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SITGES 2021: LA ABUELA rueda: Sitges para la tercera edad

Paco Plaza presenta La abuela junto a Carlos Vermut como en una fiesta en un geriátrico

RAY ZETA

Paco Plaza y Carlos Vermut son amigos y residentes en Madrid, que diría una azafata del “Un, dos, tres, responda otra vez”, y todas las semanas comen en el mismo restaurante japonés. El tema de sus conversaciones es el cine, tanto desde una perspectiva de aficionados como de profesionales, pues igual comentan las pelis que ven que los proyectos en los que están inmersos. Fue así como salió La abuela. Paco Plaza se atascó preparándola, Carlos Vermut le echó un cable, y pim pam, La abuela es hoy una realidad.

“Quería hacer una película de posesiones en la cual el demonio fuera la vejez”, nos explica Paco Plaza dándonos el titular de la crónica ya con la primera frase. “Tenía el germen de la película, pero no conseguía dar con el ángulo apropiado. Buscaba el elemento que pudiera contener este concepto en la trama pero no lo encontraba. Carlos se ofreció a hacer una versión de guión, y a partir de ahí todo fue rodado”.

 

"Para que luego digan que yo no tengo abuela"

 

Y es que según Plaza, Carlos Vermut tenía ganas de arremangarse y ponerse a hacer una película de terror. El mismo Vermut lo ratifica: “Me apetecía hacer una película de terror de género, y qué mejor manera que hacerlo con Paco Plaza. Paco es el mejor director de terror de España y del mundo”. Y sigue echándole florecitas a su amigo, aunque bromee diciendo que es una amistad interesada: “Paco es mi amigo porque es buen director y no al revés, si fuese un director de mierda no sería mi amigo”.

“Quería hacer una película de posesiones en la cual el demonio fuera la vejez”

Y siguen contándonos cómo la pandemia del puto jorobavirus detuvo el rodaje en un parón que los acojonó a todos más que la propia abuela de la película. Vera Valdez, de 85 años, prometió mantenerse viva y cumplió su palabra, mientras que Almudena Amor, al tratarse de su primera peli, entró en una crisis de ansiedad galopante. Y miren por dónde, la pandemia afectó el modo de cómo se mira la peli. “Una abuela no es lo mismo ahora que hace dos años. La pandemia nos ha obligado a replantearnos nuestra relación con nuestros mayores, por eso la percepción de la película es ahora muy diferente”, relata Plaza.

 

"Pues nada, el día que presentéis El buen patrón, me llamáis y vuelvo"

 

Y con el productor Enrique Lavigne definiendo a Paco Plaza como “un niño de Sitges”, llega el momento en el que Plaza se deshace en elogios con el festival. El festival de Sitges es su casa desde hace 30 años, donde ha conocido a muchos de sus mejores amigos, y donde ha pasado horas y horas hablando apasionadamente de cine de terror Por eso presentar peli en Sitges es “como una boda”, apuntilla. “Cada vez que entro en el Auditori, me suena la mitad de la gente. Conozco a unas 700 personas, de las que cien son amigos y el resto conocidos”.

Y esta edición por partida doble. Tanto por La Abuela, como por su episodio de la serie Historias para no dormir. Dos trabajos por el precio de uno. ¿Significa eso que tenía mono de dirigir terror tras el paréntesis de género que supuso Quien a hierro mata? “Claro”, se sincera Plaza, “tenía ganas de volver. Hice Quien a hierro a mata porque me pareció un guión tan fascinante que fui incapaz de decir que no, pero yo me considero tan director de cine de terror, que en el DNI debería poner eso: ‘Director de cine de terror’”.

 

La abuela del Betis no, ¡de Venusville!

 

SITGES 2021

 

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