SITGES 2022: SISU crítica: ¿Qué hiciste en la guerra, papi?

Tebeo bélico, spaguetti western, festival de muertes nazis a cual más cafre y mucho más, es Sisu

■ CHEMA PAMUNDI

En estos tiempos de un cine de acción dominado por super-franquicias que muchos seguimos viendo casi por costumbre (como quien come acelgas una vez a la semana), y por plataformas digitales que buscan estandarizar los hábitos de consumo evitando cualquier atisbo de riesgo, flota la sensación general de que, lenta pero inexorablemente, se va achicando el espacio disponible para estrenos que tengan cierto espíritu underground y que no vengan avalados por el logo de alguna gran productora. No es cuestión de ponerse en plan boomer nostálgico, pero me asalta la duda de si se estarán produciendo los suficientes títulos de acción “raros” como para que la actual generación desarrolle un gusto enriquecido, del mismo modo que la mía lo desarrolló gracias a pioneros como John Carpenter, Sergio Leone, Sam Peckimpah, Walter Hill o John McTiernan.

En ese contexto, una marcianada tan extrema y divertida como Sisu, que mezcla sin el menor rubor el cine bélico de aventuras y supervivencia, el spaghetti western más desmelenado y una concepción de la violencia audiovisual digna de los dibujos animados de la Warner (si estos tuvieran una versión gore), es exactamente el tipo de vacuna que necesitamos para recuperar nuestras constantes vitales y nuestra fe en las películas de culto con balaseras y bofetadas rodadas de manera cafre y artesanal. Que Sisu, con sus apenas 6 millones de dólares de presupuesto, se haya estrenado en salas de cine, es un milagro. Ir a verla debería ser una obligación.

"Esto por el Alemania 2 - Finlandia 0 de 2016"

¿De qué va la vaina? Pues a ver, estamos en Laponia, año 1944, durante los estertores de la Segunda Guerra Mundial. Aatami, un ex-militar de élite finlandés que se había reconvertido en buscador de oro en ese rincón perdido del mundo para alejarse del horror del conflicto, es atacado por una columna de soldados alemanes en retirada, que pretenden matarlo para quitarle el tesoro que ha logrado acumular. Sin embargo, pronto quedará claro que quienes están en desventaja son ellos, porque Aatami es una máquina de matar nazis más eficiente que los cuatro jinetes del Apocalipsis juntos. Según nos cuenta un rótulo al inicio de la película, “Sisu” es una palabra finlandesa sin traducción, que hace referencia a ese tipo de valor desesperado y suicida que surge cuando has perdido todo lo demás y, total, para lo que te queda en el convento decides cagarte dentro.

“Sisu es exactamente el tipo de vacuna que necesitamos para recuperar nuestras constantes vitales y nuestra fe en las películas de culto con balaseras y bofetadas rodadas de manera cafre y artesanal”

La nueva cinta de Jalmari Helander, el director que en 2010 dejó picuetos a todos los fans del género fantástico con la extrañísima Rare Exports: Un cuento gamberro de Navidad, es un neo-western descaradamente tarantiniano, sin apenas diálogos y cuyo guion se limita a una serie de set pieces de acción a cual más bestia (la película incluso está dividida por capítulos, con títulos impresos en pantalla). Su atención por el detalle en la puesta en escena y el vestuario es fenomenal. Lo único que ofrece aparte de eso es un protagonista de acero bruñido (interpretado por el actor Jorma Tommila, con la sequedad necesaria para que nos parezca indestructible pero la pizca de carisma y vulnerabilidad justa para que aplaudamos entusiasmados todo lo que hace), unos pocos personajes secundarios arquetípicos pero bien definidos con cuatro trazos (el desencantado oficial de las SS, al que encarna Aksel Hennie y que ejerce de villano principal, es el más memorable de todos ellos) y una orgía de ultraviolencia siempre en curva ascendente, en la que Aatami liquida enemigos a un ritmo, y con un nivel de inverosimilitud, que hacen que John Rambo y John Wick (y casi cualquier otro John que se nos ocurra) parezcan aficionados.

"Aún gracias que no se ha enterado de que con el femenino, este año les metimos 3"

Sisu va a generar sobre todo dos tipos de opiniones: habrá quien se deje llevar por ella desde el primer acuchillamiento de cráneo y la bautice como “clásico instantáneo”, y habrá quien no sea capaz de digerir su festival de excesos y por tanto la considere meritoria en los apartados técnicos pero repetitiva a más no poder. Yo, personalmente, fui pasando del segundo grupo al primero a medida que avanzaba la proyección, a medida que entendía lo que había pretendido hacer el director (entretener con el mayor nivel posible de pericia visual), y me fue dando igual que el héroe detuviese los disparos de una ametralladora antitanque con la bandeja de buscar oro (como si fuera el escudo del Capitán América), o que sobreviviese a un ahorcamiento, a la explosión de una mina antipersona y a otras cosas que… bueno, no voy a decir que sea necesario “verlas para creerlas”, porque lo cierto es que son del todo increíbles. Pero vamos, que POR SUPUESTO que sí: clásico instantáneo.

Me gustaría extenderme más, pero lo cierto es que no me queda mucho que decir sobre una película que es tan simple pero efectiva como una buena hamburguesa con patatas fritas. Bueno, sí, que a títulos como Sisu conviene cuidarlos, procurando no ensañarse demasiado con sus carencias (¿he dicho ya que rodarla costó 6 miserables millones de dólares?) y celebrando sus aciertos como si fueran los goles que hacen ganar la liga a tu equipo. Porque pertenece a un cine independiente corajudo y con colmillos que, si bien quizás no está desapareciendo, sí que está quedando invisibilizado poquito a poco; y, si nos despistamos, un día simplemente nos olvidaremos de él, porque hasta donde alcance la vista todo serán secuelas de Marvel y precuelas de Star Wars; y eso sí que no.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

Recomendada por Kuato a: ¿a quién no le va a divertir ver hora y media de nazis palmando de maneras a cuál más ida de la olla?

No recomendada por Kuato a: bueno, quizás si eres muy, muy nazi, no le veas la gracia.

Ego-Tour de luxe por: lo bien llevada que está la sensación de crescendo, para que la película no descarrile en ningún momento y te mantenga dando palmas en la butaca y pidiendo más, pese a los niveles de absurdo a los que llega.

Atmósfera turbínea por: que el protagonista no deje suficientes soldados alemanes vivos en Laponia como para justificar una secuela. Aunque bueno, si los aliados le pagan a este tío un billete de avión a Berlín, les gana la guerra él solo.

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