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SITGES 2019: VIVARIUM rueda: Vecindarios mortales

El director Lorcan Finnegan presenta Vivarium alertándonos de los peligros de los vecindarios

RAY ZETA

Asistiendo a la rueda de prensa de un director irlandés llamado LorcanFinnegan, uno espera encontrarse a un pelirrojo, lechoso y pecoso de marcado acento irish, apurando un whisky de nombre similar, pero en lugar de eso nos encontramos a un morenazo de barba negra cerrada con pinta de europeo latino, ya sea italiano, portugués o españolito. Finnegan es irlandés, de eso no cabe duda, pero ni siquiera se le nota el acento, así que la mayor prueba de su nacionalidad es la tarjeta con su nombre erguida desafiante ante él.

No parece que Vivarium despierte mucho interés en los periodistas presentes. Seguro que lo despertaba más antes de ver la película, pero como Finnegan parece un buen tipo, y en cuanto abre la boca constatamos que lo es, empezamos a preguntarle casi por cortesía. Más que de las posibles interpretaciones de su película, que pueden ir desde una crítica al capitalismo o a la familia media americana, hasta una fábula sobre el matrimonio, la paternidad y la incomunicación, de aspectos simples y concretos, no sea que le dé por ponerse demasiado profundo…

 

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¿De dónde te vino la idea para Vivarium? “Es una combinación de varias cosas: de mi corto Foxes, que iba de las urbanizaciones dormitorio que se construyeron en Irlanda durante el bum económico para que las jóvenes parejas se mudaran allí; de un documental de Richard Attenborough sobre el efecto migratorio de los pájaros Cuco (la metáfora de ocupar un nido ajeno, o en este caso, obligar a alguien a ocuparlo aún a su pesar); y de la experiencia propia del guionista Garret Shanley, que de joven le sucedió una experiencia similar al perderse en un vecindario de este tipo".

Siguiente pregunta: háblanos del desconcertante personaje del vendedor. “Era un personaje difícil porque debía ser un personaje enervante, más una imitación de una persona que una persona. Fue un casting complicado, vimos a actores muy buenos pero no quedaban bien, hasta que vimos una cinta de Jonathan Aris y pensé que era asombroso. El balance entre humor y extrañeza era perfecta. Quisimos conocerle y hacerle una prueba, y llegó con barba y el pelo largo, pero en cuanto se afeitó, se cortó el pelo, se hizo el peinado del personaje y se puso la camisa, quedó perfecto”.

"Nuestro bucle es una trampa cuántica. No importa donde vayas que siempre acabas terminando en el mismo lugar"

Próxima pregunta, seguimos en la línea: ¿y qué hay del personaje del niño? “También es un actor asombroso. Fue un casting complicado, vimos a muchos niños y también le elegimos a través de una cinta. Senan Jennings tiene 7 años, por eso no puede hablar como requería el personaje, imitando voces de adultos y con diferentes acentos, así que es Jonathan Aris quien hace los sonidos raros que representa que emite el niño. Digamos que su voz es una combinación entre la suya propia, la de Jonathan Aris y la del actor que hace de hijo adulto”.

Muy bien, y ahora que ya hemos entrado en calor, toca una más difícil: ¿qué diferencia hay entre el bucle temporal de películas como Atrapado en el tiempo, Al filo del mañana o Feliz día de tu muerte, con el bucle espacial de Vivarium? “Nuestro bucle es una trampa cuántica. No importa donde vayas que siempre acabas terminando en el mismo lugar. Nos inspiramos en la mecánica cuántica, como ver diferentes espacios del universo al mismo tiempo. También hay en la película una estructura cíclica que forma el bucle que se corresponde con la vida, Hasta el número 9 que sale, ya que es un número que gira en sí mismo”.

 

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Y ya que estamos por fin metidos en harina, dinos: ¿fue difícil de plasmarlo rodándolo? “Lo más difícil fueron los aspectos técnicos. Construímos un set con tres fachadas de casas. Cada vez que teníamos que filmar allí, teníamos que dar el contraplano de cada plano. Todo se planificó con storyboards, aunque no tuvimos mucho tiempo para trabajar en ellos. Todo se planificó: la fotografía para crear la sensación de una absoluta falta de emoción, el color verde para dar sensación desagradable, y la luz artificial para dar sensación de aspecto cerrado”.

Perfecto, lo has hecho tan bien, que para terminar te regalamos otra facilita: ¿cómo llegaron a la película Jesse Eisenberg e Imogen Poots? “Me cité con Imogen Poots en Londres y estuvimos hablando durante horas de cine, arte, fotografía y otros temas, sin siquiera hablar del guión. Empezamos a preguntarnos quién podría interpretar al chico. Ella sugirió a Jesse y le envió el guión directamente desde su móvil. Al cabo de dos días le respondió que le interesaba, así que nos reunimos con él en Nueva York y aceptó la película”. Así de fácil. Casi tanto como encontrar a un irlandés llamado Lorcan Finnegan, moreno, con barba negra, y pinta de españolito.

 

 

Lorcan Finnegan con el Diario de "Vivariumsville"

 

SITGES 2019

 

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