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THE NEON DEMON crítica: Entre la chorrada y la belleza

Nicolas Winding Refn nos invita a un pase de modelos psicópatas en The Neon Demon

ANNA BOU

Ya que The Neon Demon va de modelos, empezaré hablando de bombones. Concretamente de los Ferrero Rocher, pues siempre me ha parecido que lo mejor de estos dulces es su campaña publicitaria: bombones sencillos pero que los venden como si fueran aristocráticos. Mucho envoltorio dorado promocionado por una archi-rica de perfil único. Puro marqueting. Porque, aunque un Ferrero Rocher no deja de estar buenísimo, no es más que una simple avellana envuelta de chocolate tirando a Nocilla, rematada con una capa hueca recubierta de crujiente. The Neon Demon es un Ferrero Rocher.

Pero Nicolas Winding Refn no es Ambrosio, él nunca será el chofer que nos llevará a donde nosotros queramos, él sólo conoce un camino, el suyo, porque él es el puto amo. O pretende serlo. El director danés que nos conquistó con Drive (esa película magnética, con ángel) y no tanto pero también con Sólo Dios perdona, ha vuelto con The Neon Demon. Y de hecho vuelve con su arma más potente, que son unas imágenes estudiadísimas, bellas, agresivas, pero esta vez vacías de contenido, seguramente porque el danés empieza a gustarse demasiado, rey Midas que cree que todo lo que toca se convierte en oro. El propio director decía en una entrevista: "El narcicismo se está convirtiendo en una cualidad positiva, y eso es para asustarse". Ni que lo jures, Nicolas, ni que lo jures...

 

The Neon Demon: thriller

"Me miro al espejo con los ojos cerrados para ver si estoy guapa cuando duermo"

 

The Neon Demon narra la historia de una aspirante a modelo que ilumina con su angelical mirada (Elle Fanning, la cual pone cara de jarrón chino de la dinastía Ming durante toda la película), cosa que provoca un mar de celos en el despiadado mundo de la moda. The Neon Demon tiene lo mejor de Nicolas Winding Refn: su uso de imágenes es eléctrico, hipnótico. Parece que pone cada escena en una balanza para saber qué cantidad de color poner para equilibrar la toma, el ojo estilístico del director es innegable.

"Todo el impacto visual que tiene The Neon Demon se va por el retrete de un guión repleto de personajes planos con evoluciones grotescas, puramente provocadoras"

Los decorados adquieren cierto aire falso, sobre todo a la que entran en acción los quilos de rojo, como si la película se hubiese rodado en un matadero antes de pasar la bayeta. Esta estética, sumada a la música (Cliff Martínez, su habitual, insuperable en Drive), provocan que no se pueda apartar los ojos de la pantalla. Esto es cierto. Pero para ver cosas bellas ya están los museos y los gatos, a una película le exigimos más.

 

<The Neon Demon: thriller

"Si tardo tanto en cruzar los semáforos es porque espero a que salga mi color favorito"

 

Todo el impacto visual que tiene The Neon Demon se va por el retrete de un guión repleto de personajes planos con evoluciones grotescas, puramente provocadoras. Cuando la película se aleja de su bella superficialidad entra en una vacuidad pretenciosa pero facilona, como esos depredadores que aparecen en espacios inverosímiles (por si no pillamos que el mundo de la moda es un mundo lleno de fieras carnívoras). O escenas con ínfulas metafísicas, como ese desfile de Elle Fanning en el que queda absorta por un triángulo luminoso fosforescente al final de la pasarela (¿representa que es Dios? ¿El demonio consumista? ¡Nicolas Winding Refn, venga ya!), o la ridícula escena de las modelos en el baño, la todavía más ridícula escena de la salidísima maquilladora de cadáveres en la morgue, por no hablar del onanismo mental del director en el último tercio que deriva (bajo mis humildes ojos) en una chorrada de final. Entre la chorrada y la belleza hay tierras movedizas por las que bucea Nicolas Winding Refn.

Película fría fría, con la que cuesta empatizar con el personaje principal, y mucho menos con el resto de turulatos que circulan por la cinta. El pretendido terror psicológico que promete la película se reduce a pensar que todas las modelos están para cerrarlas en el ala norte de un manicomio diseñado por Armani. Aunque debo reconocer que durante algunos momentos he pensado que esta película era una genialidad: que The Neon Demon critique la superficialidad del mundo de la moda a base de superficialidad no deja de tener su ironía. El colmo de los colmos. Que se diga "La belleza no lo es todo. Es lo único" en una película que tan sólo es bella, no sé si es redondo o es directamente una tomadura de pelo. Seguramente no es ni lo uno ni lo otro. Pero la belleza, como el amor, no es suficiente.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien le gustó Show Girls y a quien, en una papelería, se encanta delante de las cajas de colores.

No recomendada por Kuato a: las aspirantes a modelo. A no ser que lleven una navaja escondida en el escote.

Ego-Tour de luxe por: cuando Elle Fanning y sus recién amigas modelos entran en la fiesta. Las imágenes son eléctricas, con esos parpadeos de luz y ese misteriosísimo baile-perfomance en claroscuro que convierte cada fotograma en un cuadro expresionista. Bellísimo.

Atmósfera turbínea por: los diálogos, y para muestra lo que le dice una modelo a la otra, de unos 20 pocos años las dos: "Ya casi es tu fecha de caducidad. ¿Quién quiere leche agria cuando puede tener carne fresca?"

 

THE NEON DEMON. Estreno en Venusville: 25/11/2016

 

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