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SPIDER-MAN 3 crítica: Cine con telarañas

   

Cine con telarañas

Sonrojante, indignante y aberrante colofón
a la trilogía arácnida dirigida por Sam Raimi

Por Chema Pamundi

 

<“Cuanto peor es la película, más nos gastamos en promoción”. La frase es de una entrevista reciente con un magnate de una gran productora Hollywoodiense, y se ajusta con bastante fidelidad a lo que le ha ocurrido a Spider-Man 3, que se convirtió sucesivamente en la película más taquillera de la historia en su primer fin de semana de exhibición (150 millones de dólares en tres días) y en el blockbuster que se ha desinflado más rápido en los últimos años (sus ganancias mermaron más de un 60% el fin de semana siguiente). Particularmente, es un dato que me reconcilia con la especie humana. Por una vez el público ha demostrado no ser tan borrego como de costumbre, y el boca a boca ha sido capaz de contrarrestar la apabullante campaña de marqueting que venía anunciando a Spider-Man 3 como la película que “había que ver” este verano. Digo esto porque Spider-Man 3 me parece una mala película, un bodrio que no merece ser premiado con el favor del público ni con ningún record positivo de taquilla. ¿Parezco enfadado? ESTOY enfadado. Por eso este artículo no va a ser un viaje agradable.

   Spider-Man 3 es una película boba, aparatosa, indigesta, alicorta, rancia, mal escrita, peor interpretada (ni siquiera Kirsten Dunst, normalmente una Mary Jane impecable, se salva), aburrida, falsa, hortera (creí que nada podía ser peor que el ridículo traje del Duende Verde en Spider-Man, hasta que he visto a Harry Osborne vestido de Power Ranger y montado en un monopatín volador en Spider-Man 3), errante, ridícula, embotada, y en fin, rodada con desgana y sin estilo (Raimi da la sensación de estar agotado de filmar la vida y milagros del cabeza de red; la serie pide a gritos un cambio de director de cara a la cuarta entrega). Obviamente, esperar que este tercer capítulo rayase a la misma altura que la pluscuamperfecta Spider-Man 2 (ya no está el guionista Michael Chabon dando lustre a la trama, y se nota) era como esperar que te toque la lotería dos veces seguidas. Pero lo que sí cabía esperar, puesto que el equipo técnico y creativo era en un 90% el mismo que en las dos anteriores películas, es que la trilogía se completara con cierta dignidad. Pues no. Spider-Man 3 se mueve constantemente entre el tedio y el bochorno, acumulando una serie de errores no forzados que uno no se esperaba de un director (Raimi) que hasta la fecha había demostrado conocer bien los rasgos que debían sintetizar cualquier aventura del hombre araña.

 

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"Pues en mi opinión, Spider-Man 2 adolecía de tener demasiados pocos villanos"

 

   Se puede aceptar que una película de superhéroes esté concebida como una mera sucesión de set-pieces vagamente conectadas entre sí (como los niveles de un videojuego), porque ése es un molde característico del género. Lo que resulta intolerable es que dichas set-pieces ni siquiera se sostengan por sí solas. En Spider-Man 3 es verdaderamente doloroso tener que decidir qué momentos resultan más ofensivos para el intelecto: las interminables peleas (que ya no es que abusen del CGI; es que son puro cine de dibujos animados), los pasajes cómicos de garrafón (de auténtica vergüenza ajena la escena del bailecito de Peter Parker en el night-club, un desastroso intento de homenajear al Jerry Lewis de El profesor chiflado), los momentos de arrebatado melodrama romántico (la escena clave entre Mary Jane y Peter en el puente, que se supone debe removernos el corazón, nos remueve en cambio el estómago), o esas originales “soluciones argumentales” que son como electroshocks para evitar que la acción entre en parada cardiaca cada diez minutos (atención especial al inverosímil team-up final entre Spider-Man y el Duende, propiciado por la intervención milagrosa de un criado que aparece por el morro a última hora para confesarle a Harry Osborne que él “lo vio todo”, y que Peter Parker es un buen chico que no ha matado a su padre).

 

  "Spider-Man 3 es una película boba, aparatosa, indigesta, rancia, aburrida, falsa, hortera, errante, ridícula, embotada, y rodada con desgana y sin estilo"  

 

   Por no tener, Spider-Man 3 ni siquiera tiene la más mínima independencia narrativa respecto a los Spider-Man 1 y 2 (y al que me diga que eso es normal en cualquier secuela, le contestaré que Spider-Man 2 sí que podía verse como una película autónoma, y que de hecho los tebeos de Spider-Man llevan casi medio siglo funcionando en arcos narrativos independientes: para leerte el número 250 de Spider-Man, no necesitas haberte leído los 249 anteriores). Spider-Man 3 dura 20 minutos más que las dos películas previas, pese a lo cual ofrece menos (que no más) de lo mismo. El guión tiene las suficientes tramas y subtramas como para haber alimentado a un Spider-Man 3 y un Spider-Man 4 (el simbionte Venom, el Hombre de Arena, Harry Osborne convirtiéndose en el nuevo Duende, el triángulo amoroso Peter Parker-Mary Jane -Gwen Stacy, las nuevas revelaciones sobre el asesinato del tío Ben…), pero al querer embutir tanto material en una única película, el resultado es un barullo que aturde, porque los guionistas apenas tienen tiempo para centrar su atención en nada. Los nuevos personajes, como Gwen Stacy o Flint Marko (el Hombre de Arena) entran y salen de la película sin haber aportado nada, sin haber experimentado ninguna evolución, sin haber resuelto ninguna de sus intrigas.

 

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"Me parece que últimamente estoy comiendo demasiados calamares en su tinta..."

 

   El resultado de todo lo anterior es que la suspensión de la incredulidad salta por los aires. Muchas veces lo hemos dicho en Venusville: para que una película fantástica te haga creer en su verosimilitud (por ejemplo, que una araña radiactiva puede transmitir superpoderes) no importa el “qué”, lo que importa es el “cómo”. Y en Spider-Man hay un buen puñado de “qué” pero los “cómo” han sido dejados a la buena de Dios. Un meteorito que transporta a un simbionte alienígena cae en Central Park, justo al lado de donde Peter Parker y Mary Jane pelan la pava; dicho alienígena opera de una manera cuanto menos arbitraria a la hora de elegir sus víctimas (¿por qué tras poseer a Parker respeta hasta cierto punto su personalidad e incluso el diseño de su uniforme, y en cambio al poseer a Eddie Brock lo transforma en un zombi rabioso con dientes de piraña?); el presidiario fugado Flint Marko (quien resulta ser el ladrón que disparó al tío de Peter) se convierte en el hombre de arena tras caerse en un foso en el que JUSTO EN ESE MOMENTO unos científicos están experimentando con la división molecular; Eddie Brock resulta ser la única persona que hay en la iglesia cuando Parker entra allí y se deshace del traje negro; Gwen Stacy resulta ser una compañera de laboratorio de Peter, y resulta ser la hija del jefe de policía, y resulta ser la novia de Eddie Brock, y resulta estar en el edificio accidentado por la grúa, y resulta estar en el restaurante en el que Peter pretende declararse a Mary Jane…

   El colofón a todo esto, es que la ristra de imbecilidades que adornan Spider-Man 3 ha logrado colmar de una vez el vaso de mi saturación en lo que respecta a las películas de superhéroes (un vaso que empezó a llenarse con la atontada Los 4 Fantásticos, la deficiente X-Men III, y la desangelada Superman Returns). Que los protagonistas vayan vestidos con eskijamas de colores no tiene nada que ver para que las películas basadas en ellos sean espectáculos sub-mentales (algunos de los tebeos más adultos que he leído en mi vida son de superhéroes; y unos cuantos en concreto han sido de Spider-Man). Y lo verdaderamente desalentador es que, con un horizonte en el que ya se recortan Los 4 Fantásticos y Estela Plateada, Hulk 2, Iron Man, o El Capitán América, uno tiene la sensación de que lo peor aún está por llegar. En fin, cuando se estrene el Watchmen de Zack Snyder o el Dark Knight de Christopher Nolan que me avisen. Hasta entonces que no me busquen, que no estoy para nadie./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Condenada a alforfones
     
     
 

Recomendada por Kuato a: estudiantes de cine. Viendo Spider-Man 3 se aprende más sobre lo que es un mal guión, que leyéndose el libro “El guión”, de Robert McKee.

     
 
No recomendada por Kuato a:
es inútil, ya la han visto todos
     
 
Ego-Tour de luxe por:
en serio, no estoy de humor.
     
  Atmósfera turbínea por: el desfile de villanos que salen constantemente al paso de Spider-Man como si fuesen pidiendo tanda para pegarse con él en una espiral de combates interminables que llegan a convertirse en una auténtica tortura china.

 

 

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