SITGES 2019: VIVARIUM crítica: Casa sin salida

Imogen Poots y Jesse Eisenberg, atrapados como Bill Murray, pero no en el tiempo en Vivarium

¿Les he dicho ya que en esta edición del Festival de Sitges, están de moda las pelis baratitas con muy pocos actores en un único espacio? ¿Y que ese espacio es casi siempre una casa? ¿Y les he dicho ya que la mayoría de estas películas parecen un corto alargado porque no dan para llenar todo el metraje? Pues Vivarium reúne todas estas condiciones: toda la peli gira alrededor de dos actores principales con un par de secundarios, sucede enterita en el interior de una casa, y su argumento encajaría mejor en un corto porque un largo le viene tan grande como la gabardina de Hellboy a un pitufo.

Como siempre ocurre en estos casos, la premisa parte de una idea la mar de original. Una de esas ideas que parecen haber surgido de la cabeza del guionista una noche con excesos de todo tipo: una joven pareja visita una casa en una urbanización recién construida, y por más que lo intentan no pueden abandonarla, porque se alejen por donde se alejen, acaban apareciendo siempre en la puerta. En cierta manera es lo mismo que le pasaba a Bill Murray en Atrapado en el tiempo, pero cambiando el bucle temporal por un bucle espacial. O sea, que aquí el título podría ser “Atrapados en el espacio”.

"Ya te dije que poner Atrapado en el tiempo en bucle no era buena idea"

Una vez más, nos encontramos ante un caso claro de “Síndrome del corto alargado”, y un caso de los graves, pues la idea de marras no da en absoluto para llenar un largometraje, lo que queda más que patente a media película. Se presenta a la pareja protagonista con un prólogo baratito, se presenta la surrealista situación, y ésta se va alargando hasta lo indecible bajando el ritmo de la peli tanto como una orgía nonagenaria sin viagra, mientras se introduce algún giro argumental de relleno que siga la historia, aunque tenga menos lógica que un váter sin agujero.

“Es el problema de las ideas que se pasan de originales, que no basta con tenerlas, también hay que saber cómo continuarlas y aún más cómo acabarlas”

Y cuando digo “lógica” me refiero a “coherencia”, pues en Venusville nos lo tragamos todo por marciano que sea, si tiene sentido dentro del universo planteado. Lo que no ocurre en Vivarium, pues el hecho de no dar explicaciones sobre el por qué de la situación planteada (ni falta que hace, recuerden sino la monumental cagada que significaron los midiclorianos en StarWars: La amenaza fantasma), propicia que el guionista pueda salirse por pataneras como desee, mientras abusa de situaciones repetitivas que no hacen más que alargar la agonía del espectador.

"Nos hemos cansado de Atrapado en el tiempo, ¿tienen Feliz día de tu muerte?"

Es el problema de las ideas que se pasan de originales, que no basta con tenerlas, también hay que saber cómo continuarlas y aún más cómo acabarlas. En el caso de Vivarium, se intenta mantener el sabor del chicle con un personaje sorpresa y con reacciones de la pareja protagonista totalmente ilógicas, pero el chicle se acaba partiendo al concluir en un psicodélico final sin sentido que propone cierta explicación, aunque sea una explicación más digna de un cartoon que de una peli con pretensiones, por ser más propia de un mundo irreal que de un mundo real con un bucle espacial.

Nos quedamos pues con el ambiente opresivo de la urbanización, con su impersonal arquitectura verde, con el inquietante vendedor de casas, con la desconcertante primera versión del personaje sorpresa, con Imogen Poots y Jesse Eisenberg como pareja de sufridores en casa del “Un, dos, tres”, con la distopia cotidiana planteada, con la metáfora del aislamiento, y con la crítica a la familia perfecta norteamericana, aunque se quede a medio camino de todo ello. La próxima vez que el guionista de Vivarium tenga una idea genial, que se la venda a los productores de Black Mirrow y ellos sabrán qué hay que hacer.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

Recomendada por Kuato a: quien jugando a La oca, siempre caiga en la Muerte y regrese a la casilla de salida.

No recomendada por Kuato a: jóvenes parejas que busquen casa con piscina.

Ego-Tour de luxe por: que el color verde de la urbanización está muy bien elegido.

Atmósfera turbínea por: que existan productores con tantos huevos como para hacernos pasar el suplicio de ver un largometraje que debería ser un corto, el episodio de una serie o una telemovie.

■ SITGES 2019