la más pura tradición de la novela negra, y no de los rolletes patrios habituales, y eso, en unos tiempos en los que el cine español busca recuperar cada euro invertido yendo a lo fácil, es oro puro. Tan puro como el blanco de la nieve de la película./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Copas de yate
     
     
 

Recomendada por Kuato a: a quien le hubiera gustado ver al sargento Arensivia investigando al lado de Brad Pitt los asesinatos de Seven cometidos por John Doe.

     
  No recomendada por Kuato a: a quien hubiera preferido ver OTRA peli sobre la guerra civil española o sobre la post-guerra, dirigida por Vicente Aranda con Jorge Sanz y Victoria Abril de protagonistas.
     
  Ego-Tour de luxe por: haber sabido combinar con gracia el thriller policíaco negro con el bélico en el frente ruso en lo que bien podría haberse titulado “Negro sobre blanco” en homenaje a Fernando Sánchez Dragó.
     
 

Atmósfera turbínea por: “¡Cagon tó!” Ya puestos a copiar al sargento Arensivia, que no hayan hecho hablar a Carmelo Gómez como el personaje de Ivà.

 

 

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